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Latinoamérica

11 de marzo del 2003

Chile: El movimiento skinhead
Cabezas rapadas piensan en grande


Punto Final
"Antes llegábamos a una marcha y nos decían: ¡puta, qué hacen estos nazis acá! Pero ahora no, porque las diferencias se van notando", sentencia Fernando, miembro del movimiento skinhead antifascista. Este grupo de cabezas rapadas cree en la solidaridad y apoya la liberación de los presos políticos. Sus integrantes se inspiran en movimientos extranjeros, pero piensan y hablan como chilenos. Y el mayor insulto que se les puede propinar es confundirlos con jóvenes neonazis: ellos son sus principales enemigos, aunque no los únicos. Son jóvenes que oyen música con mucha guitarra eléctrica y utilizan la imagen de una persona que arroja un símbolo nazi al bote de la basura.

Estos cabezas rapadas chilenos organizaron a principios de año un congreso del Cono Sur al que llegaron invitados de Argentina y Canadá. En la declaración final identifican como enemigos al fascismo y al capitalismo, a la vez que se proponen ampliar la lucha contra el racismo. Les ha costado desligarse del mote de "extrema derecha", estigma con el que surgieron las cabezas rapadas en Europa, Estados Unidos y algunos países de nuestro continente. Sin embargo, los skinheads chilenos afirman que sus orígenes son mucho más remotos, y por eso acaban de formar una agrupación llamada Resistencia Skinhead. Esta organización multicultural se declara parte de la red internacional Rash y de Sharp, que significa "skinheads contra los perjuicios raciales". Igual que en España, México, Argentina y Venezuela, la variante chilena de skinheads tiene el mérito de unir a comunistas y anarquistas para trabajar unidos en causas diversas.

Sentados sobre el pasto de la Plaza Brasil, frente a una conocida academia de danza, un grupo de Resistencia Skinhead conversó con PF. Fueron muy cautos para mostrarse en fotos y dar apellidos porque, según ellos, pueden ser utilizados posteriormente por grupos fascistas. El grupo lo componía alrededor de diez jóvenes de entre 18 y 25 años, casi todos rapados y calzados con bototos. Algunos de ellos lucían barbas, tatuajes, poleras blancas o rojas y uno de los que era más admirado por su forma de vestir llevaba una chaqueta negra con el bordado de los redskin.

Pablo, de 19 años y estudiante de Ciencias Políticas, cuenta que los skinheads surgieron en Inglaterra en 1969. "Muchos jóvenes ingleses pertenecían a la clase obrera y se relacionaban con los emigrantes jamaicanos. En algún momento se juntaron las dos culturas y adoptaron los ritmos negros".

¿Ustedes forman parte de un movimiento político?

Fernando (24 años, vocalista de la banda Curasbun): "Skinhead nació de los ghettos de Londres y no tenía nada que ver con política. Se sabía que pertenecían a la clase obrera, pero aparte de eso no había nada más. En algún momento fueron incentivados por movimientos políticos de derecha, que les compraron instrumentos musicales, y así fue como el Frente Nacional inglés los instaló a su lado, los manipuló e hizo que aparecieran como que siempre hubieran sido de extrema derecha. Cuando pasó eso, a muchos skinheads no les pareció bien, y surgieron los red skin (por rojo) y los skinhead anarquistas. En América Latina, la escena más vieja del movimiento está en Colombia y viene de los 80. Allí hay skinheads marxistas-leninistas y trostkistas. En México son veganos y trabajan el rollo de la liberación animal, como también hay muchos en Argentina y Perú".

¿Cómo te definirías políticamente?

Fernando: "Como comunista libertario. Pero dentro del colectivo todos tenemos nuestras propias conductas políticas. Intento llevar mi definición a la práctica en la vida cotidiana y ser consecuente con el discurso de la banda".

¿Qué caracteriza el movimiento skinhead chileno?

