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Medio Oriente

Dossier
El uso ilegal de armamento con uranio empobrecido de EEUU y Gran Bretaña en la guerra contra Iraq de 2003

28 de mayo de 2003.

CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

Todo parece indicar que los ejércitos de EEUU y Gran Bretaña han vuelto a usar munición revestida con uranio empobrecido durante la invasión y ocupación de Iraq. Los residuos contaminantes pueden superar la cantidad que aún permanece en el país desde la guerra de1991, y que se asocia al incremento espectacular de cánceres, abortividad y malformaciones congénitas entre la población iraquí -sobre todos en el sur del país- y el denominado "Síndrome de la Guerra del Golfo" entre los veteranos occidentales.
Antes de que finalizara la guerra ilegal contra Iraq de marzo-abril de 2003, diversas fuentes comenzaron a denunciar la utilización de armamento de uranio empobrecido por parte de EEUU y Gran Bretaña en la invasión de este país [1] y la violación flagrante de la resolución de Naciones Unidas (NNUU) que clasifica este tipo de armamento como de destrucción masiva ilegal.
El uranio empobrecido [2] contamina la tierra y el aire y, como ya han demostrado diferentes investigaciones epidemiológicas independientes en relación con las consecuencias de su uso durante la Guerra del Golfo de 1991, causa daños irreparables a la salud, fundamentalmente cánceres, leucemias y malformaciones congénitas, tanto a la población civil afectada como a las tropas de los ejércitos que las utilizan en lo que se ha descrito como el "Síndrome de la Guerra del Golfo" y que incluye dolores crónicos musculares, fatiga y pérdida de memoria, deterioro del sistema inmune y muerte.
La primera vez que trascendió públicamente el uso de armamento de uranio empobrecido en la última guerra contra Iraq fue el 28 de marzo de 2003, cuando se produjo un incidente del denominado "fuego amigo", al disparar un avión de combate estadounidense en el sur de Iraq un proyectil con este tipo de revestimiento, matando a un soldado británico e hiriendo a otros tres. Sin embargo, el estudio llevado a cabo por un equipo de investigación de la organización Christian Science Monitor (CSM) establece que solamente en la capital iraquí se han hallado numerosos lugares y objetos con un nivel de radioactividad que supera en muchos casos por 1.000 los niveles normales de inocuidad.
Reconocimiento del Pentágono
Como destaca el informe del CSM, el Pentágono ha reconocido el uso de material militar con uranio empobrecido en Iraq durante la última guerra a través de la declaración de un portavoz oficial del Comando Central estadounidense. Según sus declaraciones, en lo que es un reconocimiento muy parcial y limitado, tan solo los aviones de combate tipo A-10 Warthog (utilizado en muchos de los ataques contra edificios públicos de Bagdad como el ministerio de Planificación iraquí,m al lado del río Tigris) dispararon 300.000 proyectiles de uranio empobrecido.
El ex coronel estadounidense Doug Rokke, ex director del proyecto de uranio empobrecido del Pentágono, profesor de Ciencia Medioambiental en la Universidad de Jacksonville y encargado en su día por el Departamento de Defensa de EEUU de la limpieza del desierto kuwaití y saudí tras la Guerra del Golfo declara abiertamente:
"El uso de uranio empobrecido es un Crimen de Guerra. Hay que hacer una valoración moral en esta cuestión: esta guerra era por la [supuesta] posesión de Iraq de armamento de destrucción masiva, sin embargo, nosotros estamos utilizando armas de destrucción masiva. Estos dobles raseros son repugnantes [...] El personal militar de una nación no puede contaminar deliberadamente ninguna otra nación causando daños a personas y al medioambiente y después ignorar las consecuencias de sus acciones. Hacerlo así es un Crimen contra la Humanidad. Debemos hacer lo correcto: prohibir el uranio empobrecido. No podemos usar munición que dejan detrás una tierra devastada por los residuos tóxicos ni matar indiscriminadamente. Esto equivale a un Crimen de Guerra. [...] EEUU y Gran Bretaña deben reconocer las consecuencias inmorales de sus acciones y asumir la responsabilidad que les corresponde en el cuidado médico y en reparar el medio ambiente" [3].
No obstante, EEUU no reconoce oficialmente las gravísimas consecuencias del uso de uranio empobrecido y los oficiales del Pentágono siguen manteniendo que es relativamente inocuo.
A continuación presentamos tres documentos relacionados con el uso de uranio empobrecido en Iraq. El primero hace referencia a la detención por parte de las autoridades militares de ocupación de EEUU en Iraq de la Dra. Huda Salih Ammash, bióloga medioambiental y Decana de la Universidad de Bagdad, que ha desarrollado durante la década de los 90 importantes trabajos de investigación avalados por autoridades científicas internacionales e independientes en los que demuestra la relación existente entre el uranio empobrecido utilizado en armamento estadounidense durante la Guerra del Golfo de 1991 y el aumento de enfermedades como cáncer y leucemias, así como de malformaciones congénitas en la población iraquí. La detención de la Dra. Ammash se produjo el pasado 5 de mayo bajo la acusación de estar relacionada con la producción de armamento biológico en Iraq, extremo que ha sido ya desmentido por los inspectores de desarme de la UNMOVIC de NNUU. Su detención, de acuerdo con los editores de sus trabajos en EEUU, responde a motivos políticos, asociados a la denuncia explícita que la Dra. Ammash había conseguido interponer en los ámbitos científicos y académicos internacionales sobre la responsabilidad del ejército y gobierno de EEUU en las consecuencias del uso de uranio empobrecido en Iraq.
