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Latinoamérica

De Bush a Flores, de la guerra contra Irak hasta las maras salvadoreñas

Celia Medrano ALAI-AMLATINA


Poco tiempo ha pasado desde que el Presidente Estadounidense George Bush aterrizó pomposamente en tierras árabes ridículamente enfundado en un traje militar para celebrar con sus tropas su vergonzosa victoria contra el régimen de Sadam Hussein. En una malograda emulación, el Presidente de El Salvador, Francisco Flores, se presenta en una cadena nacional de radio y televisión vestido como un agente de la DEA en medio de el Director de la Policía Nacional Civil y el Jefe de las Fuerzas Armadas Salvadoreñas para anunciar la operación "Mano Dura" contra las pandillas, luciendo como telón de fondo un famoso graffiti de una de las más reconocidas "maras" en el país.
Ambos presidentes se han caracterizado por malos gobiernos, tampoco gozan de legitimidad en sus poblaciones y tienen a la vuelta de la esquina eventos electorales que les marcan el paso. Recientes análisis han referido la necesidad de George Bush hijo de continuar con sus aventuras bélicas a fin de posponer el abordaje de la crisis económica estadounidense. A la intervención a Irak, le siguen las amenazas contra Irán y Siria, el ejercicio de su poder en Africa y el recrudecimiento de su política global antiterrorista en América Latina. Por su parte, Flores abre la campaña política de ARENA con una declaración de guerra contra las pandillas callejeras, inconstitucionalmente hecha mano del ejército, advierte que de no endurecerse las leyes minoriles y garantistas del Debido Proceso hará uso de la facultad ejecutiva de decretar Estados de Excepción y promete a la población la tan ansiada seguridad en sus barriadas y municipalidades.
El discurso presidencial afirma que mensualmente ocurren 100 asesinatos a manos de los grupos de maras en el país, sin recordar que de estas acusaciones policiales, ni siquiera en las más conocidas públicamente, la PNC ha sido capaz de probar estas imputaciones. Refiere cifras del Banco Interamericano sobre la inseguridad sentida por la población omitiendo referir fuentes con porcentajes aún mayores que demandan bajar el alto costo de la vida y fuentes de empleo. Se hace un llamado a los diputados a sumarse en esta cacería con evidentes finalidades electorales y a los gobernantes centroamericanos para regionalizar la operación a fin de que los delincuentes no encuentren refugio en las fronteras.
Será responsabilidad de la clase política no prestarse al juego a partir de valoraciones pre electorales en sus decisiones parlamentarias. Bien es sabido que ninguna fracción legislativa desconoce la antipatía que causa en muchos sectores la defensa de los derechos humanos y la salvaguarda de garantías constitucionales, sobre todo referido al tema de la delincuencia. No se desconoce en ningún momento que, efectivamente, la inseguridad es una de las mayores preocupaciones de la población, pero tampoco son ignoradas las reales causas de este problema solo cosméticamente abordadas. Inicia entonces el operativo "Mano Dura"...¿y las fuentes de trabajo, la transparencia, las oportunidades para los jóvenes?...extraviadas en alguna parte, de seguro, al igual que las armas químicas y nucleares que amenazaban la seguridad de Estados Unidos hace unos meses.