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Latinoamérica

TLC: pechugas para EE.UU. alas y patas para Chile

Sara Larraín Ruíz

Se consolida modelo chileno exportador de materias primas con fuerte inequidad social. Este es el verdadero trasfondo del acuerdo de libre comercio entre Chile y EE.UU.
Después de dos años de cerradas negociaciones sobre comercio, inversión y servicios Chile firmó un Acuerdo Bilateral con Estados Unidos.
Aunque el Acuerdo en sí alivia a Lagos de la grave crisis política por corrupción, el Tratado de Libre Comercio (TLC), para tristeza del gobierno, sólo fue aplaudido por los empresarios. De esta forma queda claro para quién negoció el ejecutivo y quiénes accedieron a las negociaciones.
Frente a este hecho, para las organizaciones ecologistas se hacen un deber expresar a la opinión pública lo siguiente: 1. Rechazamos al Acuerdo, el cual nunca fue dado a conocer a las organizaciones ciudadanas, las cuales debieron proceder el 2001 a realizar acciones legales bajo la Ley de Probidad e Información Publica para solicitar el material correspondiente. A través del uso de resquicios, el gobierno aún no provee a los ciudadanos de información objetiva básica respecto al Tratado de Libre Comercio.
2. Hacemos pública la campaña de desinformación que se ha realizado por parte del gobierno, el cual ha entregado cifras sesgadas, ocultando que los mayores intereses del Acuerdo están en el área de las inversiones y los servicios.
Especial gravedad reviste el hecho de ocultar la presencia de atribuciones expropiatorias similares a las del capítulo sobre inversiones del NAFTA, y mecanismos antidemocráticos de solución de controversias. Este hecho, tal como ha ocurrido en Canadá y México, puede impedir el cumplimiento de estándares ambientales haciendo imposible su mejoramiento. De esta forma, el Acuerdo dificulta cualquier reforma, en la Ley de Bosque, el Código de Aguas, la ley de Pesca, el Código Minero, y la Ley Laboral.
3. La información respecto a que el Tratado contendría acuerdos ambientales y laborales es falso. Al igual que el modelo NAFTA el texto sólo declara que los países deben cumplir sus normas actualmente existentes.
4. Queremos denunciar la campaña de encubrimiento informativo que desarrollo el gobierno de Chile y de Estados Unidos, al señalar en el texto síntesis dado a conocer a la prensa, que el Acuerdo aumentará los empleos en el sector agroindustrial. Los mismos empresarios del sector señalan lo contrario, sólo se prevé la incorporación de más trabajadores temporeros en el sector fruta y grandes problemas en el sector lechero y azucarero, que tienen más manufactura y en donde las cuotas o los plazos (12 años) de desgravamen son perjudiciales, lo que generará una posible crisis en ambos sectores debido al ingreso de azúcar, fructosa y lácteos norteamericanos.
5. Además, los estudios norteamericanos sobre el comercio avícola, mencionado por ambos gobiernos como 'excelente acuerdo' señalan que Chile terminará exportando lo mejor: pechugas, pero estaría obligado a recibir a cambio lo peor: sólo alas y patas.
6. Denunciamos el marketing de este tratado como opción de desarrollo sustentable: es una mentira a voces que el Tratado reducirá la extracción de los recursos naturales tal como señala el texto resumido del mismo que fue presentado por la Casa Blanca y la Moneda. Con mayores facilidades de inversión y menos normativa ambiental, el acuerdo intensificará las inversiones norteamericanas en el área de los recursos naturales.
7. Las condiciones de inversión y servicios también tenderán a intensificar la transnacionalización de los servicios básicos de agua, salud, educación escolar y superior, lo que también podrá extenderse fácilmente a los fondos de pensiones, dejando a los ciudadanos más atados de manos ante cualquier cambio dentro del marco jurídico nacional.
8. Otro capítulo preocupante del Acuerdo, es el de las compras del Estado, las adquisiciones públicas: la propaganda gubernamental señala que los chilenos podrán vender sus productos al gobierno norteamericano y además acceder a 37 de los 50 estados del país del norte y destaca la oportunidad que representaría para las PYMES. Esto es una broma de mal gusto. Sabemos del proteccionismo y la escala de las compras del gobierno norteamericano versus la escala de producción nacional.
9. En relación al sector financiero y los 'capitales golondrina' el gobierno perdió las atribuciones de regular el flujo de capitales, al eliminar el encaje, y dejarlo reducido a una posibilidad remota en caso de crisis extrema, y sometido a un régimen de solución de disputas en el que Estados Unidos tiene mucha experiencia.
10. También la negociación sobre propiedad intelectual es negativa en relación al actual régimen chileno en este sector. Es importante señalar que el gobierno debió apresurar cambios legislativos de la ley de Propiedad Intelectual, para responder a las exigencias norteamericanas, lo que ha sido denunciado por laboratorios y académicos de la Universidad de Chile, por aspectos estratégicos como el incremento en el precio de los medicamentos.
11. Finalmente es importante aclarar que Chile, al adelantarse a una negociación de comercio, inversión y servicios bajo el mismo modelo del NAFTA, afecta a toda América Latina pues congela y valida un modelo a seguir en las relaciones económicas de la región con Estados Unidos, lo que deja poco espacio para mejorar las condiciones de negociación en el ALCA, donde ciertamente lo ocurrido en Argentina como fue la negociación como bloque y el poder político de Brasil podrían significar mejores condiciones de negociación para nuestra región.
* Sara Larraín Ruíz-Tagle es directora del Programa Chile Sustentable.