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Medio Oriente

9 de enero del 2003

Bienvenidos al nepotismo africano

Lawali Paret
www.elcorresponsal.com

En Benín, la estrepitosa derrota de Nicéphore Soglo en 1996 es atribuida en buena medida a su mujer, Rosine. En Burkina Faso, el régimen de Compaoré se recupera dificultosamente de una crisis causada, según se afirma verdadera o falsamente, por su hermano menor. En Costa de Marfil, Laurent Gbagbo le asigna el 60 por ciento de su victoria-sorpresa a su esposa Simone. En buena parte del continente, el entorno familiar de los jefes de Estado está directamente, y a veces peligrosamente, implicado en la gestión del poder. Un viaje guiado por estas familias que nos controlan...
No estamos en Sicilia, pero, a menudo, se creería que sí, ya que tanta participación de la familia en la gestión del poder africano recuerda las prácticas mafiosas. Con algunas raras excepciones en las que el jefe de Estado mantiene a sus parientes cercanos...
alejados del círculo de dirección, se ve, generalmente, una intensa mezcolanza. Como en otros ámbitos, el gabonés Omar Bongo, que reina en su pequeño mundo como un monarca iluminado, da un ejemplo edificante.
Gran aficionado a las mujeres bonitas y a los buenos trajes, Bongo tiene también un elevado sentido de familia. Ampliamente rodeado de sus parientes, de sangre o políticos, se casó con la hija de su "hermano congoleño", Sassou N'Guesso. Su propio yerno, Paul Toungui, vela celosamente por la ubre del país, el petróleo, del que es ministro. Este universitario matemático suma y resta, con un sentido agudo de familia, las colosales rentas del gran pulmón de este minúsculo país.
A pesar de su aire despreocupado, El Hadj Omar Bongo es un hombre metódico en lo que concierne a la perpetuación de su poder; después de haber mimado a su hija Pascaline con el petróleo y la diplomacia, apuesta hoy a su hijo adoptivo de origen biafreño, Ali Bongo.
Sin dudas, Bongo da ideas a sus homólogos. En Costa de Marfil, Laurent Gbagbo ve en su esposa Simone a una nueva Juana de Arco, capaz de echar a los invasores fuera del país.
La victoria de Simone
Si en la política, los Gbagbo a duras penas logran componer con los otros partidos, Laurent y Simone ofrecen, por lo contrario, el ejemplo triunfante de una familia ensamblada. La pareja presidencial tiene dos gemelos. Simone, cuatro veces abuela, tiene dos hijas de su primer matrimonio y Laurent, un hijo mestizo (marfileño por parte de padre...). Si toda esta descendencia, estudiantes en su mayoría, se mantiene por el momento a distancia del poder, la madre es una "garantía" por ella misma. Radio Treichville divulga constantemente rumores sobre su influencia, que se debe no solamente a su condición de esposa de Gbagbo. Ella misma conquistó este poder por su omnipresencia en el debate político oficial desde hace por lo menos una década. Hoy, Simone Ehivet Gbagbo y su hermana menor Victoria Ehivet -que es, dicen, la que corta el bacalao en el Frente Popular- tienen un batallón de vasallos a sueldo.
Seguramente Gbagbo ve la voracidad de poder de la primera dama de Costa de Marfil con buenos ojos, ya que, en definitiva, una mujer de carácter le sirve de escudo contra sus adversarios. Entre los "adversarios exteriores" del profesor Gbabgo, está Wade, que a su vez sacia la voracidad de sus hijos.
El suave vientre senegalés
El cambio profesado por el papa del "Sopi" se vive también en el enfoque "familiar" del poder de Estado. Contrariamente a la época de Diouf, la familia Wade se implicó activamente en la gestión de los asuntos de la República de Senegal.
El matrimonio Wade tiene un par de hijos, Karim y Sindjéli, que hizo estudios de economía en Francia, "sopistas" atentos y activos. Karim, que trabajaba en un banco, tomó licencia para respaldar a su padre durante la campaña presidencial y se adueñó al vuelo de un puesto de consejero del nuevo presidente. Se supone que es el hombre fuerte de palacio, que participa en la elección del entorno gubernamental, al mismo nivel que el jefe de gabinete, Idrissa Seck. Karim estaría, además, muy activo en el mundo de los negocios. De regreso de Europa, Sindjéli también se puso al servicio de su padre.