Según se demostró en la investigación llevada a cabo por el CSM -cuyo informe se presenta igualmente a continuación- los ejércitos de EEUU y de Gran Bretaña han vuelto a utilizar masivamente y en áreas densamente pobladas de Iraq (particularmente en el centro y en los extrarradios de la capital, Bagdad) armamento de uranio empobrecido que ha incrementado la contaminación de radioactividad ya existente en muchos espacios del país tras la Guerra del Golfo de 1991. Se suma a tal peligro, el hecho dramático de que las piezas de armamento como fragmentos de proyectiles, carros de combate y materiales de deshecho producidos por la guerra siguen estando esparcidos por el suelo y conviven entre la población civil, muy particularmente con los niños iraquíes que las manipulan inconscientemente, y sin que las autoridades militares de ocupación estadounidense estén alertando a los ciudadanos de Iraq sobre su peligro y, mucho menos, aplicando una política de limpieza y descontaminación como les correspondería.
Bien al contrario, los responsables militares estadounidenses, haciendo dejación de sus obligaciones civiles, legales y morales, se jactan de haber utilizado este tipo de armamento amparándose en la premisa militar de "atacar causando el máximo daño posible". Así lo revela un alto oficial estadounidense desde el anonimato, en la entrevista realizada por Jay Shaft, de la Coalition for Free Thought in Media, que cierra el bloque que presentamos sobre la cuestión del uso de uranio empobrecido en la invasión de Iraq. [CSCAweb]



Notas:
1. Mackay, Neil: "US forces' use of depleted uranium weapons is illegal", Sunday Herald, 30, March, 2003, en
www.sunday herald.com
2. Véase en CSCAweb:
Seminario Internacional de Gijón sobre uranio empobrecido
3. Mackay, Neil: "US forces' use of depleted uranium weapons is illegal", obra citada.



La detención de Huda Ammash: ¿un ajuste de cuentas por su denuncia de las consecuencias del uso de armas con uranio empobrecido en Iraq?
Jeffrey St. Clair*
28 de mayo de 2003. www.leb.net , 7 de mayo de 2003
Traducción: Beatriz Morales, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"El gobierno de EEUU está tratando de silenciar la postura abiertamente crítica de la Dra. Ammash en relación con el papel que ha desempeñado EEUU en la aparición de cánceres y de otras enfermedades en Iraq debido a su uso de peligrosas armas biológicas como el radiactivo uranio empobrecido".
El pasado 5 de mayo el ejército estadounidense detuvo en Bagdad a la Dra. Huda Salih Ammash, argumentando que había supervisado la supuesta producción de armas biológicas iraquíes [1]. Los editores en EEUU de la Dra. Ammash han afirmado que tras su detención podría esconderse un móvil político. La Dra. Ammash, Decana de la Universidad de Bagdad, es la autora de "Contaminación tóxica, Guerra del Golfo y Sanciones" ("Toxic Pullution, the Gulf War, and Sanctions"), un pormenorizado artículo de investigación publicado en Iraq Under Siege (South End Press, 2002), una recopilación de textos que examina los efectos de la Guerra del Golfo y de las sanciones sobre Iraq.
"Estamos indignados por la detención ilegal de la Dra. Ammash por parte de EEUU y sus planes de interrogarla. Exigimos que sea puesta en libertad inmediatamente. -señala el co-editor Alexander Dwinell- El gobierno de EEUU está tratando de silenciar la posición claramente crítica de la Dra. Ammash en relación con papel que ha desempeñado EEUU en la aparición de cánceres y de otras enfermedades en Iraq debido a su propio uso de peligrosas armas biológicas como el radiactivo uranio empobrecido".
No interrogada por la UNMOVIC
El portavoz de la Comisión de Control, Inspección y Verificación de NNUU (UNMOVIC, en sus siglas en inglés), Hiro Ueki, ha confirmado a South End Press que, basándose en investigaciones anteriores, "[...] la UNMOVIC no seleccionó a la Dra. Ammash para ser entrevistada, porque esta Comisión no encontró pruebas claras de su relación con los programas de [fabricación de] armas biológicas" cuando visitó la Universidad de Bagdad el 13 de enero de 2003.
La Dra. Ammash, bióloga medioambiental y profesora de la Universidad de Bagdad, obtuvo su Dra.do en la Universidad de Missouri. Ha conseguido el respeto internacional gracias a sus publicaciones, especialmente su documentación del aumento de cánceres entre los niños iraquíes y veteranos de guerra desde la Guerra del Golfo [de 1991]. En Iraq Under Siege escribe: "Los índices de mortalidad iraquíes han aumentado significativamente; el cáncer representa una significativa causa de mortandad, especialmente en el sur [del país] y entre los niños". Durante una visita a Bagdad de un grupo de representantes de ONG y de ex funcionarios de Naciones Unidas (NNUU) en enero de 2003, la Dra Ammash declaró: "Los iraquíes respetamos a los occidentales y a la civilización occidental. Respetamos vuestros logros tecnológicos y vuestros valores. Pero el odio está siendo manipulado por alguien para lograr un choque de civilizaciones".
Otras publicaciones de la Dra. Ammash son "Impact of Gulf War Pollution in the Spread of Infectious Diseases in Iraq" (Soli Al-Mondo, Roma, 1999) y "Electromagnetic, Chemical, and Microbial Pollution Resulting from War and Embargo, and Its Impact on the Environment and Health" (Journal of the [Iraqi] Academy of Science,1997).
