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Medio Oriente

Tirar piedras no es un hobby palestino

A 55 años de la catástrofe, un pueblo continúa luchando por la tierra que le fue arrebatada
Luis Luque Álvarez
JUVENTUD REBELDE

Cuando tuve frente a mí al embajador de Palestina en Cuba, Imad Jada’a, pensé comenzar la conversación por el tema "del momento": la controvertida designación del nuevo primer ministro palestino Abu Mazen —curiosamente el único con el que Ariel Sharon estaría dispuesto a dialogar—, y la tesis de su oposición a Arafat. "Caeríamos en la trampa de quienes desean ver divisiones entre nosotros", dice.
"A mí me han preguntado si soy de Mazen o de Arafat, y he contestado que los tres somos palestinos, y que luchamos por la paz de nuestro pueblo. Además, acota, Abu Mazen no es Karzai en Palestina (en referencia al gobernante impuesto a Afganistán tras la invasión estadounidense). El pueblo no lo permitiría. Ha mostrado a la humanidad que no puede engañársele así."
Por ello, preferimos recordar los orígenes de un conflicto que hoy, 15 de mayo, llega vergonzosamente a sus 55 años como asignatura pendiente en la historia de la humanidad. La fecha guarda dos lecturas: mientras los israelíes celebran el día de su "independencia", los palestinos conmemoran la Nakba (catástrofe): la expulsión de sus tierras de más de 700 000 residentes árabes y el arrasamiento de cerca de 450 poblados por los sionistas, en aras de fundar el "Gran Israel". Un festejo que descansa sobre una desgracia.
"El problema palestino —explica—, aunque oficialmente tiene 55 años, ya había comenzado desde finales del siglo XIX, con el advenimiento de los primeros inmigrantes judíos a Tierra Santa. Todos los grandes conflictos del siglo XX se resolvieron, menos el nuestro. Se avaló la creación de Israel como estado artificial, a condición de que se estableciera igualmente el estado palestino. Hasta la fecha, ello no ha podido ser posible.
"Sin embargo, mientras lo que sufrimos en 1948 fue la usurpación de nuestro territorio, se habla de la ‘independencia de Israel’. Pero, ¿de quién? ¿Quién los había colonizado hasta esa fecha?
"El caso de Israel no tiene precedente histórico ni repetición. Nunca en la historia contemporánea se había creado un estado artificial en el territorio de otro pueblo. Es el único país que no ha presentado sus mapas a la ONU, que no ha escrito aún una Constitución que defina quién es ciudadano israelí, quién no, cuáles son sus derechos..."
—En más de medio siglo de colonización, ¿cuándo pareció más cercana la paz entre israelíes y palestinos?
—Entre 1994 y el 2000, cuando comenzamos a construir las bases de nuestro Estado. Fue un período de paz, en que el pueblo trabajó de la mano con su gobierno. El pragmatismo de Arafat y sus colaboradores permitió ir convirtiendo en realidad los sueños de tantos años.
"Pero en noviembre de 1995, un joven judío, dicen que ‘mentalmente afectado’, asesinó al primer ministro israelí Yitzhak Rabin, una de las figuras claves de la paz. ¿Se trató simplemente de un joven ‘psicótico’, o de un cuidadoso plan de quienes saben que, en paz, Israel no puede sobrevivir?
"Hoy este tema se debate en los altos círculos de poder de ese país, que recibe generosas contribuciones financieras y militares de EE.UU. por su papel de punta de lanza en el Medio Oriente. Si un día llegara la paz, los contribuyentes norteamericanos podrían cuestionarse por qué su dinero debe sostener económicamente a otro país. Un acuerdo con los palestinos significaría un revés para los intereses israelíes.
—El secretario de Estado de EE.UU. Colin Powell acaba de terminar una visita al Medio Oriente, en la que presentó la Hoja de Ruta del Cuarteto (formado por EE.UU., Rusia, la Unión Europea y la ONU), un nuevo plan para la paz definitiva en Palestina.
