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Medio Oriente

20 de abril del 2003

El día después
Mientras más fácil la victoria, más difícil la paz

Uri Avnery
CounterPunch
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Ahora está de moda hablar del "día después". Hablemos de la noche después.

Después del fin de las hostilidades en Irak, el mundo se verá confrontado con dos hechos decisivos:

Primero: la inmensa superioridad de las armas de EE.UU. puede derrotar a cualquier pueblo del mundo, por valiente que sea.

Segundo, el pequeño grupo que inició esta guerra -una alianza de fundamentalistas cristianos y de judíos neoconservadores- ha vencido en gran forma, y desde ahora controlará Washington, casi sin límites.

La combinación de estos dos hechos constituye un peligro para el mundo, y especialmente para el Medio Oriente, los pueblos árabes y el futuro de Israel. Porque esta alianza es enemiga de las soluciones pacíficas, enemiga de los gobiernos árabes, enemiga del pueblo palestino y especialmente enemiga del campo de la paz israelí.

No sólo sueña con un imperio de EE.UU., al estilo del de Roma, sino también con un mini-imperio israelí, bajo el control de la extrema derecha y de los colonos. Quiere cambiar los regímenes en todos los países árabes. También causará un caos permanente en la región, cuyas consecuencias son imposibles de prever.

Su mundo mental consiste de una mezcla de fervor ideológico y de burdos intereses materiales, un patriotismo estadounidense exagerado y un sionismo derechista.

Es una mezcla peligrosa. Hay en ella algo del espíritu de Ariel Sharon, un hombre que siempre ha fraguado grandiosos planes para cambiar la región, caracterizado por una mezcla de imaginación creativa, chovinismo descontrolado y una fe primitiva en la fuerza bruta.

¿Quiénes son los vencedores?

Son los así llamados neocons, o neoconservadores. Un grupo compacto, cuyos miembros son casi todos judíos. Tienen posiciones clave en la administración Bush, así como en los gabinetes estratégicos que juegan un papel importante en la formulación de la política de EE.UU. y en las páginas de opinión de los periódicos influyentes.

Durante muchos años, fue un grupo marginal que promovió un orden del día derechista en todos los terrenos. Lucharon contra el aborto, la homosexualidad, la pornografía y las drogas. Cuando Binyamin Netanyahu llegó al poder en Israel, le dieron consejos sobre cómo combatir a los árabes. Su gran ocasión llegó con el colapso de las Torres Gemelas. El público y los políticos estadounidenses estaban en un estado de choque, totalmente desorientados, incapaces de comprender un mundo que había cambiado de un día al otro. Los neoconservadores formaban el único grupo con una explicación viable y una solución. Sólo nueve días después de la atrocidad, William Kristol (hijo del fundador del grupo, Irving Kristol) publicó una Carta Abierta al presidente Bush, declarando que no bastaba con aniquilar la red de Osama bin Laden, sino que también era imperativo "sacar del poder a Sadam Husein" y "tomar represalias" contra Siria e Irán por su apoyo a Hizbolá.

Sigue una breve lista de los principales personajes.

La Carta Abierta fue publicada en el Weekly Standard, fundado por Kristol con el dinero del magnate ultra-derechista de la prensa Rupert Murdoch, que donó 10 millones de dólares a la causa. Fue firmada por 41 importantes neoconservadores, incluyendo a Norman Podhoretz, un ex izquierdista judío que se ha convertido en un icono de la extrema derecha, editor de la prestigiosa revista Encounter, y su mujer, Midge Decter, también escritora. Frank Gaffney del Centro de Estudios Estratégicos, Robert Kagan, también del Weekly Standard, Charles Krauthammer del Washington Post, y, desde luego, Richard Perle.

Perle es el personaje principal de esta obra. Hasta hace poco, era presidente del Consejo de Política de Defensa del Departamento de Defensa, que también incluye a Eliot Cohen y Devon Cross. Perle es uno de los directores del Jerusalem Post, que ahora está en manos de sionistas de extrema derecha, En el pasado fue ayudante del senador Henry Jackson, que encabezó la lucha contra la Unión Soviética a favor de los judíos que querían irse. Es un importante miembro del influyente American Enterprise Institute derechista. Recientemente se vio obligado a renunciar a su posición en el Departamento de Defensa, cuando se supo que una corporación privada la había prometido el pago de casi un millón de dólares para contar con su influencia en la administración.