* Jeffrey St. Clair es periodista. Este texto ha sido difundido en:
www.leb.net



Nota de CSCAweb:
1. La Dra Hudda S. Ammash fue detenida tras entregarse voluntariamente a las fuerzas de ocupación. Ammash -también cargo de la dirección del partido Ba'az- aparecía en la lista elaborada por el Pentágono de 55 responsables iraquíes a ser detenidos (El País, 6 de mayo de 2003).



La contaminación por uranio empobrecido durante la invasión de Iraq
Scott Peterson*
28 de mayo de 2003. The Christian Science Monitor, mayo de 2003
Traducción: Loles Oliván, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"En la primera revelación parcial del Pentágono sobre la cantidad de uranio empobrecido utilizado en Iraq, un portavoz del Comando Central estadounidense declaró que los aviones de combate del tipo 'A-10 Warthog' (el mismo tipo de avión que atacó el ministerio de Planificación iraquí) dispararon 300.000 proyectiles. La mezcla normal para el combate de esos 30 milímetros de descarga es de cinco proyectiles de uranio empobrecido a uno, una mezcla que habría dejado en Iraq 75 toneladas de uranio empobrecido."
En un puesto de productos situado al borde de la carretera en las afueras de Bagdad, Latifa Jalaf Hamid comercia activamente. Los conductores iraquíes se acercan y cogen manojos de perejil fresco, hojas de menta, eneldo y matas de cebollas. Pero el puesto de la señora Hamid está a solo cuatro pasos de un tanque iraquí quemado, destruido por -y contaminado de- los controvertidos proyectiles estadounidenses [revestidos] de uranio empobrecido. Los niños de la localidad juegan "todo el día" en el tanque, dice Hamid, y en otro que hay cruzando la carretera.
Nadie ha advertido a la vendedora del traje negro descolorido y gastado que quite el polvo tóxico y radioactivo de sus productos. Ni se les ha dicho a los niños que no jueguen con los escombros radioactivos. Todos se arremolinan alrededor cuando un medidor Geiger que lleva un investigador visitante comienza a sonar al acercarse a un fragmento de proyectil de uranio empobrecido no más grande que una goma de borrar. El lector digital registra cerca de 1.000 veces más el nivel de radiación normal.
Christian Science Monitor (CSM) ha investigado cuatro lugares de la ciudad -incluidos dos vehículos blindados iraquíes elegidos al azar, un pedal de carro de munición estadounidense quemado y el derrumbado Ministerio de Planificación- y ha hallado importantes niveles de contaminación radioactiva de la batalla de EEUU por Bagdad.
En la primera revelación parcial del Pentágono sobre la cantidad de uranio empobrecido utilizado en Iraq, un portavoz del Comando Central estadounidense declaró a CSM que los aviones de combate del tipo A-10 Warthog (el mismo tipo de avión que atacó el ministerio de Planificación iraquí) dispararon 300.000 proyectiles. La mezcla normal para el combate de esos 30 mm de descarga es de cinco proyectiles de uranio empobrecido a uno, una mezcla que habría dejado en Iraq 75 toneladas de uranio empobrecido.
CSM solo ha visto un lugar donde las tropas estadounidenses hayan puesto advertencias escritas a mano en árabe para que los iraquíes no se acerquen. En el lugar, se descubrió un proyectil estadounidense de 90 cm de longitud disparado desde un arma de 120 mm que estaba produciendo radioactividad a un nivel de 1.300 veces superior al nivel de radiación admisible. El proyectil hizo que las explosiones intermitentes de los instrumentos de medición se convirtieran en un silbido de balas continuo.
"Si hay piezas o incluso proyectiles completos de uranio empobrecido alrededor, no es un riego agudo para la salud pero seguro que [la radioactividad] está por encima de los niveles de la dosis de protección radioactiva", declara Werner Buekat, vice director general de Ciencias Nucleares y Aplicaciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica de NNUU (International Atomic Energy Agency, IAEA), en Viena. "Lo importante en cualquier batalla -especialmente en áreas urbanas pobladas- es que alguien tiene que descontaminar esos lugares".
Minimizando los riesgos
Recién salidos de las fábricas, las carcasas de uranio empobrecido se manejan normalmente con guantes para minimizar el riesgo a la salud y se les aplica un fino baño protector. La partícula radioactiva alfa que emite el uranio empobrecido viaja menos que una pulgada (25,4 mm) y puede frenarse por la ropa o incluso con un pañuelo de papel. Pero cuando el material de uranio empobrecido prende (normalmente por impacto, o como polvo que puede arder espontáneamente) la capa protectora desaparece creándose peligrosos óxidos radioactivos que pueden ser inhalados o ingeridos.
"El riesgo depende de cómo se maneje", advierte Jan Olof Snihs, de la Autoridad Sueca de Protección Radioactiva, en Estocolmo. En la mayoría de los casos, los peligros son bajos, dice, a menos que los niños ingieran tierra tóxica y radioactiva o cojan con las manos óxidos de uranio empobrecido. Las partículas radioactivas son "un riesgo especial asociado a la guerra", dice el Sr. Snihs. "Las autoridades deberían ser conscientes de ello e intentar descontaminar lugares como estos solo para evitar riesgos innecesarios".
