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Medio Oriente

29 de mayo del 2003

Los horrores de Congo salen a la luz

Paul Harris
NFTF, YellowTimes.org, 22 de mayo de 2003
Traducido para Rebelión por Germán Leyens


Gracias a una tregua entre las milicias Lendu y Hema que se mantiene por el momento alrededor de Bunia, los colaboradores de Naciones Unidas y de la Cruz Roja han podido entrar al área para evaluar los daños. Esta ciudad de 300.000 habitantes en el nordeste de la República Democrática del Congo (RCD) fue, hasta la tregua del último fin de semana, escena de intensa violencia después de la partida de tropas ugandesas del área a fines de abril.

Los investigadores reciben informes sobre canibalismo, asesinatos masivos, y una brutalidad indescriptible. Hay historias sobre milicianos Lendu comiéndose los corazones de sus víctimas Hema o que han utilizado sus intestinos como tocados. Aunque los investigadores aún no están totalmente convencidos por esas informaciones, dicen que son demasiado persistentes como para ser enteramente ficticias. Han descubierto una fosa común con 30 cuerpos y con ello la cantidad de muertos de los recientes choques se eleva a más de 300. Aunque no se sabe con certeza si los cuerpos recuperados son de civiles o de miembros de milicias rivales, la mayor parte habían sido matados por disparo a quemarropa o despezados con machetes.

En un editorial publicado en The Monitor, en Kampala, capital de Uganda, el autor Kintu Nyago se refiere a esto como "el holocausto olvidado". Señala que este conflicto ha matado a más personas que cualquier otro desde la II Guerra Mundial, pero que "la atención de Occidente y de la comunidad internacional en general… ha sido deprimente por decir lo menos". Pone en duda los esfuerzos de Naciones Unidas hasta la fecha, señalando que hay sólo unos pocos centenares de soldados en un área mayor que Gran Bretaña y Francia juntos y que su mandato no les permite intervenir en el conflicto actual. Nyago repite la acusación de la gente en Bunia de que las tropas de la ONU están allí sólo para proteger al personal de la ONU.

Todas las fuentes informadas insisten en que sin el despliegue de una importante fuerza de mantenimiento de la paz en el área, esas atrocidades podrían volver a estallar. Aunque se habla de un incipiente genocidio de estilo Ruandés, hay que recordar que ese desastre provino de los esfuerzos de una campaña muy bien organizada. Las milicias que están en el nordeste de la RDC son todo lo contrario de disciplinadas y organizadas, pero eso también lleva a que sean tanto más imprevisibles.