Esa Carta Abierta fue, en realidad, el comienzo de la guerra de Irak. Fue recibida con entusiasmo por la administración Bush; algunos miembros del grupo ya estaban firmemente establecidos en posiciones dirigentes. Paul Wolfowitz, el padre de la guerra, era número 2 en el Departamento de Defensa, donde otro amigo de Perle, Douglas Feith, dirige el Consejo de Planificación del Pentágono, John Bolton es Subsecretario del Departamento de Estado, Eliot Abrams, responsable del Medio Oriente en el Consejo Nacional de Seguridad, estuvo relacionado con el escándalo Irán-Contra-Israel. El principal héroe del escándalo, Oliver North, está en el Instituto Judío de Asuntos de Seguridad Nacional, junto con Michael Ledeen, otro héroe del escándalo. Propicia la guerra total no sólo contra Irak, sino también contra los demás enemigos de Israel, Irán, Siria, Arabia Saudí y la Autoridad Palestina. Dov Zakheim es contralor en el Departamento de Defensa.

La mayor parte de estas personas, junto con el vicepresidente Dick Cheney y el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, están asociados con el "Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense", que publicó un Libro Blanco en 2002, con el objetivo de "preservar y realzar esta 'paz estadounidense'" -queriendo decir el control del mundo por EE.UU.

Meyrav Wurmser (Meyrav es un nombre israelí de moda) es Directora del Centro de Política para el Medio Oriente en el Hudson Institute. También escribe para el Jerusalem Post y es co-fundadora del Instituto de Investigación de Medios del Medio Oriente [MEMRI, por sus siglas en inglés] que está, según el Guardian de Londres, conectado con los servicios de inteligencia del ejército israelí. MEMRI alimenta a los medios y a los políticos con citas altamente selectivas de publicaciones extremas del mundo árabe. El marido de Meyrav, Davis Wurmser, está en el American Enterprise Institute de Perle, dirigiendo los Estudios del Medio Oriente. También debería mencionarse el Washington Institute for Near East Policy de nuestro antiguo conocido, Dennis Ross, que ha estado a cargo durante años del "proceso de paz" en el Medio Oriente.

En todos los periódicos importantes hay personas cercanas al grupo, como William Safire, un individuo hipnotizado por Sharon, en el New York Times y Charles Krauthammer en el Washington Post. Otro amigo de Perle, Robert Bartley, es editor del Wall Street Journal.

Si pareciera como si los discursos de Bush y Cheney provinieran de los labios de Sharon, uno de los motivos podría ser que sus escritores, Joseph Shattan, Mathew Scully y John McConnell, son neoconservadores, como el jefe del equipo de Cheney, Lewis Libby.

La inmensa influencia de este grupo mayormente judío proviene de su estrecha alianza con los fundamentalistas cristianos de extrema derecha, que actualmente controlan el Partido Republicano de Bush. Los fundadores fueron Jerry Falwell de la Mayoría Moral, que una vez recibió un avión jet como regalo de Menachem Begin, y Pat Robertson de la Coalición Cristiana y el Christian Broadcasting Network, que ayuda a financiar la Embajada Cristiana en Jerusalén de J.W. van der Hoeven, un ente que apoya a los colonos y a sus aliados de extrema derecha.

Común a ambos grupos es su adhesión a la fanática ideología de la extrema derecha en Israel. Ven la guerra de Irak como una lucha entre los Hijos de la Luz (EE.UU. e Israel) y los Hijos de las Tinieblas (árabes y musulmanes).

A propósito, ninguno de estos hechos es secreto. Han sido publicados recientemente en docenas de artículos, tanto en medios estadounidenses como internacionales. Los miembros del grupo están orgullosos de ellos.

El general sionista

El hombre que simboliza esta victoria es el general Jay Garner, que acaba de ser nombrado jefe de la administración civil en Irak.

No es un general anónimo, escogido accidentalmente. Garner es el socio ideológico de Paul Wolfowitz y de los neoconservadores.