Los oficiales del Pentágono mantienen que el uranio empobrecido es relativamente inocuo y que es una parte necesaria de la guerra moderna. Afirman que los estudios realizados antes de la Guerra del Golfo [1991] que indicaban un riesgo de cáncer y de daño a poblaciones locales mediante la contaminación permanente han sido reemplazados por nuevos informes.
"En realidad no hay ningún riesgo, a menos que nosotros sepamos, para la población de Iraq" declaró a la prensa en Bagdad la semana pasada el Coronel Michael Sigmon, cirujano en funciones del V Cuerpo del Ejército de EEUU quien afirmó que los niños jugando con las carcasas de tanques esparcidas tendrían que comer y después prácticamente asfixiarse en residuos de uranio empobrecido para que les causara daño.
Pero hay una creciente preocupación entre los representantes de NNUU y de agencias asistenciales, junto a algunos expertos científicos occidentales que están reclamando que los lugares contaminados con uranio empobrecido sean señalados y se aseguren. "La tierra alrededor de los lugares donde han impactado los proyectiles de uranio empobrecido puede estar altamente contaminada y podría ser dañina si los niños la ingieren", dice Brian Spatt, jefe del grupo de trabajo sobre uranio empobrecido en la Royal Society, la primera institución científica británica.
¿Juguetes de metal pesado?
Los fragmentos y los proyectiles se tienen que quitar, ya que "los niños los encuentran objetos fascinantes, y los pueden recoger", dice el profesor Spratt. "La ciencia dice que en esos objetos existe algún peligro, quizá no un gran peligro. Por supuesto, no decimos que esas cosas sean seguras; decimos que es importante la limpieza".
El ministerio de Defensa británico mantiene que ofrecerá exploraciones a los soldados que supuestamente hayan estado expuestos al uranio empobrecido y que publicará detalles sobre las localizaciones y cantidades de uranio empobrecido que las tropas británicas han utilizado en Iraq -una minúscula fracción [comparada con] las lanzadas por las fuerzas de EEUU.
Tradicionalmente, el Pentágono ha sido hermético sobre el uranio empobrecido: las estadísticas oficiales sobre la cantidad utilizada no fueron reveladas hasta muchos años después de los conflictos de la Guerra del Golfo de 1991 y de Bosnia, y cerca de un año después de la campaña de Kosovo de 1999. Ningún oficial de EEUU contactado por el CSM pudo proporcionar las estimaciones del uso de uranio empobrecido durante la última guerra contra Iraq.
"Lo primero que deberíamos pedir al ejército de EEUU es que lo quiten inmediatamente", dice Carel de Rooy, presidente del Fondo de la Infancia de NNUU en Bagdad, añadiendo que los altos cargos de NNUU necesitan urgentemente consejos para evitar la exposición. El programa medioambiental de NNUU hizo un llamamiento el mes pasado para que se hagan pruebas de campo. El uranio empobrecido "sigue siendo una cuestión de gran preocupación para el público general", dice el jefe de este Programa Klaus Töpfer. "Un estudio anticipado en Iraq podría o hacer descender los temores para poder despreocuparnos o confirmar que existen realmente riesgos potenciales".
Las tropas de EEUU evitan la destrucción
Durante el último conflicto contra Iraq, los tanques Abrams, los vehículos de combate Bradley y los aviones A-10 Warthog, entre otros equipamientos militares, dispararon proyectiles de uranio empobrecido desde las zonas de guerra del desierto hasta el corazón de Bagdad. Ningún otro proyectil blindado [con uranio empobrecido] es tan efectivo contra los tanques enemigos. A pesar de que el Pentágono mantiene que no existe riesgo para los residentes de Bagdad, los soldados estadounidenses toman sus propias precauciones en Iraq y en algunos casos han distribuido panfletos de advertencia y han marcado señales. "Cuando disparamos algo con uranio empobrecido, no se supone que vamos a ir allí, porque podría causar cáncer" dice un sargento de Nueva York en Bagdad, que tiene asignado un Bradley y que pide son ser identificado. "No conocemos los efectos de lo que puede hacer. Si uno de nuestros vehículos arde con proyectiles de uranio empobrecido dentro, o un camión de munición, no nos acercaríamos a donde está ni aunque tuviera importantes documentos dentro. Trabajamos seguro".
Seis vehículos estadounidenses atacados por "fuego amigo" de uranio empobrecido en 1991 fueron considerados demasiado contaminados como para devolverlos a EEUU y fueron quemados en Arabia Saudí. De otros 16 que se llevaron a una instalación de construcción en Carolina del Sur, seis tuvieron que quemarse en un vertedero de residuos de baja radiación.
Las imágenes de la guerra televisadas el mes pasado mostraron vehículos armados iraquíes ardiendo cuando las columnas estadounidenses entraban, una señal común de ataques con uranio empobrecido, que quema el blindaje impactado y a menudo prende las municiones que lleva el vehículo atacado. "No decíamos ni mu cuando estábamos dirigiéndonos allí, nuestras escotillas estaban cerradas" dice el sargento estadounidense. "Si vimos algo ardiendo, no nos paramos en ningún lugar próximo. Simplemente seguimos conduciendo".
Esta es una opción que la vendedora Hamid no tiene. Dice que EEUU no cumplió su promesa de no bombardear a los civiles. Ha encontrado bombas de racimo en su jardín; el uranio empobrecido es sólo otra preocupación más, en una guerra sobre la que sigue siendo escéptica. "Se nos dijo que esto iba a ser el paraíso cuando se derrocara a Sadam Husein y ahora [los estadounidenses] están matando a nuestros hijos". Se queja en lo que es una percepción común iraquí sobre el riesgo del uranio empobrecido. "Los estadounidenses no se han preocupado en advertirnos que esta es una zona contaminada".