—Ha habido varios planes: el Tenet, el Mitchell. Los hemos aceptado, aun sabiendo que son injustos, para lograr la paz. Israel los ha desechado uno a uno. Entonces viene el señor Bush con la Hoja de Ruta, que debe terminar con la creación del Estado palestino independiente en el 2005.
"Nuestra dirección aceptó el plan, mientras en El Cairo, el señor Powell negó ‘haber oído la palabra aceptación del señor Sharon o de otro funcionario israelí’.
"¿Ruta a dónde? ¿A un estado palestino independiente en el 2005, al lado de un Israel seguro? Supongamos que así sea. ¿Existe algún proyecto de cómo implementarlo?
"Además, ¿están dispuestos los EE.UU. y el mundo a obligar a Israel a aceptar la ‘ruta’ hacia la paz justa y verdadera, o el nuevo plan constituye una propina barata a los árabes después de la ocupación de Iraq?
"Por otra parte, Israel le exige al nuevo gabinete palestino que ponga fin a la violencia, pero anteayer el coronel jefe de la seguridad en Gaza fue detenido por Israel. ¿Podemos trabajar por la seguridad, como exigen Sharon y Bush, con un ministro del Interior sin ministerio, con muchos de sus efectivos arrestados? Un nuevo primer ministro ¿qué puede hacer, encerrado en el mayor campo de concentración conocido jamás en la historia del mundo?
—Los críticos de la Intifada señalan como un error la rebelión iniciada en el 2000, a raíz de la visita de Sharon a la explanada de las mezquitas de Jerusalén.
—Se nos dice que es necesario detener la resistencia, que no debimos responder a aquella provocación. Si no hacemos caso de ella, ¿tenemos garantías de que no montarán otra? Para la masacre de Jenín no necesitaron pretexto alguno. ¿Alguien cree que es un hobby palestino tirar piedras? ¿No es ese el resultado de la ocupación y de los atropellos?
—Tel Aviv y Washington culpan a Arafat por el alargamiento del conflicto. ¿Qué piensa el pueblo palestino?
—Los norteamericanos quieren marginar a Arafat, y pretenden obligar a Europa a hacer lo mismo. Pero hace unos días, el enviado especial de la UE, Miguel A. Moratinos, se reunió con él. Lo había hecho antes la canciller japonesa, a quien después Sharon se negó a recibir por ‘problemas de agenda’.
"En cuanto al pueblo, lo sigue considerando su líder. El pasado año, cuando los israelíes asediaron la Mukata (la sede del ejecutivo palestino en Ramala), el plan era asesinar de una buena vez a Arafat; pero se frustró cuando miles de palestinos salieron a las calles a impedirlo.
"Mientras EE.UU. e Israel más lo atacan, más se acerca el pueblo a él. Un ejemplo: todos los viernes, la plaza colindante con la Mukata se convierte en una mezquita gigante, popular, a donde todos van a orar con Arafat, pues los sionistas lo han privado de libertad de movimiento."
—En un contexto internacional tan adverso, ¿cómo avanzar hacia la realidad de un estado palestino?
—Hoy, pasados 55 años, continuamos la lucha con reglas de juego diferentes, acordes con el momento. Ya en Oslo aceptamos lo inaceptable, pues aunque sabemos nuestros derechos, no cerramos los ojos al contexto político. Debemos ser pragmáticos políticamente: estar en el juego para marcar puntos. Aceptamos la "Hoja de Ruta", y estamos a la espera de la reacción israelí al plan. Sabemos que la paz beneficiará a los pueblos de la zona y del mundo.
"Igualmente esperamos que la comunidad internacional inste a Tel Aviv a aceptar el nuevo plan. Habrá que ver si Israel no se burla también de Bush y rechaza la "Hoja de Ruta".
"Ahora la pregunta es: ¿Estados Unidos seguirá malcriando a Israel? ¿Habrá garantía de observadores internacionales en Palestina? Otra negativa israelí no nos dejará más opción que continuar la lucha."