VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

Rangel: El silencio de los medios en relación a los asesinatos de Altamira es parecido al del 12 y 13-A

Por: Venpres (Susana Mancilla).

La verdad, aunque tarda, al final llega, dijo este jueves el vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, al hacer referencia de los asesinatos de los soldados desertores de Plaza Altamira y de las bombas en las sedes diplomáticas donde estarían implicados los militares de Altamira.
Rangel en rueda de prensa habló sobre algunas informaciones que señalan que las personas que presuntamente torturaron y asesinaron a los tres soldados disidentes de dicha plaza así como a una joven técnico en turismo, son las mismas que aparecen involucradas en la colocación de los artefactos explosivos que estallaron en el edificio Caracas Teleport (Plaza Venezuela) y en las sedes diplomáticas de Colombia (Chacaíto) y España (La Castellana).
Estas son el general de división Felipe Rodríguez (El Cuervo), el coronel Fernando Da Costa (El Catire) y el coronel Yusepe Pirielli Carmona, según acusan los dos detenidos por el caso.
En este sentido, reconoció los trabajos de algunos periodistas de varios medios impresos. De manera profesional "El Nacional está publicando, por ejemplo, lo ocurrido en torno a los muertos y a las bombas. Asimismo el diario Ultimas Noticias (...), y también el diario Panorama que abre sus páginas hoy con Oficiales de Plaza Altamira detrás de asesinatos y explosiones".
Sobre el caso, Rangel señaló que no haría acusaciones en vista de que no es fiscal ni juez, ni policía. "Hay personas que han hecho señalamientos concretos, imputados, y tengo entendido que vienen otras incriminaciones en las próximas horas".
Aún así recordó que cuando aparecieron los cadáveres de los tres soldados desertores de la Plaza Altamira inmediatamente se dijo que la responsabilidad era del gobierno, igual que ocurrió con el caso Goveia.
"Esto se repitió el primero de mayo, no había muerto el obrero de la Plaza O´Leary cuando ya se estaba señalando al Ejecutivo", dijo Rangel.
Asimismo ocurrió cuando estallaron las bombas en las misiones diplomáticas y en la sede de la Mesa de Diálogo y Acuerdos. "Incluso, se buscó crear un conflicto internacional para Venezuela. Se suscitó la reacción de los gobiernos de las embajadas atacadas hablando de la responsabilidad del gobierno, pero afortunadamente la mentira tiene piernas cortas. La verdad tarda, pero llega al fin y al cabo", destacó el alto funcionario gubernamental.
Rangel enfatizó que los autores de las muertes y las bombas están plenamente identificados. "Es más, los autores intelectuales también; son señalados oficiales que tenían a su cargo la guardia y seguridad de la Plaza Altamira.
Pero como dije, no voy a hacer indicaciones concretas porque eso corresponde al Ministerio Público y a los jueces competentes".
Contrastó, además, el inmenso escándalo que se generó cuando se conocieron los hechos con el gran silencio que se produce en este momento con estos resultados de las investigaciones y la implicación de los militares de Altamira.
"He estado haciendo un seguimiento en los medios radiales y la televisión desde que empezaron a aparecer las crónicas en El Nacional y no aparece ninguna información acerca de esto, cuando es una gran noticia, una extraordinaria noticia, incluso con circulación internacional", apuntó el vicepresidente de la República.
Recomendó a El Universal colocar las mismas manchetas que publicaban sobre los días que habían pasado sin resultados de las investigaciones, pero con la noticia de que ya se descubrió.
"Pero es un silencio parecido al del 12 y 13-A por cuanto esto es noticia.
Quisiera que el reconocimiento que ahora hago sea para todos, porque ¿somos profesionales o no de la noticia? Así que les digo, el que cría cuervos, le sacaran los ojos, y saben por qué lo digo", expresó finalmente Rangel.
La fuente original de este documento es: Venpres (
http://www.venpres.gov.ve) ######################## WWW.panodi.com Diario Panorama, Maracaibo, 15 de mayo de 2003.
Confesaron los imputados por muerte de tres soldados Oficiales de Altamira detrás de asesinatos y explosiones El G/D de la GN, Felipe Rodríguez y el coronel del Ejército Yucepe Pilieri están señalados como cabecillas. Según Pedro Sifontes, cabo II de la Armada, pagaron Bs. tres millones por asesinar a los soldados y a las novias de dos de ellos, pero una de las chicas sobrevivió. Planearon los ataques a las legaciones de Colombia, España y a la sede de la Mesa de Negociación.
