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Medio Oriente

4 de julio del 2003

Reseña. Tariq Alí, "El choque de los fundamentalismos. Cruzadas, yihads y modernidad".
Antípodas que se tocan

Ignacio Gutiérrez de Terán
Rebelión
Tariq Alí forma parte de ese grupo de intelectuales musulmanes laicos, "ateos" en su caso, que han tratado de contrarrestar la corriente de pensamiento abusivo –y descarriado- que parece haberse impuesto a lo largo de los últimos años. Por supuesto, la teoría de que occidente vive rodeado de un océano de intransigencia, envidia y recelo representado por el fundamentalismo islámico y una serie de culturas "hostiles" llevaba ganando enteros desde el fin de la Guerra Fría; sin embargo, no cabe duda de que los sucesos del 11-S han elevado la cuestión a categoría de mito recurrente. Según esta versión, aceptada sin más por muchos, los integristas y terroristas islámicos, encarnados por el icono del mal Osama ben Laden, atacan y matan a inocentes porque odian los valores de libertad y pluralidad de occidente y porque su fe los condena al fanatismo y las sombras. Así las cosas, la mejor manera de combatir este fundamentalismo inicuo es mantener los pilares y valores constituyentes de la gran civilización occidental, representada en primera instancia por los Estados Unidos de América.

Tariq Alí, y con él otros muchos a un lado y otro del Atlántico y del Pacífico, rechazan esta visión simplista de las raíces del odio y la hostilidad y tratan de ahondar en las razones históricas, sociopolíticas, culturales y religiosas que, quizás, expliquen el porqué de un contexto en el que teorías digresivas como el choque de civilizaciones adquieren tamaña popularidad. Lo novedoso en Tariq Alí, o así nos lo parece a nosotros al menos, es que su crítica a la política predadora e insensible de occidente en general y Estados Unidos en particular para con la mayor parte del mundo, viene acompañada de una revisión inmisericorde de las tendencias reaccionarias y oscurantistas que han impedido una verdadera apertura intelectual y cultural en el orbe islámico. Por supuesto, la procedencia del autor, nacido en una familia tradicional y religiosa de Lahore pero receptor de una educación laica, ha permitido la formación de este ensayista y literato anglopaksitaní, conocido, entre otras cosas, por su labor de redactor en New Left Review, una de las publicaciones enseña de la izquierda británica. También hay que decir que, para su fortuna, Tariq Alí no vive ni en Pakistán ni en Arabia Saudí ni en Indonesia; de lo contrario no podría proclamar su ateísmo a los cuatro vientos ni su condición de "musulmán no musulmán". Tampoco podría hacer radiografías tan severas y críticas de la intelligentsia religiosa y política de, por ejemplo, su país natal Pakistán, azotado por el fundamentalismo y la omnipresencia de los militares. Por desgracia, otros pensadores musulmanes no disponen de la libertad de movimientos necesaria para decir lo que de verdad piensan. De hecho, este libro es en buena medida una denuncia de la vena intransigente y antipluralista del islam político (a este respecto, los capítulos 13 y 16, sobre Irán y Pakistán respectivamente, son ejemplares).

La vena literaria del escritor es patente en toda la obra, sobre todo a la hora de recurrir a la poesía o la narrativa para ilustrar sus tesis. Ahí están las citas de Muhammad Iqbal, Nizar Qabbani, Abderrahmán Munif, las Mil y Una Noches, un nutrido grupo de autores sufíes indios y pakistaníes e incluso el Tao Te King taoísta. Pero se trata, por lo general, de una literatura eminentemente política. A lo largo de un recorrido, inconexo y apresurado a ratos, por la historia del islam, el expanisonismo de EE.UU y las grandes "cuestiones orientales" con Palestina a a la cabeza, los desencadenantes de este binomio antitético representado por "cruzadas y yihads" o fundamentalismo occidental versus fundamentalismo islámico. El autor no siempre consigue articular su exposición de forma precisa, y se nota que algunos temas y países los domina mucho mejor que otros. En todo caso su principal objetivo es poner en evidencia el peligroso avance de los fundamentalismos de ambos bandos y advertir que, de seguir así, los predicadores integristas de la incompatibilidad de culturas van a conseguir que el choque entre occidente e islam se convierta en una realidad asumida por todos. En realidad, la supuesta contradicción de valores que se da entre uno y otro responde, muchas veces, al deseo de justificar una estrategia particular que de otro modo sería injustificable. Así, de igual manera que determinados estados y grupos políticos musulmanes han distorsionado los parámetros de su relación con occidente para vigorizar su visión maniquea y estrecha del islam, los Estados Unidos magnifican la amenaza del islamismo radical para maquillar sus inconfesables ambiciones económicas y geoestratégicas. Tariq Alí se aleja de esta falacia de intereses y cegueras revestidas de valores para apelar a los componentes más abiertos, tolerantes y creativos de ambas sociedades, la islámica y la occidental. Componentes que pueden conjugarse de forma natural y sin ningún atisbo de aberración. Al fin y al cabo, no hace tanto, la política exterior estadounidense estaba a partir un piñón, en Afganistán y otros sitios, con esas mismas corrientes que hoy han pasado a ser el leviatán de la época. Y también, no hace tanto, los primeros en caer bajo las dagas de los islamistas y los regímenes musulmanes tutelados por Estados Unidos fueron intelectuales y activistas de izquierdas. O sea, gentes que, por lo general, se oponían tanto al islam de las cavernas como al occidentalismo estadounidense de las zahúrdas.

El choque de los fundamentalismos. Cruzadas, yihads y modernidad, Tariq Alí, traducido del inglés por María Corniero, Alianza Editorial, Madrid, 2002, 447 páginas, ISBN: 84-206-4137-5.