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Latinoamérica

De ser declarado culpable pasaría en prisión 30 años, pena máxima en aquel país, excepto para los presos políticos vascos al que el mismo juez que interrogará a Cavallo impone penas de 40 años.

Cavallo enfrentará hoy al polémico juez Garzón en medio de actos de repudio en España

Ricardo Miguel Cavallo llegará alrededor de las ocho de la mañana (hora de España) al aeropuerto militar de Torrejón de Ardoz, a 20 kilómetros de Madrid. A su arribo a suelo español, el militar argentino, también conocido como Sérpico, comparecerá por primera vez ante la justicia por los delitos de genocidio y terrorismo que cometió cuando era capitán de corbeta de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), el mayor centro clandestino de tortura y desapareciones forzadas que instauró la dictadura del país andino (1976-1983).
Todo está listo para la llegada de Cavallo a España, donde le esperan, además de actos de protesta, un largo juicio en el que tendrá que escuchar los testimonios de las víctimas y sus familiares sobre las atrocidades que presuntamente cometió hace menos de tres décadas, y después, de confirmarse su responsabilidad en los delitos que se le imputan, más de mil años de condena y al menos 30 años de cárcel, ya que el Código Penal español establece ese tiempo como el máximo posible de prisión. Sin embargo, no hay que olvidar que esta pena ha sido aumentada a 40 años de prisión (casi perpétua) para los luchadores independentistas vascos, contra los que el juez Garzón tiene una inquina especial.
El Boeing 707 de las fuerzas armadas españolas que partió ayer de la ciudad de México tiene previsto aterrizar en el citado aeropuerto militar alrededor de las ocho de la mañana, en donde será recibido por un fuerte dispositivo de seguridad que garantice su llegada a la comisaría de Canillas, en Madrid, el cuartel policial más seguro del país y donde estará escasas dos horas. Ahí se le harán saber sus derechos civiles y lo someterán a un examen médico.
Una vez cumplido ese trámite, Cavallo será trasladado a las instalaciones de la Audiencia Nacional, donde comparecerá alrededor de las 11 de la mañana ante el juez de instrucción número 5 de este órgano judicial, Baltasar Garzón, quien tiene abierta una causa penal en su contra por 264 casos de desapariciones forzadas, 159 secuestros y 21 casos de torturas.
El primer encuentro de Cavallo ante la justicia española consistirá en una breve sesión en la que el magistrado hará lectura de los delitos que se le imputan, en presencia de los abogados de las partes acusadoras, del fiscal que representa al Estado español y del defensor del militar argentino, cuya identidad todavía no es pública.
Una vez que Garzón dé lectura a los cargos, los representantes de las víctimas pedirán la formal prisión para Cavallo, así como el embargo de todos sus bienes, una decisión que está en el aire y que dependerá del magistrado.
Posteriormente tomará la palabra el representante de la Fiscalía General del Estado español, Pedro Rubira, quien mantendrá idéntica posición a la asumida en los procesos abiertos contra los genocidios que han sufridos varios pueblos de América Latina: que el sumario es contrario a la legislación española y que por tanto el juicio debe archivarse, por lo que solicitará la liberación de Cavallo.
El juez Garzón citará al acusado hasta el próximo 7 de julio y formalizará su traslado a una prisión de alta seguridad, previsiblemente la cárcel de Alcalá Meco, donde también se encuentra detenido Adolfo Scilingo, quien presuntamente realizó con Cavallo labores de exterminio en Argentina.
La llegada de Cavallo a España también provocará, como en México, actos de repudio contra el militar argentino. La primera tendrá lugar hoy mismo ante las puertas de la Audiencia Nacional, donde se concentrarán decenas de personas para recibir a Serpico con una sonora cacerolada.