Dos militares que se declararon contra del gobierno en la Plaza Francia de Altamira, identificados como el general de división de la Guardia Nacional, Felipe Rodríguez y el coronel del Ejército Yucepe Pilieri fueron acusados de ordenar la muerte de tres soldados también disidentes y de planificar los atentados con explosivos a las oficinas diplomáticas de España y Colombia y a la sede de la Mesa de Negociacion y Acuerdos instalada en el edificio Caracas Teleport. La confesión del cabo II de la Armada Pedro Antonio Sifontes Núñez -detenido hace una semana por estar vinculado con la muerte de los soldados Ángel Salas, Darwin Argüello y Félix Pinto- fue realizada ante la jueza 11 de control Deyanira Nieves de Bastidas.
Los cuerpos de los militares fueron hallados torturados y con tiros de escopeta el pasado 16 de febrero en parajes del este de Caracas. También dieron muerte a Zaida Peroza, pero dejaron herida a Rosana Rivero, cuyas revelaciones dieron un vuelco a la investigación. Según Sifontes, los ajusticiamientos se cometieron por informar al oficialismo de lo que ocurría en Plaza Altamira.
Precisó que Luis Chacín Sanguine, alias "Armadillo" colocó explosivo C-4 en las sedes diplomáticas y en edificio Caracas Teleport, en febrero de este año. El material fue aportado por un empresario de origen italiano propietario de una fábrica de baterías quien tiene contacto con los disidentes de Altamira y presuntamente los financia.
A JUICIO El Tribunal Supremo de Justici (TSJ) autorizó ayer enjuiciar al general de la Guardia Nacional (GN) Carlos Alfonzo Martínez por presunta instigación a delinquir.
El general Martínez se convierte en el primer disidente de alto rango castrense a quien se le retira la inmunidad para someterlo a juicio.
Y. Carvajal /Diario El Nacional/Agencias El cabo Sifontes Núñez, detenido el 29 de abril pasado en Puerto Ordaz, habría declarado ante la jueza 11 de Control, Deyanira Nieves Bastidas, según un informe publicado por El Nacional el pasado miércoles 14 de mayo, que el general de división de la Guardia Nacional Felipe Rodríguez y el coronel del Ejército Yucepe Pilieri habrían ordenado las ejecuciones de los tres soldados, por las cuales pagaron tres millones de bolívares.
Según el relato del cabo segundo de la Armada, la noche del 15 de febrero del presente año se realizó una reunión en las inmediaciones del edificio For You de Altamira en la cual el coronel Pilieri dio la orden directa de matar a los tres soldados porque al parecer pasaban información a los Círculos Bolivarianos de lo que ocurría en Plaza Francia.
En la reunión con Pilieri -quien fue detenido a mediados del mes pasado en Maracay- se encontraban presentes -según Sifontes- Luis Gregorio Chacín Sanguine, alias "Armandillo"; Gregory Umanés Castillo, apodado "el Zorro"; un hombre conocido como "Fao", una cuarta persona apodada "Halcón", Hugo José Ordóñez, llamado "HJ", Tairo Aristiguieta y él.
El coronel disidente del Ejército habría ordenado además matar a las novias de Darwin Argüello y Félix Pinto, Saida Gabriela Peroza y una muchacha de 14 años.
Después de matar a sus compañeros de la plaza, "Armandillo", "HJ" y Sifontes dieron la novedad al coronel Pilieri, quien en presencia del cabo segundo de la Armada se habría comunicado con el general (GN) Felipe Rodríguez para decirle "el paquete está listo y entregado".
El arma usada para cometer los homicidios fue una escopeta calibre 12, que el cabo segundo admitió habérsela entregado tras los sucesos a "Armandillo", quien a su vez se la dio a "HJ".
La paga por los cuatro asesinatos, contó Sifontes Núñez, fue entregada en un sobre manila en pacas de 20 y 50 mil bolívares por el coronel Pilieri a "Armandillo". El cabo segundo dice que él no recibió dinero, por ética.
Ataque a embajadas Según el informe publicado, que a su vez cita el expediente 11C-1816-03, Sifontes Núñez, de manera voluntaria, confesó que Luis Gregorio Chacín Sanguine, "Armandillo", fue el autor material de los ataques con explosivos ocurridos la madrugada del 25 de febrero en el Consulado General de Colombia, en Chacaíto, y en la Oficina Técnica de Cooperación de la Embajada de España, en La Castellana.
El cabo segundo contó que la noche antes de los atentados, a las 7:30 pm, en la esquina de la residencia Altamira, "Armandillo" recibió de una persona de apellido Lovera una bolsa negra que contenía el C4 que utilizó.
Sifontes aseguró que "Armandillo" le habría contado que la sustancia explosiva la recibió de un empresario de origen italiano para el cual trabajaba como guardaespaldas. Aseguró además que un día antes del suceso recibió una llamada de Chacín Sanguine desde su celular y que este le dijo: "No pasa de las 6:00, porque voy a acabar con la Mesa de Negociación, porque es una farsa" y luego agregó que "iba a colocar el regalo".
Sifonte admitió también durante su declaración que ha recibido amenazas de muerte por parte del coronel Yucepe Pilieri, así como del propio "Armandillo". De eso, dijo, ha sido testigo Hugo José "HJ".
