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Latinoamérica

Tropas estadounidenses en el Cono Sur

Por Zanini H.


El próximo 8 de Octubre, el Cono Sur latinoamericano sufrirá lo que está siendo considerado como una verdadera invasión por las fuerzas sociales que luchan contra el imperialismo.
Tropas militares estadounidenses desembarcarán en las provincias argentinas de Mendoza y San Luis, para eimplementar el "Ejercicio Águila III".


La operación, liderada por la superpotencia, contará con 80 aviones de combate, 1200 hombres y más de 200 vehículos de transporte terrestre norteamericanos. Participarán tropas estadounidenses y argentinas, y observadores de Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia. Todos estarán bajo el mando militar de los EE.UU.
Los ejercicios conjuntos tendrán el objetivo de "desenvolver métodos y estrategias en la lucha contra el terrorismo" y la contra-insugencia. La base del "Bien", que luchará contra los "terroristas", estará instalada en el aeropuerto de El Plumerillo, en la provincia de Mendoza (a 1.600 kmts. de Buenos Aires, en los pies de la Cordillera de los Andes), y la del "Mal", en Villa Reynolds, privincia de San Luis. En esta segunda base estará ubicado un "comando insugente", cuya derrota y aniquilación será el objetivo de la operación.
Otras operaciones ya fueron realizadas en territorio argentino y chileno.
Todas ellas tuvieron por objetivo sobordinar a las Fuerzas Armadas latinoamericanas al comando imperialista, aunque sean denominadas "ejercicios conjuntos de entrenamiento".
Preocupación por la "contra-insurgencia" Un rápido análisis de la situación, demuestra que el objetivo imperialista es simplemente llevar a cabo y ratificar la doctrina militar estadounidense en nuestros países. Esa política fue acelerada durante las dictaduras militares a los que nuestros países fueron sometidos. Actualmente, la idea es, además de mantener esa posición, acelerar la presencia e influencia estadounidense en la región.
La Casa Blanca se ha mostrado - por diversas razones - preocupada por los focos de insurgencia existentes en estos países, y fuertemente interesada en la región del Triple Frontera (Brasil-Argentina-Paraguay), donde insiste en la tesis - jamás comprobada - de la existencia de células terroristas ligadas a la organización Al-Qaeda.
El mando de los ejercicios estará en manos de "un grupo de instructores estadounidenses con experiencia en conflictos reales", militares que participaron de las invasiones a Afganistán e Iraq, experimentados en implementar las políticas e intereses norteamericanos por medio de las armas.
El gobierno norteamericano impone al gobierno argentino una condición: sus efectivos militares deben tener inmunidad total, no pudiendo ser detenidos o juzgados en el país por crímenes eventualmente cometidos aquí. Como los EE.UU. no reconocen al Tribunal Penal Internacional, la inmunidad será total, dejando libres a los soldados y oficiales yanquis para hacer lo que quieran, y como quieran.
Al mismo tiempo, el gobierno argentino envió al Congreso un proyecto de ley que autoriza la entrada y permanencia de tropas extranjeras de manera permanente en su territorio.
Dentro del creciente proceso de militarización de la región, y de sumisión a la llamada "guerra contra el terrorismo" llevada adelante por los EE.UU., las cancillerías de Argentina, Brasil y Paraguay deberán aceptar la propuesta yanqui de realizar "patrullas conjuntas" en los ríos Iguazú y Paraná, donde el Pentágono enviará hombres, lanchas rápidas, equipamiento de espionaje electrónico y radares.
Resulta evidente, por medio de estas maniobras, la determinación de EE.UU.
de imponer sus políticas y condiciones - además del ALCA - mediante un mecanismo que pretende suprimir la soberanía de los países involucrados.
La Operación Águila III está considerada la mayor operación militar realizada en territorio latinoamericano. Las maniobras proyectadas demuestran que Washington tiene un plan metódico de militarización y de anexión para esta parte del mundo, desarrollado a partir de sus planes hegemónicos, sin respetar el derecho internacional ni la soberanía de los pueblos de esas naciones.
Diversas organizaciones y fuerzas sociales argentinas y paraguayas se movilizan para enfrentar los planes de globalización neoliberal y de anexión en América Latina, y reivindican la vigencia del derecho internacional, la convivencia pacífica entre las naciones, los principios de no intervención y de autodeterminación, además de una solución negociada para todos los conflictos.
Estas entidades entienden que la guerra que hay que librar es contra el hambre, la injusticia, la violencia policial, el desempleo alarmante, la deuda externa, la miseria. Entienden también que nuestros países ya se encuentran en guerra contra el asalto a nuestras riquezas, a nuestros recursos naturales, al ecosistema y a la biodiversidad.
Esta guerra es contra las condiciones que imponen a nuestros países la precarización de las condiciones de trabajo, la marginación social y las conocidas condiciones de seguridad social, de vivienda, de salud y de analfabetismo.