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Latinoamérica

Estado de Emergencia, cobardía del Gobierno: ¡ni un paso atrás!

DESLINDE , José Ríos R.

Acabamos de escuchar a Toledo Manrique, decretando por 30 días el Estado de Emergencia, craso error, manotazo de ahogado de un gobierno que está ya herido de muerte.
Toledo ha abdicado ante las Fuerzas Armadas, en el mejor estilo de Fujimori, ha puesto al pueblo peruano a merced de la represión descarnada: las libertades fundamentales de la persona humana han sido declaradas en suspenso: libertad de reunión, inviolabilidad del domicilio y libertad de desplazamiento por el territorio nacional.
Es muy tarde, Sr. Toledo, para decretar el Estado de Emergencia, hay más de 2 millones de trabadores en pie de lucha, por su subsistencia más elemental.
A estas horas varias decenas de miles de trabajadores del campo se desplazan hacia Lima por las carreteras para expresar su rechazo a la política gubernamental. Nada, ni nadie aceptará sus pretensiones Sr. Toledo, como en junio del año pasado en la lucha del Gran Sur contra la privatización de las empresas de energía eléctrica.
Usted ha perdido el último grado de credibilidad que le quedaba, y se ha quitado la careta, la fea careta de enemigo del pueblo que asoma tras sus orejas de Felipillo. Por más que haya llamado a los partidos del Acuerdo Nacional (el APRA, nada ingenua, no acudió), la soledad política que marca a ‘Perú Posible’ es imposible de superar.
El pueblo peruano, igual que en junio del 2002, seguirá adelante, y a usted no le quedará otra cosa que renunciar, porque la declaratoria del Estado de Emergencia no es otra cosa el práctico reconocimiento de su incapacidad, y, en consecuencia, la única salida posible es el alejamiento de su persona del cargo de presidente, que hace mucho le quedó demasiado grande.
Suya será la responsabilidad por lo que pase de aquí en adelante, su postura es un desafío a un pueblo que, desesperado, seguirá adelante en su lucha por condiciones mínimas de supervivencia.
El pueblo no se dejará arredrar, y seguirá adelante, el pueblo debe redoblar su apoyo a los maestros y a los campesinos, y, al personal de salud. Los frentes regionales deben expresarse en apoyo combativo a los gremios en conflicto, lo mismo que el movimiento estudiantil.
El magisterio, y el campesinado, y los trabajadores de salud, necesitan el apoyo militante de todos los sectores del pueblo, movilicémonos en su apoyo, ahora mismo.
Los maestros del Perú, los trabajadores del campo, los trabajadores de salud, no deben ser derrotados, el pueblo peruano tiene derecho a reconquistar sus derechos irrenunciables.