Chacín Sanguine, Alias "Armandillo", sería también el autor material del ataque al edificio Caracas Teleport, donde funcionaba la Mesa de Negociación y Acuerdos, ocurrido el 12 de abril pasado, luego que el secretario general de la OEA, César Gaviria, anunciara el día anterior la firma de un acuerdo entre el gobierno y la oposición.
En su relato ante la jueza el cabo segundo de la Armada mencionó al general Felipe Rodríguez y al ser consultado sobre su relación con él dijo: "Debía estar con él hasta el final, y cumplir sus órdenes hasta morir".
"Armandillo" niega En una conversación informal entre los funcionarios de la Disip y la policía judicial que lo detuvieron el pasado 29 de abril en La Campiña -dice El Nacional- "Armandillo" habría negado su participación en los homicidios de Pinto, Argüello y Salas.
Igualmente, habría negado ser el autor material de los atentados con C4 a las sedes diplomáticas y supuestamente relató a los agentes de la Brigada Antiterrorismo que ese día, tras escuchar las explosiones, se trasladó en una moto en compañía de "El Catire" al lugar de los hechos para verificar los hechos.
Aseguró que lo hizo por órdenes del coronel Pilieri Carmona y otro oficial, apodado "Memín", que se encontraba en la Plaza de Altamira.
Dijo además que Pilieri le habría realizado una llamada al celular de "Memín" para que le informara de los daños y que al regresar a la plaza tras la inspección "El Catire" entró al bunker (estacionamiento), para entrevistarse con el general Felipe Rodríguez.
Él se quedó afuera, según contó, por no ser personal de confianza de los oficiales superiores.
Sin embargo, Chacín Sanguine, "Armandillo", reconoció que él realizó una llamada a Ernesto Lovera, a quien identificó como escolta del dueño de una fábrica de baterías para automóviles, "quien tiene contacto con los militares disidentes de la Plaza Altamira y presuntamente costea sus movimientos".
A confesión de parte Con el firme propósito de provocar la caída del gobierno del presidente Hugo Chávez, 14 oficiales de alta graduación que habían participado en el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 se instalaron en la Plaza Francia de Altamira el 22 de octubre pasado, tras haber finalizado un paro de 12 horas convocado por Fedecámaras y la CTV.
Por el respaldo manifiesto que al principio la iniciativa de los militares tuvo en sectores de la oposición, se pensó que los oficiales asumirían el liderazgo del antichavismo, incluso el 12 de noviembre, con la firma del Pacto Democrático por la Unidad y la Reconstrucción Nacional, el general Enrique Medina Gómez, -al igual que el padre Luis Ugalde en la Quinta La Esmeralda- levantó los brazos de los entonces presidentes de Fedecámaras y la CTV, Carlos Fernández y Carlos Ortega.
Los militares en la plaza llegaron a ser 135, sin embargo, ninguno de los pronósticos que se hicieron desde la oposición se cumplió y después de los sucesos del seis de diciembre de 2002, cuando Joao De Gouveia disparó contra las personas que se habían concentrado en el lugar y asesinó a tres de ellas, Altamira perdió el respaldo popular que había tenido.
El último escándalo de la plaza fue la muerte a balazos de tres de los soldados disidentes, Félix Pinto, Darwin Argüello y Ángel Salas, pero las últimas revelaciones del también rebelde cabo II de la Armada, Pedro Antonio Sifontes Núñez, uno de los implicados en el cuádruple homicidio indican que ese es sólo la punta del iceberg.
ASESINADOS El CABO II Pedro Sifontes Núñez confesó que después de las 9:30 de la noche del 15 de febrero en tres vehículos acudieron hasta el Centro Comercial Bello Campo en donde se encontraban los soldados Ángel Salas y Darwin Argüello (en las gráficas), quienes no ofrecieron resistencia. Luego los llevaron a un paraje solitario en la vía hacia a Guarenas, los golpearon, ataron y amordazaron, hasta que "Armandillo" tomó una escopeta y realizó cinco disparos: 2 contra Ángel Salas y 3 contra Darwin Argüello. Tras asesinar a los soldados, regresaron a Bello Monte por sus novias y Félix Pinto, los llevaron hasta la hacienda Palo Gacho, en la carretera vieja Cupo-Ariara y en ese lugar los torturaron. Sifontes confesó haberle disparado a Pinto y a Saida Gabriela Peroza y que luego "Armandillo" le quitó la escopeta, maltrató a la otra muchacha, de 14 años, y le descargó un balazo en la cabeza que sólo la rozó.
El cabo segundo de la Armada mencionó al general Felipe Rodríguez. Sobre su relación con el oficial dijo: "Debía estar con él hasta el final, y cumplir sus órdenes hasta morir".
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&& Enviado por Revista Koeyu Latinoamericano Caracas, Venezuela
koeyu@cantv.net