Medio Oriente

Rojo y Negro Digital
Tras un acuerdo firmado por la Autoridad Palestina y el Gobierno de Israel y mediante una Posición Común del Consejo de la Unión Europea; Ibrahim, Aziz y Ahmed, tres luchadores por la libertad y la autodeterminación del pueblo palestino son deportados a Europa junto a once compañeros, el 10 de mayo de 2002, tras cuarenta días de asedio por parte del ejército israelí a la Basílica de la Natividad (Belén). Estos tres compañeros y combatientes por la causa palestina, tras un breve traslado a Chipre son acojidos por el Estado español, permaneciendo cuatro meses en la casa forestal de Lubia (Soria), vigilados por ciento veintidós números de la guardia civil. Pasado este período de tiempo optán por ir a Zaragoza dos de ellos -Ibrahim y Aziz y a Soria el otro -Ahmed-.

Desde el primer momento, estos combatientes palestinos pensaron que dependían del Ministerio del Interior, sin embargo en tal Ministerio, les indicaron que su dependencia era de Asuntos Exteriores. En Asuntos Exteriores, les indicaron que su información no era correcta y que el Ministerio que se hacía cargo de ellos era Asuntos Sociales, sin embargo, una vez hablado con Asuntos Sociales, estos se inhiben de toda responsabilidad. En resumen, los compañeros palestinos en cuestión han sido deportados al Estado español, pero su condición y estatus jurídico no está contemplado ni en la legislación española ni en la legislación europea. Ante semejante desconcierto e irresponsabilidad de la Administración española, los tres compañeros terminaron dependiendo de la sección de inmigración de la Cruz Roja.

Ellos fueron autorizados para poder moverse libremente por el Estado español, siempre y cuando no se acercasen a sus fronteras, mientras el Ministerio del Interior les obliga a firmar todos los lunes en la Comisaría de la Jefatura Superior de Policía, es decir, no velan de su seguridad, no les protegen a pesar de ser combatientes amenazados por el Estado de Israel y sus servicios secretos -Mossad-, sin embargo les controlan la estancia de tal manera que no puedan viajar fuera del Estado español y son sometidos semanalmente al control policial, siendo tratados así como delincuentes más que como luchadores de su legítima causa por la liberación del pueblo palestino.

A través de fondos de la Unión Europea, el Estado español les asignaba 258 euros al mes por una sola persona y 439 euros por matrimonio e hija. Sin embargo nadie sabe cual la cantidad que percibe el Estado español de los fondos europeos para esta cuestión, la duda surge cuando tras las indagaciones oportunas, es sabido que los compañeros combatientes de la Basílica de la Natividad que se encuentran en estas mismas condiciones en Grecia e Irlanda, les son asignadas 1.200 euros como prestaciones mensuales, según ellos mismos indican.

Ahora, tras la decisión del Estado español de cortar incluso estas míseras prestaciones, carentes de cualquier tipo de seguridad y en condiciones de vida poco dignas para gentes que están aquí en contra de su voluntad -su voluntad manifestada en repeditas ocasiones es volver a su pueblo, a su tierra, con sus gentes, con el fin de proseguir la lucha por la autodeterminación de Palestina-, han decidido ocupar la Embajada Palestina en Madrid. Esto hecho a acontecido hoy día 23 de junio, y tras entrevista con compañeros de la CGT en la tarde de hoy, hacemos un llamamiento a la solidaridad inmediata con estos tres compañeros en lucha, solidaridad que no debe entenderse más que como una extensión de nuestra solidaridad con el conjunto del pueblo palestino, en lucha desde 1948 contra la ocupación ilegítima de sus tierras por parte del Estado de Israel.

¡Viva la lucha del pueblo palestino! ¡Viva la Intifada! ¡Por el libre derecho a la autodeterminación de los pueblos! ¡Solidaridad con los compañeros palestinos encerrados en la Embajada Palestina!