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Medio Oriente

12 de diciembre del 2003

Denuncian el peligro de una catástrofe humanitaria en Sudán con una guerra que acumula ya 3.000 muertos

La Unidad de Alerta de la Escola de Cultura de Pau de la Universitat Autónoma de Barcelona alerta de que la situación en la región de Darfur (Sudán) puede desembocar en una catástrofe humanitaria de consecuencias extremas.

En este sentido, la Unidad de Alerta ya advirtió del deterioro de este escenario el pasado mes de agosto y solicita una mayor visibilidad de esta crisis para que la comunidad internacional desarrolle una actuación más decidida. Los enfrentamientos entre las FFAA (apoyadas por milicias árabes) y los grupos armados de oposición SLMA y JEM, que reivindican el fin de la marginalización de la región, han provocado desde el mes de febrero una situación humanitaria muy grave donde la población civil es la principal damnificada. Según Naciones Unidas, este conflicto podría haber provocado hasta el momento más de 3.000 muertos, unos 600.000 desplazados internos y la huida de unas 75.000 personas al Chad. La grave emergencia alimentaria que enfrenta esta población sumada a la falta de acceso de las organizaciones humanitarias a la región, ha llevado a Naciones Unidas a afirmar que Sudán enfrenta su peor crisis humanitaria desde la hambruna de Bahr el Ghazal en 1998, en la que murieron más de 100.000 personas. Además, es necesario tener en cuenta la destrucción de los servicios locales de asistencia sanitaria, la falta de medicamentos e infraestructura y los informes de violaciones masivas de los derechos humanos (asesinatos, bombardeos indiscriminados, saqueo y quema de poblados, etc.).

Por otra parte, la marcha favorable del proceso de paz entre el Gobierno de Jartum y el grupo armado de oposición SPLA podría poner fin a 20 años de guerra en pocas semanas. No obstante, numerosos grupos armados que operan en el país (entre ellos el SLMA y el JEM) han asegurado que no respetarán ningún acuerdo hasta que no se les incluya en las negociaciones y se tengan en cuenta sus principales reivindicaciones, hecho que hace peligrar la consolidación de un acuerdo de paz definitivo en el país. Tanto el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, como las principales organizaciones humanitarias y de derechos humanos (Médicos Sin Fronteras, Amnistía Internacional y Human Rights Watch, entre otras) han denunciado esta dramática situación. Ante esta realidad, es fundamental que los Estados y los organismos internacionales emprendan una acción decidida basada en una lógica preventiva que evite el deterioro de una situación que actualmente ya es de extrema gravedad y que puede provocar un sufrimiento aún mayor.