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Medio Oriente

11 de julio del 2003

Periplo "humanitario" de Baby Bush: ¿Turno del petróleo africano?

Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada
Durante cinco días Baby Bush realizará una gira por cinco países africanos: Senegal -donde se reunirá con un grupo de mandatarios de Africa Occidental-, Sudáfrica, Botswana, Uganda y Nigeria (la sexta potencia petrolera mundial). No faltarán quienes crean a pies juntillas, como alega la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice (oficina de prensa de la Casa Blanca, 3 de julio), que el mandatario estadunidense alentará, desde la plataforma de los cinco países visitados, la "democracia, los derechos humanos, el combate al sida y a la pobreza", en un continente totalmente diezmado. Los tan cacareados 15 mil millones de dólares de ayuda de Baby Bush para combatir la enfermedad en Africa (12 de los 14 países con mayor número de infectados pertenecen al flagelado continente) han sido contaminados con el nombramiento a la cabeza de la "iniciativa para el sida" de Randall Tobias, quien fuera el mandamás de la poderosa empresa farmacéutica Eli Lilly (The Daily Telegraph, 5 de julio), lo que indica de qué lado apunta la suculenta venta de medicamentos. ¿Cuánto se llevará por "comisiones" Baby Bush? No está en tela de juicio el talento empresarial de Tobias sino sus conexiones petroleras interesadas: ha sido alto ejecutivo de ATT, del banco de inversiones JP Morgan-Chase, así como director de Kimberley-Clark Corp., de la empresa de multimedia Knight-Ridder y de Conoco Phillips Petroleum Co. ¿Será mera casualidad que Eli Lilly, en la etapa próspera de Tobias, haya sido un sustancioso donador de fondos para Baby Bush?

En su periplo con disfraz humanitario han de estar aleccionando a Baby Bush sobre el fresco reporte "Diez años para aumentar los flujos de capitales a Africa" (junio de 2003), del Instituto Internacional de Economía (IIE), con sede en Washington, que dirige Fred Bergsten. No se puede esperar nada favorable del IIE, de cuyo consejo consultivo forman parte Ernesto Zedillo, George Soros y John Williamson; este último acuñó el nefario Consenso de Washington -el decálogo neoliberal fracasado en su aplicación en Latinoamérica, según confesión de The Financial Times ("Una década perdida"; primero de julio)-, plagiado por Joseph-Marie Cordoba en Nexos, la revista de sus aliados.

Para África no se necesitan 10 puntos, aunque el IIE no abandona su obsesión por el número cabalístico "diez", en referencia a los años de fluidez inversionista para "privatizar" Africa. Desde México, pasando por Irak, hasta Africa, los planes de privatización del petróleo son idénticos y, en el rubro "intereses económicos" el reporte asienta que "además del potencial de Africa como mercado consumista, los intereses económicos de Estados Unidos incluyen el acceso a sus valiosos recursos. Africa abastece más de 16 por ciento de las importaciones de crudo a Estados Unidos, y se estima que 20 por ciento provendrá de Africa en la próxima década. Africa cuenta con casi la mitad mundial de la producción de bauxita, cromo y diamantes; más de la mitad de platino y cocoa, y casi las tres cuartas partes de cobalto". En la etapa del despliegue bélico de Estados Unidos, los neoliberales monetaristas del IIE juegan al póker abierto y en relación con las "inversiones extranjeras directas" conceden que "la mayor porción fue para el sector extractivo, principalmente petróleo y minerales". De allí que no haya que asombrarse de que los "padrinos financieros" del reporte sean Citigroup, el principal banco planetario con fama bien ganada de lavador; Pricewaterhouse Coopers, la empresa contable del alcantarillado pestilente de Wall Street; el fondo de inversiones Zephyr Management, el Consejo de Relaciones Exteriores (cuya revista "dirige" el entreguista del petróleo mexicano, Rafael Fernández de Castro, en representación del ITAM) y el Banco Mundial, que se extravió de sus objetivos primarios de "desarrollo", para fomentar la "piratería" global.