Hace dos años firmó, junto con otros 26 oficiales, una petición organizada por el Instituto Judío de Asuntos de la Seguridad Nacional, alabando al Ejército de Israel por su "su notable circunspección ante la violencia letal orquestada por el liderazgo de la Autoridad Palestina", lo que constituye ciertamente una novedad para las fuerzas israelíes por la paz. También declaró que "un Israel fuerte es un factor con el que pueden contar los planificadores militares y los dirigentes políticos estadounidenses".

En la primera Guerra del Golfo elogió la acción de los misiles Patriot que fracasaron miserablemente. Después de dejar el ejército en 1997, se convirtió, lo que no sorprende a nadie, en contratista de defensa especializado en misiles. Se afirmó que consiguió contratos del Pentágono que no eran competitivos. Este año obtuvo un contrato de defensa de 1.500 millones de dólares, así como un contrato para la construcción de sistemas Patriot en Israel.

Por lo tanto, no puede haber un mejor candidato para el puesto de jefe de la administración civil en Irak, especialmente cuando hay que otorgar contratos por miles de millones de dólares para la reconstrucción, que serán pagados con petróleo iraquí.

Una nueva declaración Balfour

La ideología de este grupo, que propugna un imperio mundial de EE.UU. así como un Gran Israel, trae a la memoria días pasados.

La declaración Balfour de 1917, que prometió a los judíos una patria en Palestina tuvo dos padres: La madre fue el sionismo cristiano (entre cuyos adherentes se contaba a ilustres estadistas como Lord Palmerston y Lord Shaftesbury, mucho antes de la fundación del movimiento sionista), el padre fue el imperialismo británico. La idea sionista permitió a los británicos desplazar a sus competidores franceses y tomar posesión de Palestina, que necesitaba para proteger el Canal de Suez y la ruta más corta hacia India.

Ahora vuelve a ocurrir lo mismo. El año pasado Richard Perle organizó una información en la que un orador propuso la guerra no sólo contra Irak, sino también contra Arabia Saudí y Egipto, para asegurar el centro del petróleo mundial. Irak, afirmó, sólo era el pivote. Uno de los justificativos para este plan era la necesidad de defender a Israel.

¿Poner en juego nuestra vida?

Al parecer, todo favorece a Israel. EE.UU. controla el mundo, nosotros controlamos a EE.UU. Nunca antes han ejercido los judíos una inmensa influencia semejante en el centro del poder mundial.

Pero esta tendencia me preocupa. Parecemos un jugador que apuesta todo su dinero y su futuro a un solo caballo. Un buen caballo, un caballo sin competidor actual, pero sin embargo sigue siendo un solo caballo.

Los neoconservadores causarán un prolongado período de caos en el mundo árabe y musulmán. La guerra de Irak ya ha mostrado que su comprensión de las realidades árabes es limitada. Sus suposiciones políticas no resistieron la prueba, sólo la fuerza bruta salvó su empresa.

Algún día los estadounidenses volverán a casa, pero nosotros nos quedaremos aquí. Tenemos que vivir con los pueblos árabes. El caos en el mundo árabe pone en peligro nuestro futuro.

Wolfowitz y Cía. podrán soñar con un Medio Oriente democrático, liberal, sionista y que adora a EE.UU., pero el resultado de sus aventuras puede resultar en una región fanática y fundamentalista que amenazará nuestra propia existencia.

La asociación entre neoconservadores y fundamentalistas cristianos puede generar fuerzas antagónicas en Washington. Y si Bush es derrotado en la próxima elección, como su padre después de su victoria en la primera Guerra del Golfo, toda su pandilla será expulsada.

La Biblia nos habla de los reyes de Judea, que se basaron en la potencia mundial de aquel entonces, Egipto. No apreciaron el crecimiento de las fuerzas en el este, Asiria y Babilonia. Un general asirio le dijo al rey de Judea; "He aquí que confías en este báculo de caña cascada, en Egipto, en el cual si alguno se apoyare; se le entrará por la mano y la traspasará." 2º Reyes, 21)

Bush y su pandilla de neoconservadores no son cañas cascadas. Lejos de serle, forman ahora una caña muy fuerte. Pero, ¿basta para apostar todo nuestro futuro?

10 de abril de 2003
* Uri Avnery es periodista israelí. Sus ensayos han sido incluidos en "The Other Israel: Voices of Refusal and Dissent"