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Latinoamérica

LUIS REYES REYES:

Chávez nos enseñó a servir al pueblo

FÉLIX LÓPEZ y RICARDO LÓPEZ HEVIA

Luis Reyes Reyes, gobernador del estado venezolano de Lara, catalogado por Chávez como bastión de la Revolución, dialoga con Granma sobre los sueños y retos del proceso bolivariano FÉLIX LÓPEZ y RICARDO LÓPEZ HEVIA Enviados especiales En Lara, al centro-Oeste de Venezuela, tiene la Revolución bolivariana uno de sus principales bastiones. A la entrada de Barquisimeto, capital del estado, un gigantesco cuatro advierte que la música es el símbolo de la región. Pero Luis Reyes Reyes, su gobernador, sueña con un monumento para el pueblo, protagonista de las más recientes luchas por el futuro de la nación.
Reyes, uno de los militares que se rebeló junto a Hugo Chávez Frías, y luego lo acompañó en su proyecto de llevar al pueblo al poder, es quizás uno de los políticos venezolanos más preparados para pulsar la realidad del país y opinar sobre todos sus proyectos, porque él ha puesto su corazón en cada uno de ellos y sigue siendo seguidor incondicional de quien fuera, desde los años de estudiante, su compañero de armas.
En diálogo con la prensa cubana, el Gobernador de Lara, asegura que el proceso revolucionario está en su momento de mayor fortaleza. Los días históricos del 12 y 13 de abril del 2002 fueron posibles porque existían un nivel y una capacidad de organización en las masas populares: Nuestro proceso, dice, se tiene que trazar como meta la existencia de una sociedad de base que sepa defenderse, y demostró durante el golpe que lo está logrando.
La Revolución, explica, había comenzado a cambiar un escenario de exclusión y eso hizo que la gente más pobre reaccionara. Vuelve a ocurrir por estos días ante la campaña de los medios contra el Plan Nacional de Alfabetización. El pueblo sabe que la Misión Robinson ha venido, por primera vez en la historia, a hacer posible el acceso a la educación de todos los venezolanos. En la deuda social heredada, hay un millón y medio de personas analfabetas, la mayoría de ellos desertores de un proceso escolar que los ignoró, mientras los políticos hablaban de masificar la enseñanza, pero no se ocuparon de la infraestructura para sostener ese sueño.
El pueblo cubano, enfatiza, nos ayuda en una de las misiones más humanas del proceso bolivariano: la que habla del ser, del hombre mismo, y de sus posibilidades de integrarse al desarrollo del país... Unos pocos detractores colaboración de la Isla. No podíamos esperar nada bueno de esa minoría empeñada en el poder que ya no les pertenece.
En Lara, añade Reyes, no escatimamos esfuerzos para llevar salud a las zonas rurales, mejorar nuestro deporte y elevar la calidad de la educación.
Gracias al convenio bilateral entre los dos gobiernos, casi mil jóvenes estudian en Cuba, y desarrollamos un sistema de atención primaria de salud en el 70% de las zonas rurales que no habían tenido acceso a un médico en los últimos 50 años. Esos doctores no han venido a quitarle el empleo a nadie, porque los puestos estuvieron ahí, sin que algún venezolano los aceptara jamás.
< Más de una vez ha tenido que responder a los medios de la oligarquía sobre la llamada "cubanización". ¿Con qué argumentos los rebate? Con la gente misma. Las opiniones del pueblo los aplastan... Lara es el estado que tuvo al primer contingente de médicos cubanos, después de Vargas.
No lesha quedado más remedio que silenciarse, ante lo que representa la ayuda de un médico o de un entrenador en el corazón del pueblo.
< Usted y Barquisimeto fueron anfitriones de Fidel. ¿Cómo recuerda esa histórica visita? Fue al inicio de mi gobernación. Una de mis preocupaciones en esa época era con el sector universitario. Esta es la ciudad con mayor número de centros de educación superior en el país, pero con una gran masa de estudiantes dispersa. Entonces el Presidente Castro llega y dice que quiere reunirse con los universitarios. Era la primera vez que como gobernante yo visitaba a la Universidad Tecnológica, centro duro, que con frecuencia tomaba las calles.
Esa visita, sin duda, me permitió entrar en contacto con algunos dirigentes estudiantiles... Fidel propició una relación entre los jóvenes universitarios cubanos y los nuestros. A partir de ahí entendí que en el nivel universitario existe una gran fuerza de la Revolución, que no habíamos tomado en cuenta. Tenemos ahora un poder estudiantil que ha avanzado un mil por ciento, bien organizado, con nuevas formas de lucha. Miles de estudiantes hacen extensión universitaria en comunidades pobres, mediante programas desarrollados por el Gobierno. Gracias a Fidel ocurrió, felizmente, lo que tal vez no se había imaginado ninguno de nosotros.
< Y usted, ¿cómo se hizo revolucionario? Fui educado por los dominicos en mi pueblo y formado bajo una disciplina fuerte que me dio uno de los valores que más se requieren para servir al pueblo, la disciplina. Pero me considero un producto accidentado de la vida: la institución militar fue una de las banderas usadas por la clase dominante para someter al pueblo; y los oficiales no escapamos a su mundo artificial de beneficios y prerrogativas.
Esta Revolución nació dentro de la Fuerza Armada, no por incompatibilidad con su doctrina, que es la de Bolívar, sino porque un grupo de militares entendimos la necesidad de renovación... Un cuartel es como una botella cerrada, descubrimos que las causas estaban afuera, y salimos tras ellas. En esa lucha no me convertí en político, sino en un analista de la realidad.
< ¿Qué es después de tres años como Gobernador: militar o político? Ambas cosas. Sigo pensando como un militar, pero la realidad social me obligó a ser político. El despertar de la Fuerza Armada ha sido colectivo.
En los años setenta me hubiese dado pena estar vestido de soldado sirviendo en un mercado popular. La oligarquía nos metió en la cabeza que ese no era nuestro mundo. Chávez, en cambio, nos enseñó a servir sin límites a la gente. Vamos, como Bolívar, adonde esté la campaña.
Fuente: Granma (Cuba)