Ahora hay un aviso en la inserción de ad-Dura, [barrio] a las afueras del sur de Bagdad. En los días previos a la caída de la capital, cuatro camiones de abastecimiento estadounidenses se apiñaron cerca de un nudo de autopistas, prendieron fuego y quemaron varios depósitos de armas con de uranio empobrecido. Las tropas estadounidenses llegaron unos días más tarde con máscaras de protección y excavaron la tierra de alrededor para limitar la contaminación. Las tropas colgaron avisos escritos en árabe a mano en los vehículos quemados en los que se lee: "Peligro. Manténgase fuera de este área". Esos fueron los únicos avisos que vio este investigador entre las docenas de vehículos blindados iraquíes destruidos y desperdigados por la ciudad.
"Todos llevaban máscaras", dice Abbas Mohsin, el primo adolescente de un vendedor de un puesto de bebidas [situado] a poco más de 45 metros, refiriéndose al equipo de limpieza estadounidense. "Les dijeron a la gente que había materiales tóxicos... y advirtieron a mi primo que no vendiera Pepsi ni bebidas frías en es esta zona. Dijeron que estaban preocupados por nuestra seguridad". A pesar de que las tropas excavaron la tierra contaminada y la sacaron lejos de los vehículos quemados, sigue habiendo en el lugar negros montones de cenizas y partículas de uranio empobrecido puro. El residuo tóxico, si se inhala o se come, está considerado por los científicos como el más peligroso estado del uranio empobrecido.
La lectura digital de uno de los montones de polvo negro produjo 9.839 emisiones radioactivas por minuto, más de 300 veces la media del nivel aceptable registrado por el medidor Geiger. Otro montón de polvo alcanzó las 11.585 emisiones por minuto.
Los periodistas occidentales que pasaron una noche cerca de este lugar el 10 de abril, el día anterior a la caída de Bagdad, fueron advertidos por soldados de EEUU para que no cruzasen la carretera hasta ese lugar porque todavía había cuerpos y artillería sin estallar, además de contaminación de uranio empobrecido. Fue allí donde CSM halló la ráfaga de metralla del tanque. Este proyectil quemado había convertido el nivel de la radiación al límite de la "zona roja".
Un tanque parecido de uranio empobrecido recuperado en Arabia Saudí en 1991, que fue hallado por un equipo radiológico militar estadounidense cuando emitía entre 260 y 270 miliradiacciones de radiación por hora. Su memorando de seguridad establece que "el límite que establece la Comisión Reguladora Nuclear de EEUU para evitar la radiación en los trabajadores es de 100 miliradiacciones por año". La dosis límite para el público normal en EEUU, y reconocida alrededor del mundo, es de 100 milirems por año.
Los proyectiles de uranio empobrecido se fabrican a partir de material de deshecho de bajo nivel nuclear radioactivo derivado de la producción de la combustión nuclear y de las armas. Es 1,7 veces más denso y perfora y quema fácilmente el blindaje. Pero es controvertido porque deja un rastro de contaminación que tiene una vida media de 4.500 millones de años, la edad de nuestro sistema solar.
¿Menos uranio empobrecido en esta guerra?
En la Guerra del Golfo de 1991 las fuerzas estadounidenses utilizaron 320 toneladas de uranio empobrecido, el 80% lanzado por aviones A-10. Algunas estimaciones sugieren que en la guerra actual se han usado más de 1.000 toneladas de uranio empobrecido. Pero las revelaciones del Pentágono el pasado mes de abril acerca de que se habían lanzado75 toneladas de proyectiles de uranio empobrecido desde los A-10 apunta a un tonelaje de uranio empobrecido total menor en Iraq esta vez.
Las directrices militares de EEUU se desarrollaron tras la primera Guerra del Golfo -que se han rebajado considerablemente desde entonces- y exigen a los soldados que mantengan una distancia de casi 50 metros de un tanque atacado con uranio empobrecido llevar máscaras de gas y un traje protector. Hoy, los soldados tiene instrucciones de evitar cualquier [contacto con] uranio empobrecido. "Si se ha tomado un tanque con uranio empobrecido, debe de haber óxido que no se debe inhalar. Queremos minimizar cualquier exposición, al menos al nivel más bajo posible", declaró el Dr. Michael Kilpatrick, un alto oficial sanitario del Pentágono a la prensa el pasado 14 de marzo, justo unos días antes de que comenzara la guerra. "Si alguien necesita entrar en un tanque que ha sido atacado con uranio empobrecido, es adecuado protegerse con una máscara para el polvo, un pañuelo, y lavarse las manos después". "No todo el mundo en el campo de batalla puede tener conocimientos sobre qué hacer frente al uranio empobrecido", dice el Dr. Kilpatrick, señalando que su mayor preocupación es la toxicidad química del uranio empobrecido, no su radioactividad: "Lo que nos preocupa son la áreas habitadas con los niños que lo recogen [el material con uranio empobrecido] lo chupan, lo manosean y lo tragan".
El manejo del uranio empobrecido está regido en EEUU por estrictas normas de la Comisión Reguladora Nuclear que establecen que solo puede eliminarse en vertederos de deshechos radioactivos de bajo nivel. El ejército de EEUU dispone de más de una docena de licencias para trabajar con uranio empobrecido.