Sobre las "guerras en Africa occidental: una región en llamas" (The Economist, 3 de julio), la revista portavoz del neoliberalismo global aduce que "constituyen una de las peores crisis del mundo cuando se toman en conjunto (...) que se ha cobrado medio millón de vidas". ¿Se trata de una clásica "guerra geopolítica" que ha incendiado Guinea, Sierra Leona, Costa de Marfil y Liberia, es decir, las costas del golfo de Guinea, pletórico en petróleo, y la periferia circundante de Nigeria, la sexta potencia petrolera mundial?

En la cosmogonia del agónico Foro Económico Global de Davos, "Africa occidental", que forma parte del sub Sáhara, pertenece al "arco de inestabilidad". Por su parte el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticos Avanzados (IASPS, por sus siglas en inglés), con sede binacional en Israel y en Estados Unidos, celebró un simposio en el University Club de Washington (25 de enero de 2003), "Petróleo africano: una prioridad para la seguridad nacional de Estados Unidos y el desarrollo africano", cuya idea primordial versa en "mover" los intereses energéticos de Estados Unidos del golfo Pérsico al golfo de Guinea: "Importamos tanto petróleo de Africa occidental como de Arabia Saudita. La producción de dos estados petroleros, Nigeria y Angola, se espera que se duplique o triplique en cinco a 10 años. Actualmente, Nigeria y Angola juntos abastecen a Estados Unidos con tanto petróleo como México y Venezuela, lo que les confiere importancia estratégica" (nota: en México, Zedillo, Téllez Kuenzler, Luis Pazos y Fox se han agotado en perorar que nuestro petróleo "no es estratégico"). Durante el simposio se mencionó un reporte del Departamento de Defensa que resaltaba "la alta calidad del petróleo de Africa occidental, fácilmente accesible por vía marítima y muy bien posicionado para abastecer al mercado de Estados Unidos". Africa occidental sería así la nueva fuente susceptible de suplir las fluctuaciones de la demanda mundial: Africa subsahariana, en particular el golfo de Guinea, adquiere así un "significado estratégico creciente".

Sin menospreciar el petróleo del golfo de Guinea, el IASPS exagera que pueda sustituir el proveniente del golfo Pérsico. No cabe duda de que el crudo nigeriano posee una valía logística de abastecimiento (dos semanas) frente al saudita (seis semanas), pero inferior al venezolano (una semana) y al campechano (tres días). Resalta que Pemex no ha sabido explotar lo que hemos denominado el "valor agregado geoestratégico" del petróleo mexicano, que supera logísticamente a todos los proveedores foráneos de Estados Unidos: fácil acceso (sin necesidad de marines; con tener un gobernador en Campeche basta), y corta duración de abastecimiento.

Una ventaja mayúscula del petróleo del golfo de Guinea radica en el mínimo de inversión que requiere, pero tampoco se le puede perder el respeto a las descomunales reservas de Arabia Saudita e Irak (las oficiales, porque las estimadas serían cinco veces mayores), 10 y cinco veces superiores a las de Nigeria.

Después de Nigeria, los cuatro grandes productores de petróleo en Africa son, en orden descendente: Argelia, Libia, Egipto y Angola. Se entiende que la arabofobia consustancial del IASPS busque eliminar la relevancia de los productores árabes de petróleo tanto del golfo Pérsico como de Africa del norte. El IASPS aduce que en estos momentos Angola representa el noveno abastecedor a Estados Unidos, que importa más petróleo de los cinco países africanos citados (Nigeria, Argelia, Libia, Egipto y Angola) que de toda Arabia Saudita. A menos que sea en forma clandestina (como sucedió con la petrolera texana mafiosa Halliburton y el petróleo de Irak durante el embargo), llama la atención que Estados Unidos importe petróleo de Libia, pese al famoso embargo. Para 2015, el IASPS prevé que Estados Unidos importará 25 por ciento de su petróleo del Africa subsahariana.

