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Latinoamérica

Pareceres y compromisos

Escribe: Hugo Cores, dirigente del PVP
La Republica

1- Pedir la palabra en estas páginas me impone la necesidad de trasmitir algunas opiniones sobre el diario acontecer que tienen su importancia. Comprometer opinión, por ejemplo, a favor de Mario Handler y su notable aporte al conocimiento de lo que está pasando en esta sociedad. Los rechazos oficialistas a la película "Aparte" dieron muestra de los altos índices de hipocresía que se han apoderado del hablar político actual. Algo nauseabundo que contamina todo el decir político y lo envuelve en esa atmósfera de farsa y cuento del tío con que lo percibe un número creciente de compatriotas. Y en eso marchamos todos.

2- Comprometer también opinión a favor de las sentencias recientes del Tribunal de Conducta Política, ¡que nunca nos falte!. Y de reivindicación del contenido de los lineamientos éticos aprobados por el Frente en 1990, lineamientos acerca de los cuales no podría sustentarse una opinión (un documento "antiguo" se ha dicho) sin explicitar urbi et orbi en que sentido se lo quiere "modernizar".

3- El trigésimo aniversario del golpe coincidió con un incremento de los encuentros y reuniones donde se examinó el episodio y a partir de ahí se retomaron algunos debates interesantes. Asistí a varias de esas mesas redondas y creo que en general han sido provechosas, han permitido debatir en torno a las orientaciones que presidían la acción de la izquierda y el movimiento obrero. Que no resulta fácil reconocer los errores propios ha quedado expuesto una vez más.

Los golpistas o para-golpistas civiles y militares reiteraron que lo volverían a hacer. Para la derecha, se trató de una conspiración a dos puntas entre la subversión armada y los mandos del Ejército; tampoco creen haberse equivocado.

En la izquierda, algunos como el PVP o el MLN reconocen sus errores y carencias, otros se omiten como si entonces no hubieran desplegado su propia orientación y no faltan quienes consideran que entonces tenían, como ahora tienen, toda la razón.

Creo que en este despertar han influido varios esfuerzos, entre otros los trabajos publicados por las mujeres de "memorias para armar" en sus distintas ediciones que aportaron nuevas miradas sobre la realidad de la dictadura. También la existencia de actuaciones judiciales (contra Blanco, contra Bordaberry) que muestran que los nervios de la indignación de nuestra sociedad no están paralizados y que la lucha contra la impunidad continúa, pese a que sobre el punto no todos venimos aportando con el mismo entusiasmo.

4- Desde el ángulo que reflexiono, estos balances importan por su contribución al que hacer de hoy, a los desafíos inéditos que enfrenta la izquierda, en una sociedad a la que el capitalismo está destruyendo de manera acelerada. En estos días una información de la Intendencia M. de Montevideo da cuenta que hoy la comuna tiene registrado 6.386 carritos de hurgadores. Cada día se suman dos más. La mitad de las personas censadas tiene menos de 18 años. Se registraron 778 niños menores de 5 años. El 80% de las personan que realizan esta actividad no tienen otra ocupación y el 60% de ellas realizan la clasificación de los residuos en su propia casa.

En la vida reciente del país ningún guarismo creció más rápido que los que cuantifican la miseria uruguaya. Entre 1984 y el 2002 la población de los asentamientos marginales se multiplicó por 14.

De ese brutal fenómeno social (o anti social) no tenemos referencias. Es un martirio que ocurre sin que tomen estado público los nombres de los mártires. Un drama sin fecha, sin lugares. Un despido, después un desalojo. Todo silencioso, todo solapado, todo "bajo el imperio de la ley" en una sociedad democrática. Del barrio obrero al "cantegril", de la fábrica al carrito. "¡Y hay que mantener la boca cerrada!", cantaría la Falta.

5- Las tareas de elaboración de programas en el FA-EP siguen con constancia y dedicación. Algo del futuro de nuestra sociedad se está definiendo ahí, en ese programa. Vale más un paso del movimiento, decía un barbudo, que diez programas. Pero los programas importan y mucho. Permiten discutir desde ahora los caminos, las dificultades y prepararnos para vencerlas.

En los próximos meses habrá instancias importantes en este terreno. Tendrá mucha importancia el peso de los trabajadores en los debates programáticos de la izquierda. El próximo gobierno no será un gobierno de los sindicatos, pero será el primero desde la época de José Batlle que no militará contra los sindicatos. Un gobierno que hará que se respete en el país el principio constitucional que garantiza los fueros sindicales y la negociación colectiva. Y que pondrá la cuestión de la recuperación salarial como uno de los primeros puntos de cualquier agenda nacional. Para los trabajadores será la hora de apoyar, exigir, criticar, en un escenario completamente nuevo para el que todos debemos ir preparando nuestras perezosas cabezas.