En Iraq no solo se ha lanzado uranio empobrecido para [atacar] objetivos blindados. Las imágenes de vídeo de los últimos días de la guerra muestran a un avión A-10 -un avión diseñado para disparar piezas de artillería Gatling de 30 mm- ametrallando el Ministerio de Planificación iraquí en el centro de Bagdad.
Una visita a la zona depara docenas de descargas radioactivas de uranio empobrecido y carcasas de aluminio con dos bandas blancas que penetraron en el tejado y en el hormigón del edificio. El residuo de uranio empobrecido por el impacto señaló en el contador Geiger un nivel relativamente bajo, sólo 12 veces más de los niveles de radiación aceptables.
'Proyectiles calientes'
Pero los propios proyectiles del tamaño de un dedo -desperdigadas por el suelo donde se mueven con frecuencia los saqueadores y los funcionarios- fueron los objetos "más calientes" que el CSM midió en Iraq, alcanzando niveles casi 1.900 veces más altos que los aceptables. El lugar se encuentra a casi 300 metros del lugar donde las tropas estadounidenses custodian la principal entrada al Palacio de la República, alojamiento de los oficiales de EEUU y de Gran Bretaña encargados de la reconstrucción de Iraq.
"¿Radioactividad?, ¿de verdad?", pregunta un ex director general del ministerio cuando volvió la semana pasada con traje y corbata y oyó los niveles de contaminación registrados en el contador Geiger. "Ayer vinieron más de mil empleados y no tenían ninguna información sobre eso. Hemos empezado a no creer lo que dice el gobierno de EEUU. Lo que yo se es que las fuerzas de ocupación deberían descontaminarlo y cuidar el país que han invadido".
Los oficiales militares estadounidenses dicen con frecuencia que la mayoría de la gente está expuesta a un nivel de radiactividad natural o "aceptable" en la vida cotidiana. Por ejemplo, un vuelo alrededor de EEUU puede producir una dosis incrementada de 5 milirem sobre la radiación cósmica; una radiografía de rayos X puede producir una dosis de 10 milirem en pocos segundos. El Pentágono mantiene que, como el uranio empobrecido está empobrecido y contiene un 40% menos de radioactividad que el uranio normal, presenta, por ello, incluso menos riesgo. Sin embargo, los expertos en uranio empobrecido dicen que están muy preocupados por el modo en que se transforma en el campo de batalla, tras arder, en un polvo de óxido tóxico que emite partículas alfa. A pesar de que pueden ser fácilmente frenadas por la piel, una vez que están dentro del organismo, y según han demostrado los estudios, pueden destruir células de tejido blando. A pesar de que un estudio con ratas inyectadas con fragmentos de uranio empobrecido en músculos blandos [ha demostrado que] incrementa el riesgo de cáncer, los efectos sobre la salud humana siguen sin ser concluyentes.

Cinco días antes de que comenzase la guerra contra Iraq, oficiales del Pentágono declararon que se ha demostrado que 90 de los soldados más gravemente expuestos a uranio empobrecido durante la Guerra del Golfo de 1991 no han tenido problemas de salud aunque siguen bajo supervisión médica. Los documentos hechos públicos y las admisiones que los oficiales militares han hecho en el pasado estiman, sin embargo, que alrededor de 900 estadounidenses estuvieron expuestos a uranio empobrecido. Solo una fracción ha sido investigada y entre ellos solo se ha diagnosticado un caso de cáncer linfático y otro de tumor en el brazo. Como se ha informado en otras ocasiones, CSM ha hablado con veteranos estadounidenses que achacan sus problemas de salud a la exposición a uranio empobrecido.
La política del uranio empobrecido
Pero las preocupaciones de la salud relativas al uranio empobrecido se enmarañan siempre en la política. El régimen de Sadam Husein responsabilizó al uso de uranio empobrecido en 1991 de haber causado un aumento de la tasa de cáncer y malformaciones congénitas en el sur de Iraq.
El Pentágono a menudo exagera el asunto en términos de la efectividad del uranio empobrecido en el campo de batalla o declara la ausencia de problemas para la salud, según Dan Fahey, un defensor de los veteranos estadounidense que ha supervisado los argumentos de ambas partes desde mitad de los 90. En su informe de marzo "Ciencia o ciencia-ficción: hechos, mitos y propaganda en el debate sobre uranio empobrecido", Fahey afirma que "las municiones de uranio empobrecido no son ni las benignas armas que defiende la propaganda del Pentágono ni el desacreditado instrumento de genocidio de los activistas anti uranio empobrecido".
No obstante, el republicano Jim McDermott de Washington, un doctor que visitó Bagdad antes de la guerra, presentó un informe al Congreso el mes pasado requiriendo estudios sobre la salud y en el medio ambiente y la limpieza de la contaminación por uranio empobrecido en EEUU. Mantiene que el uranio empobrecido puede estar directamente asociado con el incremento de las malformaciones congénitas.
Según Fahey "Mientras que los efectos políticos del uso de munición de uranio empobrecido son más aparentes que los efectos en la salud y en el medio ambiente, la ciencia y el sentido común dictan que es poco aconsejable usar un arma que esparce grandes cantidades de residuos tóxicos en áreas donde la gente vive, trabaja, cultiva alimentos y extrae agua".
Debido a la publicidad que el gobierno iraquí ha dado al asunto, los iraquíes se preocupan por el uranio empobrecido. "Es una gran preocupación... no sabemos nada sobre ello. ¿Cómo puedo proteger a mi familia?", pregunta Faiz Askar, un doctor iraquí. "Decimos que la guerra se ha acabado pero qué nos depara el futuro?"
