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Medio Oriente

5 de febrero del 2003

El dificil arte de matar una pulga a garrotazos o, noticias de Afganistan

Carlos Revello
Rodelú

La bautizaron -a falta de sentido de las proporciones e imaginación- "la principal operación militar despues de la ofensiva del año pasado: Anaconda"..
Anaconda, recordemos, no fue una operación ofensiva, sino una sorpresa sufrida, al final de una operación de limpieza. En Anaconda, los héroes de la famosa 101, quedaron dos días acurrucados en descampado, bajo el fuego de la guerrilla y en la operación de rescate se perdieron varios helicópteros y otros dejaron a sus tripulantes heridos, para huir. Al muerto despues lo glorificaron y hasta le dieron medalla, pero a los oficiales que huyeron ante el fuego enemigo, violando el "código del honor" de no dejar un soldado herido en manos del enemigo, sabemos poco. Consignaba entonces -la prensa española- que el parte "de victoria" de Anaconda, podría ser cierto, pero que el hospital español estaba lleno de heridos norteamericanos. En Anaconda, entonces, les dieron "un surtido completo", p´a tabaco, hojillas y, fósforos. Hoy es, la principal ofensiva del año pasado..
Analizemos entonces, esta nueva victoria norteamericana, del año en curso..
Se nos dice que la operación se habría librado, "contra la principal concentración de tropas enemigas de los últimos meses". La concentración se estima...en 80 hombres!!! .

¿A quien pertenecen estas tropas? ¿Acaso a los talibanes de Omar, el monje tuerto? ¿ Acaso a remanentes del prófugo Bin Laden? .

-No señor. Pertenecen a un antiguo aliado norteamericano, el fundamentalista Gulbuddin Hekmatyar, antiguo aliado norteamericano en la reciente ofensiva "de a caballo" contra los talibanes..

La historia de este antiguo aliados (dos veces) es curiosa. Gulbuddin es el mismo hombre que se caracterizó por un frenesí criminal en su dominio de Kabul y como buen fundamentalista reprimió notablemente a las mujeres. Estados Unidos silenció entonces todos sus crímenes porque en aquella época el fundamentalismo militar armado, era un aliado norteamericano y todos sus posesos entonces, eran simplemente "luchadores por la libertad". Despues fue magistralmente derrotado y tuvo que huir de Kabul, al suroeste, su región de origen, contra la frontera iraní. Entre otros métodos, Gulbuddin, acostumbra a envenenar a sus adversarios, y lo intentó tambien, en la vieja época de la lucha contra la "ocupación sovietica", en la persona del "Leon del Pashir"..
Estuvo entonces nuestro buen Gulbuddin, como otros famosos "señores de la guerra" un tiempo olvidado, en guerrilla y perseguido, hasta que Estados Unidos consideró - despues del 11/S- que por el atentado que habian realizado los árabes, había que ir a castigar afganos. Montada la operación militar, se reclutó baratito una caterva de señores de la guerra, al irrisorio precio de 2 millones de dólares. Y Gulbaddin volvió a ser, "aceitado", un bronce ilustre de los "luchadores de la libertad" (parágrafo, "de la causa justa" mas reciente)..
Poco le duraron las mieles a Gulbuddin, sin embargo. Se enzarzó en disputas -como muchos otros- con la marioneta pastún de turno, su exelencia Karzai, gobernante en Kabul (que no es Afganistan) por orden y gracia de las bayonetas occidentales. Y, estando Gulbuddin, en conversaciones telefonicas por sus disputas, decidieron los genios norteamericanos de la CIA que el problema político con Gulbuddin había que tratarlo de una manera radical: le tiraron una bomba de 500 libras (corta margaritas) sin decir "agua vá" .
Por esa casualidades de nuestros tiempos post-modernos, en la cual a rajatablas de la política oficial los aparentes enemigos coinciden, a Gulbuddin lo salvó del bombazo, la misericordia de Alla, la absoluta confiabilidad de los informes de la inteligencia norteamericna y la proverbial puntería de los pilotos que lanzan "bombas inteligentes". De alguna manera, desde el fondo del cráter, sacudiéndose el polvo, nuestro buen Gulbuddin, sano e ileso, decidió que "así nó". Y pasó, nuevamente, a la oposición armada: contra el gobierno Karzai y sus socios norteamericanos..
En eso estuvo nuestro heroe afagno, al mismo tiempo que buscaba coordinación con otros tambien vencidos, durante un largo año, en el cual constantemente sus tropas han hostigado diariamente a los norteamericanos. De todas estas escaramuzas que no dejan dormir tranquilos a los soldados en sus tiendas, ni siquiera en sus bases, el departamento de prensa del ejercito norteamericano, ha considerado prudente, no aburrirnos, pero ahora, despues de la primera operación militar importante del año en curso, nos enteramos de las pericias que padecen nuestros abanderados occidentales en el lejano Afganistán..
Bien, bien, y ¿cómo resultó "la operación"?, preguntará algun curioso..
-Como en el cuento del "torero" y su "faena" que, al concluirse: "las opiniones estaban divididas" -contaba el autor- porque unos le recordaban su padre, mientras otros...."le mentaban a la madre"..
El resultado de la operación ofensiva mas importante del año puede medirse en el despliegue de tres tipos de aeronaves de combate: F 16, bombarderos B-1, (son bombarderos estratégicos capaces de transportar bombas atómicas, los célebres indetectables por los radares, de los cuales en la campaña de Kosovo, en los primeros días, los serbios le derribaron uno) aviones artillados AC-130 y helicópteros Apaches. Se lanzaron 19 bombas de 1.000 kilos cada una y dos bombas de 250 kilos (caza margaritas) y toda la dotación de ametralladoras, cohetes y otras lindezas de la mas refinada tecnología bélica. Se emplearon a fondo... contra 80 guerrilleros!!!, 350 soldados de las célebres unidades "especiales" y....se calcula que quizás se mataron 18 guerrilleros (proporcion 4,4 por soldado enemigo), desconociéndose el paradero del resto..
Esta absoluta disparidad de los recursos utilizados, este verdadero despilfarro, muestra bien a las claras que, como en Vietnam, casi a 30 años de aquella guerra, la eficacia norteamericana es un bluff. Es la desesperación por la falta de resultados, la necesidad de fabricar publicitariamente victorias que no existen, la que lleva a los círculos militares burocráticos del entorchado y las oficinas a montar estas burdas parodias mediáticas..
Revise el que quiera el precio de las bombas utilizadas, la hora vuelo operativa de cada uno de los aviones, el costo de los recursos humanos y se saca el resultado de que cada posible muerto del enemigo cuesta un dineral. La relación costo/efectividad corre en contra del Departamento de Estado. Y eso solo contra un enemigo reciente, porque a los antiguos no pueden hallarlos, ni frenarlos, ni neutralizarlos..
De este material empírico, se componen las victorias norteamericanas, en las guerras desencadenas por el mundo. Las presentes y las futuras.