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Medio Oriente

11 de enero del 2003

Israel: Ariel Sharon al borde del abismo

Shlomo Slutzky

Las revelaciones que salpican a la familia del primer ministro Ariel Sharon, filtradas al diario de izquierda Ha'aretz, le costaron ya el 25 por ciento de las intenciones de voto en las elecciones generales del 28 de enero próximo al derechista Likud. Los hijos de Sharon estarían implicados en compra de votos y soborno.
Según los sondeos del fin de semana realizados antes de las últimas revelaciones - alrededor de 1,5 millones de dólares que Sharon habría recibido en forma ilegal- el Likud, con Sharon como candidato, obtendría 31 de los 120 escaños del parlamento (Kneset). Hace una semana los sondeos le pronosticaban 35 escaños y 41 hace tres semanas.
MAFIA Y POLÍTICA
El motivo de esta caída se vincula con los escándalos por delitos de corrupción, actualmente bajo investigación policial, en torno a las elecciones internas que dispusieron el orden de las listas de diputados para las próximas elecciones. Según revelan los medios de comunicación que siguen de cerca las investigaciones policiales al respecto, Omri Sharon, primogénito y mano derecha del primer ministro, habría liderado la afiliación masiva al partido para asegurar la victoria de su padre, triplicando el número de afiliados de 100 mil a 300 mil. La afiliación se realizó sin los controles necesarios, permitiendo a "objetivos" policiales ligados al crimen organizado - "protección" violenta, apuestas ilegales, blanqueo de dinero- afiliar a decenas de miles de ciudadanos, entre ellos miles de muertos, residentes sin ciudadanía y muchos que nunca vieron su propia ficha de afiliación.
De esta manera, estos "objetivos policiales" lograron representación entre los 3 mil miembros de la convención que eligió a la lista partidaria y finalmente logró imponer sus diputados y potenciales ministros en las primarias realizadas semanas atrás. Tratando de frenar el descenso del apoyo electoral, Sharon aseguró que obligaría a retirarse del Likud a quien haya utilizado medios ilegales para ser electo y procedió a despedir a la viceministra de Infraestructura, la diputada Noemi Blumental, tras haber hecho uso de su derecho legal a callar cuando fue interrogada por la policía en referencia a su participación y la de otros en la corrupción en las internas. Blumental, que fue despedida de forma ofensiva, señaló a través de sus allegados que "Ariel Sharon y su hijo Omri no quedarán limpios cuando abra finalmente la boca, ya que ellos fueron quienes abrieron las puertas a la mafia en las internas del Likud".
El diario Ha'aretz publicó el martes una investigación basada en documentos de la fiscalía según los cuales Sharon y sus hijos Omri y Guilad son sospechosos de haber incurrido en delitos de corrupción y fraude a raíz de la financiación de su campaña electoral en 1999. Según Ha'aretz, el fiscal general del Estado ha solicitado al Ministerio de Justicia de Sudáfrica que investigue cómo y por qué recibió Guilad Sharon un millón y medio de dólares de un ciudadano de ese país como garante de un préstamo, destinado a pagar una multa que el contralor del Estado le impuso a Sharon por contribuciones ilegales en las elecciones internas que lo convirtieran en líder del Likud en 1999. Las revelaciones de ese diario obligaron a los asesores de Sharon a realizar una nerviosa conferencia de prensa, en la que prometieron tener pruebas de su inocencia.
En este contexto y ante el temor a que los escándalos logren carcomer el firme apoyo electoral del que gozaba Sharon, es que deben entenderse los esfuerzos por forzar la abstención de la ciudadanía árabe israelí, prohibiendo la participación de algunas de las figuras más representativas de una población que llega al 20 por ciento del electorado, restándole así apoyo a una potencial coalición de centroizquierda y pacifistas. Esta podría ser una de las consecuencias de la determinación de la Suprema Corte de Justicia que debe decidir sobre la proscripción del partido Balad y de los diputados Ajmad Tibi y Azmi Bishara.
No obstante, la caída de Sharon parece segura, antes o después de las elecciones del 28 de enero. Aun siendo parte del puñado de familias más ricas de Israel -con campos, terrenos y propiedades horizontales- los herederos de Sharon lograron complicarse una y otra vez en sospechosos negociados. Omri, su hijo mayor, tiene el poder suficiente como para haber participado en conversaciones con Yasser Arafat y otras autoridades palestinas, pese a la oposición de los asesores de Sharon.