* Scott Peterson es miembro de The Christian Science Monitor. Este artículo ha sido difundido en:
www.csmonitor.com



Entrevista
Un coronel del ejército de EEUU admite que en Iraq se utilizaron 500 toneladas de uranio empobrecido durante la invasión
Jay Shaft *
26 de mayo de 2003. Coalition for Free Thought in Media, 5 de mayo de 2003
Traducción: Beatriz Morales, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"El Pentágono sabe que existen graves riesgos para la salud asociados al uranio empobrecido. Lo saben tras años de controlar nuestros propios campos de pruebas y centros de fabricación."
Un coronel estadounidense del Comando de Operaciones Especiales admitió en tres entrevistas diferentes que EEUU y Gran Bretaña habían lanzado en Iraq 500 toneladas de municiones de uranio empobrecido, así como que la bomba GBU-28 Blue 113 de 5.000 toneladas contenía uranio empobrecido en su ojiva. Hasta ahora los materiales utilizados para fabricar la ojiva de la bomba GBU-28 habían permanecido envueltos en un velo de misterio. También admite que el Pentágono ha reconocido privadamente el riesgo que el uranio empobrecido supone para la salud durante años. Pidió permanecer en el anonimato por evidentes razones de seguridad, y también para poder seguir siendo una valiosa fuente de información. He verificado su identidad y su información es, en general, precisa. Algunas informaciones no se han podido verificar debido a que determinadas armas están clasificadas como alto secreto. A continuación se reproduce una trascripción de la entrevista. [Jay Shaft]
P.: Tengo entendido que es usted coronel del ejército de EEUU, ¿es cierto?
R.: Correcto. Trabajo para Comando de Operaciones Especiales del ejército estadounidense, adscrito al Comando Central. Mi trabajo consiste en trazar las coordenadas para los objetivos y elegir la mejor manera de destruir el objetivo. Tengo a mi disposición una amplia red de analistas para analizar cada objetivo y establecer qué armas podrán destruirlo mejor.
P.: ¿Sabe qué cantidad de uranio empobrecido acaba de ser empleado en Iraq y qué tipo de munición se utilizó?
R.: Sí, sé que al menos 500 toneladas de municiones de uranio empobrecido fueron utilizadas por las fuerzas de la coalición. También sé que muchas ciudades fueron duramente bombardeadas con munición de uranio empobrecido.
P.: ¿500 toneladas? ¿Está usted completamente seguro?
R.: Absolutamente seguro. Sé que fue un poco más de 500 toneladas, pero puede redondear las cifras hacia el centenar de toneladas más próximo [se ríe].
P.: ¿Y respecto a las ciudades?¿Utilizaron ustedes deliberadamente uranio empobrecido en ellas?
R.: Digamos que no hicimos todo lo posible por evitar utilizar uranio empobrecido en las ciudades o en zonas densamente pobladas. Sé que yo seleccioné algunos perforadores de uranio empobrecido porque tienen un gran poder de penetración. Utilicé armas de uranio empobrecido exclusivamente sobre algunos objetivos para asegurar un máximo de daño a esos objetivos. Lo que se pretende no es dañar sólo a medias algunos objetivos, sino causar el máximo daño.
P.: Un momento... no sabía que los perforadores llevaran uranio empobrecido. ¿Cómo lo sabe usted?
R.: Bueno..., las especificaciones acerca de los perforadores son alto secreto, así que buena [investigación] y buena suerte. Para responder a su pregunta, le haré yo una: ¿cómo cree que con una bomba se puede penetrar en un bunker reforzado con acero? Tiene que tener uranio empobrecido en la ojiva o en alguna parte, si no es imposible penetrar en un objetivo enterrado bajo tierra.
P.: Entiendo lo que quiere decir. Bien, ¿puede decirme cuáles de los perforadores tienen ojivas de uranio empobrecido?
R.: Bueno... [larga pausa]. Creo que le diré uno y lo dejaré ahí. A la bomba guiada G.B.U.-28 BLU 113B 5000 se le puede acoplar una ojiva de uranio empobrecido y puede ser lanzada. No se trata sólo de la ojiva de uranio empobrecido; las utilizan también con ojivas convencionales que no son de uranio empobrecido. Si vio la televisión y las vio cuando alcanzaban un objetivo, es sencillo saber cuáles son de uranio empobrecido: si vio todos esos pequeños fuegos secundarios ardiendo en el momento de la explosión, se trataba de uranio empobrecido ardiendo. Arde con una llama naranja blanquecina; casi parecen fuegos artificiales.
P.: ¿Hay otros perforadores que lleven ojivas de uranio empobrecido?
R.: Creo que no voy a responder a esta pregunta; ya he hablado demasiado. Siguiente pregunta.
P.: Volviendo a las 500 toneladas de uranio empobrecido, ¿el Departamento de Defensa de EEUU y en Pentágono dispararon deliberadamente a zonas civiles? Y si lo hicieron, ¿por qué?
R.: Ya he contestado a esa pregunta, pero le diré que había muchos vehículos blindados iraquíes en las principales ciudades iraquíes y por sus alrededores. Nuestros propios tanques y vehículos utilizan municiones perforadoras de uranio empobrecido para destruir esos vehículos enemigos. Sabemos que más de 100 toneladas de municiones de uranio empobrecido se utilizaron en Bagdad y sus alrededores, pero se empleó mucha más en las ciudades del norte y en Basora. Destruimos con uranio empobrecido más de 20.000 vehículos de distinto tipo en Iraq, e incluso bombardeamos con él edificios en el centro de Bagdad.
