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Medio Oriente


6 de enero del 2003

¿Los regalos fueron comprados con dinero peligroso?
Melchor, Gaspar, Baltasar y AI-Qaeda

Marta Durán de Huerta
Masiosare

La alarma fue mayúscula. El gendarme del mundo se enteró de que los Reyes Magos, que llevan regalos a millones de niños, son originarios de Babilonia, hoy Irak. ¿Qué obsequios harán personajes de procedencia tan sospechosa?
A ARAFAT LOS ISRAELIES no lo dejarán ir a Belén. ¿A los tres Reyes Magos tampoco?
Gran alarma cundió en la Casa Blanca cuando el presidente George Bush junior se enteró que los Reyes Magos son originarios de Babilonia, es decir, de Irak, así que está tratando de convencer al Congreso norteamericano y al Consejo de Seguridad de la ONU de enviar una comisión especial para inspeccionar el cargamento de juguetes y pasarle báscula a sus majestades. La Casa Blanca, en su ya habitual paranoia, afirma que los regalos fueron comprados con dinero de Al-Qaeda.
Melchor, Gaspar y Baltasar vienen efectivamente de Oriente, de Babilonia, una región importantísima para la humanidad, no sólo por su petróleo, sino porque es cuna de algunos de los inventos más importantes y antiguos, como la escritura, el calendario, el primer código civil y la división del tiempo en días, horas, minutos.
Entre los ríos Tigris y Eufrates vivieron caldeos, sumerios, babilonios, kurdos, acadios y asirios que eran grandes matemáticos y astrónomos. Estas civilizaciones tienen más de 6 mil años de antigüedad. Los babilonios atacaron Jerusalén en el 586 aC y llevaron como prisioneros a Mesopotamia a miles de judíos, y es así como surgió una enorme comunidad hebrea producto de varias deportaciones masivas. En el año 532 aC hubo un intento de regresar a la región de origen y se reunieron 40 mil hijos de Israel, mas no eran todos. La influencia cultural de los judíos era enorme y tal vez eso hizo que la profecía de un mesías se conociera en Babilonia.
Antes de Navidad
La navidad es la celebración del nacimiento de Jesús en el año cero de nuestra era, pero antes de esa fecha se celebraba el solsticio de invierno (la noche más larga), es decir, que a partir del 23 de diciembre los días vuelven a ser más largos. Los romanos, por ejemplo, decoraban sus casas con ramos de laurel para mostrar que el invierno no mataba todo lo verde. Cuando llegó el cristianismo, no eliminó estas celebraciones, sino que las aprovechó, así que la fiesta pagana más llamativa se convirtió en la fiesta cristiana más importante. Mucha gente se queja que la Navidad se ha convertido en una celebración del consumo: comilonas, brindis y mucho vacilón. En este sentido estamos regresando a las raíces paganas de la celebración invernal. En el antiguo Egipto y Arabia se celebraba el aumento de la luz con fiestas lujosas a los 13 días de la noche más larga, es decir, el 6 de enero.
Los Reyes Magos partieron desde Oriente para llevar regalos al mesías que ya había nacido, pero los historiadores aún no se ponen de acuerdo sobre si fueron tres o 12, sobre si salieron de Babilonia o de Persia (hoy Irán). Por ejemplo, Marco Polo (que llevaría la pasta a Italia, desde China, por primera vez) pasó por Save, en Persia, donde la gente le dijo que de ahí eran los Reyes Magos y en las pinturas más antiguas aparecen con ropa persa. De hecho, cuando los persas invadieron el norte de Italia a principios del siglo VII, la Iglesia de la Natividad de Ravenna se salvó del saqueo porque los invasores reconocían a las imágenes de los Reyes Magos como símbolos persas, y por si fuera poco, el escudo de la ciudad de Save incluye las tres coronas de los Santos Reyes. Otros científicos opinan que eran judíos desterrados que vivían en Babilonia, lo que explicaría el interés por el nuevo rey judío. Tanto para los persas como para los babilonios, el nacimiento de un rey judío era importante porque todos estaban bajo la dominación romana y se trataba de un rey liberador, según la profecía.
César Augusto era emperador de Roma, pero Herodes era quien gobernaba Israel, un "protectorado del imperio". César ordenó un gran censo antes del solsticio de invierno; ese censo serviría a los romanos para cobrar más impuestos a sus súbditos y todos tenían que viajar a la región de donde provenían. José y María embarazada hicieron una larga travesía para acudir al llamamiento del César. María y José descendían del rey David y les correspondía empadronarse en Belén, la ciudad de su estirpe y, como todos sabemos, fue en Belén donde nació Jesús.
Los Reyes Magos fueron hacia allásiguiendo la estrella de Belén, que, según los astrónomos actuales, no fue estrella ni el cometa Halley, sino un reflejo impresionante, ya que Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis se acomodaron uno detrás de otro y los respectivos resplandores se volvieron uno. Los Reyes Magos no sabían exactamente el paradero de María y José, así que fueron a preguntarle a Herodes, representante del gobierno romano en Israel, dónde encontrarlos. Herodes, que no sabía nada, escuchó a los elegantísimos astrónomos- embajadores orientales con mucha atención. Un rey de los judíos, liberador, era la peor amenaza para su carrera política. Herodes le dijo a Melchor, Gaspar y Baltasar que iba a averiguar dónde estaba el pequeño enviado del cielo y que por favor le avisaran en cuanto supieran algo para también él "ir a adorarlo". Sin embargo, lo que hizo fue dar la orden de asesinar a todos los niños menores de dos años para asegurarse de que su rival no sobreviviera.
A los ocho días de nacido el Niño, tuvo lugar la ceremonia de la circuncisión, que era algo así como el bautismo para los judíos. Y al Niño le pusieron por nombre Jesús. Según astrónomos e historiadores contemporáneos, Jesús nació cinco años antes de Cristo, en abril. La diferencia de fechas se debe a errores de cálculo y cambios en el calendario romano acumulados a lo largo de 20 siglos. La verdad es que usar la fecha correcta, significaría tener que corregir todos los libros escritos desde entonces.
Los Reyes Magos viajaron más de mil 600 kilómetros atravesando Irak, Siria, Jordania y Cisjordania, y se dice que el manto de Gaspar era de púrpura de Corinto, el de Melchor era púrpura de Tiro y el de Baltasar era púrpura de Menfis.
Visitaron a la sagrada familia; al niño le llevaron mirra, incienso y oro, que eran las ofrendas de más respeto y honor de aquellos tiempos. Tras haber visto y adorado al niño, las majestades volvieron a sus tierras, pero lo hicieron por otro camino, pues un ángel les contó todo lo que estaba pasando con los romanos, así que ya no pasaron por Jerusalén y Herodes se quedó esperando.
En la catedral de Colonia, Alemania, hay algunos objetos personales de los Reyes Magos. La mamá de Constantino, el emperador de Bizancio, era coleccionista de obras de arte y artículos religiosos. Las reliquias de Melchor, Gaspar y Baltasar estuvieron en Constantinopla (hoy Estambul, en Turquía) 300 años y después fueron llevados a Milán (Italia) hasta que Federico Barba Roja se los robó y los llevó a Colonia, donde los duros germanos decidieron construir una catedral gigantesca para resguardar las reliquias de los Reyes Magos.
¿Qué hubiera pasado si en vez de haber sido tres Reyes Magos hubieran sido tres Reinas Magas? Hubieran llegado a tiempo para ayudar a María en el parto, habrían ayudado con el trabajo del pesebre, le habrían organizado un cacerolazo a Herodes y habrían llevado regalos prácticos.