Garanticemos que los hijos de la eminencia calva del cambio senegalés no sean cabellos en la sopa del Sopi. Una posibilidad que los togoleses no temen más, pues ya la viven…
Tal padre, tales hijos
La gestión casi monárquica del general Eyadema no podía más que abrir una vía real para que la familia invadiera los mecanismos del Estado. El gran líder no tuvo ningún escrúpulo en implicar a su retahila de hijos en las esferas influyentes de la vida de la nación togolesa. Sin embargo, con machismo: las muchachas permanecen un poco en la retaguardia, mientras que los varones están a la vanguardia.
El mayor de los hijos del general, el teniente coronel Ernest Gnassingbé, que le pisa los talones a su padre en grado, comanda la guarnición de boinas rojas del campo Landja de Kara, en el norte del país. De hecho, casi reina allí y no duda en acuciar a los líderes de la oposición que tienen la temeridad de visitar "sus" tierras. Es así que declara a quien quiere oírlo que comanda toda la región septentrional del país mientras su padre reina sobre el Sur.
En cuanto al capitán Rock Gnassingbé, es el que comanda los blindados. Si desempeña un papel más bien discreto en el ejército, es más visible en el mundo del deporte, donde es presidente de la Federación Togolesa de Fútbol. Kpatcha es director de la Sociedad de Administración de la Zona Franca (Sazof), mientras que su gemelo Toyi está más alejado. Hay todavía otro Eyadema hijo que está en la augusta Asamblea Nacional monocolor y otro en las calles de Lomé, Emmanuel, a quien se preferiría olvidar.
Compaoré y Compaoré
De Blaise Compaoré, el presidente de Burkina Faso, se conocía sobre todo a su grupo político, el de los funcionarios que hizo irrupción en la escena política del Alto Volta del momento, un 4 de agosto de 1983, el año de los disturbios. Este fue diezmado por las peleas internas que, se dice, son fatalmente inherentes a toda revolución. En cuanto a su familia biológica, se hablaba poco hasta el desencadenamiento del asunto que haría temblar a la República, el affaire Norbert Zongo.
Algunos observadores ya habían destacado la abundancia de Compaoré en posiciones altas de la nación: jefe de Estado, alcalde de la capital (Simon Compaoré), arzobispo (Jean-Marie Compaoré), el estratégico ministro de Finanzas y de Presupuesto (Jean- Baptiste Compaoré), presidente del comité de apoyo del equipo nacional de fútbol (Franck Compaoré)...
Pero hay Compaoré y Compaoré, ya que fuera del vínculo de "parentesco" que todos comparten con todos en Africa y, más seriamente, del vínculo étnico (mossi), todos los Compaoré no son de la familia del jefe.
En los círculos "inmediatos" del poder burkinés, los que son realmente de la familia de Blaise Compaoré son su cuñado, su hermano menor y la suegra de éste. François Compaoré evolucionaba en una discreción casi monástica, hasta que fue impulsado a consejero de la Presidencia para, se dice, sustraerlo de las numerosas e intolerables presiones de los que veían en él la vía para acceder al presidente a través de su hermano. Algunos ministros y muchos altos responsables del Estado deberían su nombramiento al "pequeño presidente", que es, además, muy considerado en los medios deportivos. Si hay un "falso" Compaoré a la cabeza de Finanzas y Presupuesto, hay un verdadero miembro de la familia que maneja cuidadosamente los hilos de la Bolsa: se trata de Lucien Marie Benbamba, director general del Tesoro, esposo de la hermana menor de Compaoré.
Pero el personaje de la familia más destacado en los negocios sigue siendo la suegra del hermano menor. Alizèta Ouédraogo, llamada "Gando", madre de la segunda esposa de François Compaoré, es una riquísima mujer de negocios y su prosperidad no sería ajena a su título de "suegra nacional". La confusión de los círculos familiares y republicanos no es del gusto de todo el mundo. No lo es, por ejemplo, para "San" Mathieu de Cotonou.