P.: ¿El Pentágono sabía que esto estaba sucediendo?,¿trataron de impedirlo? Me refiero a los riesgos del uranio empobrecido y al hecho de que se supone que estaban liberando Iraq.
R.: Querían la completa destrucción de cualquier vehículo militar en Iraq. Por eso usted vio que nuestros vehículos incluso disparaban a otros desvencijados y que ya habían sido bombardeados. He visto fotos de muchos vehículos que tenían más de 20 impactos. El objetivo era asegurarse de que en modo alguno ningún ejército pueda volver a utilizar estos vehículos. Queríamos diezmar al ejército iraquí y asegurarnos de que nunca pudieran volver a luchar. Creo que logramos bastante bien ese objetivo, más de lo que esperábamos en tan poco tiempo. Supuso una enorme cantidad de munición, especialmente balas perforadoras de 25, 30 y 125 mm con puntas de uranio empobrecido.
P.: Y ¿qué puede decir de los riesgos para la salud asociados al uranio empobrecido?¿o acaso niega que existan?
R.: Usted está decidido a hacer que haga una declaración acerca de los riesgos para la salud, ¿verdad?
P.: Quisiera saber qué esconde entre bastidores el Pentágono en relación al uranio empobrecido.
R.: Bien....[larga pausa, seguida de una fuerte blasfemia]. De acuerdo, le revelaré algún trapo sucio, si eso es lo que quiere. El Pentágono sabe que existen graves riesgos para la salud asociados al uranio empobrecido. Lo saben tras años de controlar nuestros propios campos de pruebas y centros de fabricación.
Había partes de Iraq que fueron designadas como zonas de alta contaminación incluso antes de situar tropas sobre el terreno. Las zonas en torno a Basora, Jalibah, Talil, la mayor parte del desierto del sur y otros lugares peligrosos fueron todos ellos identificados como contaminados antes de la guerra. Algunas de las zonas de la región desértica del sur a lo largo de la frontera kuwaití resultan especialmente radiactivas en los escáneres y en las pruebas.
Uno de nuestros campos de pruebas en Arabia Saudí da un nivel de radioactividad 1.000 veces superior al normal. En EEUU tenemos campos de pruebas que están muy contaminados. ¡Diablos, llevan ahí desde los ochenta y nunca se ha dicho nada públicamente! La política de "no hacer preguntas" no sólo se aplica a los gays; también se aplica constantemente a este asunto. Sé que hubo un tiempo en el que se mantuvo la teoría de que cualquier soldado expuesto a munición de uranio empobrecido debía llevar un traje protector completo contra armas químicas. Pero se dieron cuenta de que no sería práctico y nunca más se volvió a hablar de ello abiertamente.
P.: Entonces, ¿son ciertos los rumores de que saben que el uranio empobrecido es perjudicial?
R.: Sí, no hay duda de que la mayor parte de los comandantes de alto nivel que andaban por ahí en los ochenta lo sabían.
P.: Entonces, ¿qué le parece el hecho que ustedes hayan expuesto a sus propios hombres al uranio empobrecido?
R.: ¡A la mierda! ¿Qué sabe usted de mi trabajo? Hice lo que tenía que hacer para eliminar los objetivos que me habían impuesto. Si se tenía que usar uranio empobrecido, entonces yo lo incluía en mis informes. En realidad, yo no hago ya ningún disparo; trabajo a distancia en un despacho.
P.:Así que nunca tendrá que preocuparse de si está expuesto al uranio empobrecido, ¿no? ¡qué valiente!
R.: [Retahíla de blasfemias] Se ha terminado la entrevista [más blasfemias seguidas del ruido del teléfono al ser colgado].
La tercera entrevista no se pudo realizar, pero lo que declaró el coronel es muy revelador. Él mismo reconoció que habían utilizado uranio empobrecido en las principales ciudades iraquíes aunque sabían cuáles eran los riesgos. Nuestras propias tropas están expuestas en zonas que han sido muy contaminadas, sin prevenirles ni tratar de protegerlas. En los principales centros de población, cientos de toneladas de uranio empobrecido fueron utilizadas por unas tropas que cumplían órdenes de destruir completamente todos los vehículos y edificios militares iraquíes. Es la primera vez que el uranio empobrecido se ha empleado en zonas densamente pobladas.
Todo un país ha vuelto a ser contaminado sin contemplaciones respecto a las futuras generaciones que van a vivir en él. El río Tigris riega todos los cultivos que crecen es esa parte de mundo; del agua de ese río vive la mayor parte del ganado y se riegan las cosechas.
¿Cuántos niños más nacerán con malformaciones congénitas?¿Cuánto niños más enfermarán de cáncer y morirán antes de que puedan siquiera vivir una vida productiva? Miles de ellos se han visto afectados por el uranio empobrecido empleado en la Guerra del Golfo de 1991. Desde entonces, las cifras indican que los índices de cáncer y de enfermedades relacionadas con él se han incrementado en Iraq entre un 300% y un 500%. Ahora las principales zonas de población han sido gravemente contaminadas sin el menor respeto por la salud futura de Iraq. Tendremos que esperar para ver cuál es el coste de esta acción. Con toda seguridad será excesivamente alto y sus consecuencias serán un enorme incremento del sufrimiento y de las muertes.
* Jay Shaft, director de Coalition For Free Thought In Media. Difundido en
www.mindfully.org