Walter Kansteiner, subsecretario de Estado para Asuntos Africanos, admitió la importancia del petróleo de ese continente para el "interés nacional estratégico de Estados Unidos" (The Times, 29 de julio de 2002). La petrolera Kerr-McGhee, un frontispicio del texano ex secretario de Estado, James Baker III, ha reportado interesantes hallazgos en el "Sáhara occidental" (en litigio con Marruecos), de acuerdo con Online Journal (16 de enero de 2003). Cabe señalar que la firma legal Baker-Potts, que parece interesarse en las perforaciones en lugares exóticos, ha sido remunerada desde Kazajstán, pasando por los Balcanes, hasta Africa. No se debe soslayar que el texano James Baker III fue quien dirigió el equipo legal de Baby Bush que arrancó la presidencia en forma controvertida en la elección bananera de Florida.

Desde luego que el sub Sáhara en general, y el golfo de Guinea en particular, tienen un magnífico futuro, pero en escala diminuta en comparación al gigante nigeriano. En su evaluación sobre Nigeria, la Asociación para el Estudio del Pico del Petróleo (ASPO, por sus siglas en inglés; boletín 27, marzo de 2003) revela que "parte" de las atrocidades de limpieza etnorreligiosa de la tribu cristiana de los ibos en Biafra hace más de 30 años fueron exacerbadas por "la distribución de los ingresos del petróleo", acaparados por las tribus islámicas de los hausa y los fulani. El boletín refiere que el equipo Bush busca establecer una relación especial y ejerce fuertes presiones para obligar a retirarse de la OPEP a Nigeria, la última escala del periplo humanitario de Baby Bush, "jueguito" al que metieron a Fox durante su gira africana, en la etapa aciaga en la cancillería de Castañeda Gutman, quien llegó hasta la impudicia de cerrar la embajada de México en Arabia Saudita para congraciarse con sus amos del IIE (por medio de George Soros, de quien opera como "agente" en México). Entre las "presiones" de Estados Unidos, la mafiosa petrolera texana Halliburton (de la que fue director el mitómano Dick Cheney, el vicepresidente) repartió 2.4 millones de dólares en sobornos a funcionarios de Nigeria, donde impera una corrupción legendaria (Reuters, 8 de mayo de 2003).

Según la prestigiada ASPO, que no comparte el optimismo ditirámbico del IASPS israelí, la producción de Nigeria "se estabilizará en 2 millones de barriles diarios (MBD) en los próximos cinco años, antes de iniciar su declive". También se han descubierto 100 billones de pies cúbicos en gas, que se quema (como en Cantarell, Campeche) debido a la falta de mercado, aunque existe el proyecto de un gasoducto hasta Argelia para conectarse a Europa. La ASPO señala que se ha concentrado la atención frente a las aguas profundas del río Níger, donde se han realizado amplios hallazgos cuyo "pico" productivo podría alcanzar 1.2 MBD en 2009: "Nigeria continuará como una importante fuente de petróleo para las próximas dos décadas, que le brindará enormes ganancias en divisas conforme emprende el vuelo el precio del petróleo". No olvidemos que los geólogos de la ASPO vaticinan el "fin del petróleo barato" (a diferencia de Zedillo y Téllez Kuenzler en México, quienes juraron al "fin del petróleo caro" para mejor desprenderse de él, en beneficio de las petroleras texanas de Estados Unidos que tanto los aman). El problema de Nigeria se centra en su población, la más numerosa de Africa (130 millones, en un territorio que equivale a la mitad de México), y en su protobalcanización (250 etnias, entre las que sobresalen los hausas y los fulani, con 30 por ciento; los yoruba, 21 por ciento; los ibo, 18 por ciento; los ijaw, 10 por ciento, etcétera), que presagia el ominoso "choque de las civilizaciones" del racista Samuel Huntington.

Ahora se entiende mejor por qué el equipo Bush desea la caída de Charles Taylor en Liberia, para poder enviar a 2 mil marines, como un aperitivo para posteriores preposicionamientos en toda Africa, donde la trasnacional islámica del terror Al Qaeda contaría con múltiples refugios. Con la justificación del combate al terrorismo global y la "estabilización democrática" en las costas del golfo de Guinea, el Pentágono goza con la coartada perfecta para establecer sus nuevas bases militares en la cercanía de Nigeria.