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Uruguay

También en la represión:
La injerencia de Estados Unidos

Clara Aldrighi / BRECHA


En diciembre de 1972 Guillermo Chifflet definió en un editorial de Marcha el año que concluía como "El año de la furia". Para entonces, la represión había causado la casi completa desaparición de las actividades del MLN. Aproximadamente 3.500 tupamaros o sospechosos de serlo fueron detenidos a lo largo del año y más de 800 encontraron refugio en el exterior.


Gracias al trabajo de inteligencia, a las informaciones obtenidas con la tortura y a la defección de algunos dirigentes, las Fuerzas Conjuntas incautaron equipos, armas y municiones y hallaron cientos de locales, cárceles, hospitales, centros de entrenamiento y laboratorios técnicos. Entre enero y setiembre, cuando se realizaron las más contundentes operaciones contra el MLN, el enfrentamiento costó la vida de nueve policías, tres civiles, diez militares y 35 tupamaros muertos en combate o por torturas. Desde setiembre de 1971, el MLN se preparaba para extender sus operaciones militares al Interior y responder con represalias a las acciones del Escuadrón de la Muerte. Tácticamente se encontraba en una situación vulnerable, por la existencia de una profunda división entre sus cuadros dirigentes y en especial por la dispersión en el territorio de cientos de militantes, que no se hallaban sostenidos por adecuadas infraestructuras de seguridad.
Según informes del Departamento de Estado, a comienzos de 1972 la coordinación de inteligencia entre Policía y Fuerzas Armadas había permitido diseñar un preciso mapa de la estructura del MLN. El Poder Ejecutivo sólo esperaba el momento político propicio para asestar los golpes definitivos.
La oportunidad llegó el 14 de abril, con el ataque del MLN contra el Escuadrón de la Muerte. El gobierno de Bordaberry necesitó solamente 24 horas para neutralizar al centro político -fundamentalmente el sector de Ferreira Aldunate- y obtener del Parlamento el apoyo necesario para otorgar a las Fuerzas Conjuntas una abrumadora suma de poderes.
Aunque favorecidas por el marco legal de excepción, las Fuerzas Conjuntas recurrieron desde el comienzo a todas las formas del terrorismo de Estado, desde la tortura hasta el asesinato de prisioneros. La tolerancia demostrada por el Ejecutivo, por importantes sectores de los partidos tradicionales y por los principales medios de comunicación alentó en ellas un sentimiento de impunidad que allanó su camino hacia el golpe.
En la ofensiva de 1972 contra el MLN participó, directa o indirectamente, el entero Country Team de la embajada estadounidense. Sus funcionarios habían dirigido en los años precedentes la modernización de las fuerzas de seguridad uruguayas, a través de los programas de seguridad pública (PSP) de la AID y de asistencia militar (MAP). La finalidad declarada del PSP y del MAP (a partir de 1971) era combatir la insurgencia guerrillera y el avance del Partido Comunista, "principales objetivos de Estados Unidos para Uruguay". Los asesores impulsaron la reorientación de las Fuerzas Armadas desde su rol de defensa exterior al de seguridad interna.
Durante el año fiscal 1972 el MAP proporcionó a las Fuerzas Armadas unos 3,5 millones de dólares; dos millones estuvieron directamente destinados al programa de contrainsurgencia.
Según señalaba un informe de la embajada de diciembre de 1972, en ese año "El MAP proveyó los medios para que las Fuerzas Armadas duplicaran sus operaciones en un momento en que la precariedad económica y financiera del gobierno uruguayo le impedía proveer a los militares de los recursos para cumplir con sus nuevas responsabilidades". Bajo la supervisión del Grupo Militar de la embajada, "14 equipos de entrenamiento militar trabajaron en áreas de inteligencia, contrainsurgencia, seguridad física, mantenimiento y administración de equipos. 63 estudiantes del Ejército y la marina recibieron en el exterior entrenamiento contrainsurgente. Otros 91 de todas las armas recibieron en el exterior entrenamiento en logística, administración y otros rubros profesionales para sostener los esfuerzos contrainsurgentes. En 1973 se seguirá el mismo patrón".
En las operaciones del 14 de abril de 1972 también es posible encontrar la participación de funcionarios estadounidenses. Los consejeros del PSP informaban en 1973 del éxito obtenido en la dirección de una de las operaciones de inteligencia: la vigilancia de las viviendas ubicadas en las calles Amazonas y Pérez Gomar, donde se reunían integrantes de la dirección del MLN. Los consejeros habían colaborado en la preparación de un plan de ataque contra estas personas, utilizado finalmente en la tarde del 14 de abril en dos procedimientos que culminaron con la ejecución de seis tupamaros y la detención de varios dirigentes.