Al César, lo que es del César
El ex gran camarada de lucha de Benín, Mathieu Kérékou, se sabe, es no sólo un camaleón, sino también un caso difícil para los integrantes de su familia, a quienes mantiene religiosamente a un lado. Ruptura con su sucesor-antecesor Nicéphore Soglo que mezclaba alegremente funciones gubernamentales con asuntos domésticos, prerrogativas republicanas con privilegios familiares.
Para Kérékou, la familia biológica debe estar en las antípodas de los aliados políticos, o al menos eso merece. El llamado por los benineses "el Prégo" es huérfano de padre, de madre... hermanos y hermanas (no se los conoce), pero el conjunto de la progenie de este incansable gestador podría cubrir por sí sola tanto el gobierno como todo el Parlamento beninés.
Los únicos retoños que caminan por los pasillos del palacio presidencial son los dos hijos mayores del viejo, Hervé y Montant Kérékou, nacidos del primer matrimonio de "San" Mathieu, actualmente diputado en el Asambla Nacional, con Béatrice Lakoussan.
Estos dos comandantes Kérékou debieron abrirse paso a codazos y patadas para imponerse, el primero como jefe de la guardia paterna, y el segundo como jefe de los servicios de información de la presidencia de la República.
Esta austeridad en la que el ex gran camarada tiene a sus parientes contrasta con la concepción africana en la que poder rima a menudo con el pan para la mesa familiar.
Con todo, no es el único caso. En Níger, si bien Mamadou Tandja comparte su corazón, el poder lo guarda sólo para él.
Solitario Tandja
Si hay un ámbito en el cual el presidente Tandja rompió con los usos políticos anteriormente en vigor en Níger, es en la implicación de la familia presidencial en la gestión del Estado. Con el régimen de Maïnassara, el poder y los prebendas que éste genera eran acaparados casi exclusivamente por los parientes, más o menos cercanos, del presidente de la República. Un cuñado era ministro jefe de gabinete de la Presidencia, otro era director de la sociedad que explota el hotel más grande de Níger, y un tercero era director suplente de la Oficina Nacional de Turismo.
Un primo hermano, por su parte, ocupaba el puesto estratégico de consejero en comunicación, mientras que el hermano menor (mismo padre, misma madre, como quien dice) presumía en la presidencia de la República como consejero. El nepotismo era tan llamativo que la prensa independiente de Níger calificaba la IV República como el "régimen de padres, amigos, aliados y conocidos".
Mamadou Tandja lo hace todo solo. De sus tres hermanos, ninguno ocupa una posición oficial en el aparato de Estado. Maïmoussa Tandja, aduanero en su Estado, continúa persiguiendo contrabandistas. Brah Tandja, ex sargento del ejército, en desempleo durante varios años después de haberse retirado, se reconvirtió en la prestación de servicios. Mientras que Tidjani Tandja, el otro miembro de la estirpe, permaneció en Maïné-Sora, el pueblo natal del presidente (1300 km de Niamey), para ocuparse de los varios centenares de cabezas de ganado presidencial. Este "mantenerse al margen" de los integrantes de la familia del presidente, que se aleja del paternalismo aparente del personaje, se explicaría por el perfil poco calificado de sus hermanos para altas responsabilidades, pero se inspira también en la experiencia, pagada muy caro, de algunos de sus antecesores. Una lección mal aprendida por muchos otros de sus pares. Y así va Africa.



La fuente: Le Marabout, mensuario satírico de Burkina Faso. Fue fundado en septiembre de 2001 por el equipo de Journal de Jeudi. Es una de las primeras publicaciones panafricanas en lengua francesa realizada en Africa (www.marabout.net). La traducción del francés pertenece a María Masquelet para El Corresponsal (www.elcorresponsal.com).