Pedro (27 años, uno de los primeros participantes del movimiento punk en Chile): "La escena, en general, ha crecido en el último año. A principios de los 80 no pasábamos de ser más de diez y hoy estamos en Antofagasta, Iquique, Valparaíso, Chillán, Temuco, Concepción y Puerto Montt. Estamos en contacto y hemos hecho congresos de skinheads antifascistas a los que han venido incluso desde Argentina. Los Sharp fueron la primera variante de skinhead antifascistas y surgieron para recuperar el espíritu inicial del movimiento interracial e intercultural. A fines de los 60, aunque los skinheads no tenían una postura política explícita, estuvieron ligados a la derecha. Después las cosas cambiaron y nos dimos cuenta que había que optar por una postura política. Entonces surgió Rash, que son los skinhead rojos y anarquistas. Este grupo nació en Nueva York en un momento en que los grupos fascistas golpeaban a la gente de Izquierda. Los skinheads se dieron cuenta que podían formar grupos de autodefensa para proteger a los movimientos sociales".

Me imagino que sus congresos deben ser distintos a los de la juventud política.

Pedro: "En nuestros congresos no hay homogeneidad, no todos pensamos lo mismo. Hay gente de Izquierda y otros que tienen formas diferentes de ver lo social. En nuestras resoluciones se estableció la unidad dentro de la diferencia. Definimos que nuestro enemigo eran el fascismo y el capitalismo, y decidimos ampliar la lucha contra el racismo. Además, el congreso nos sirvió para afiatar la unión entre grupos de distintas ciudades de Chile y contactarnos con los argentinos. Después del congreso se formó en el país vecino la agrupación 'Acción Antifascista' con el objetivo de parar a los fascistas".

Fernando: "En ese encuentro del Cono Sur también estuvo ARA (Anti Racial Action), una organización de Canadá que lleva más de quince años trabajando en Chile".

¿Qué relación hay entre la música que escuchan, la forma de vestir y el rapado de cabeza?

Pablo: "El hecho de raparse nació en Inglaterra como una forma de homogeneizarse con los negros jamaicanos. En ese tiempo, la estética era usar ropa de trabajo, jeans, camisa y bototos".

Sebastián, un joven estudiante de sicología, interviene: "Usamos botas, tirantes, chaquetas y, de repente, cordones blancos. Esto último ha sido muy mal interpretado. Se ha dicho que los cordones simbolizan al blanco que ata al negro. Pero se trata de representar la idea de unión racial".

¿Y qué dicen las letras de sus musicales?

Fernando: "Las bandas de redskin hablan de la lucha de clases y de la vida cotidiana en los ghettos. Aquí muestran un poco la vida diaria de la población, y en Curasbun hablamos de los presos políticos, del conflicto mapuche, de Palestina y de nombres de cerveza. Ahora, por ejemplo, tenemos un tributo a Kortatu, que es una de las primeras bandas redskin del país vasco. En ese tema hablamos de Palestina y del Wallmapu, y decimos que es una misma lucha. Nos preguntamos por cuánto tiempo más vamos a tener que aguantar que nos saquen la mierda y nos agarren a golpes".

Pedro: "La primera banda que tuvo este movimiento se llamaba Redskin y perteneció al partido trotskista inglés Social Worker Party. Ellos, en sus canciones, hablaban de la huelga de los mineros, y del régimen de la Thatcher que reprimía a los trabajadores y al pueblo. De ahí salió el rollo de las bandas políticas de Izquierda, y luego hubo muchas más, como Banda Bassotti, en Italia; Kortatu, en Euskadi; los ingleses de Pilseners; Opcio K-95, en España, que lleva el nombre del fusil de asalto soviético, y en Chile están sonando Curasbun, Sudor Obrero y Criminal Skin".

FALSA ALTERNATIVA

¿Qué significa antifascismo en Chile?

Pedro: "Parte de nuestra lucha es denunciar a los grupos fascistas en este país, como el de Alexis López y Nueva Acrópolis. También, y muy especialmente, el Movimiento Nacionalista Chileno (MNCH), que surgió en Concepción. El MNCH es el brazo armado de los nazis, ha tenido participación en asaltos y fundó el pensamiento de la tercera posición, que consiste en utilizar figuras y discursos de Izquierda con sentido fascista. En Europa, el pensamiento de la tercera posición es bastante fuerte y es peligroso que surja aquí. También está la revista 'La Ciudad de los Césares', que dirige el profesor del ex Pedagógico, Erwin Robertson, y donde hace muy poco salió un título que hablaba de cómo el fascismo se abría a la Izquierda. A eso hay que unir grupos de bonehead -así llamamos a los skinheads fascistas- en la Quinta Región, como el Martillo del Sur y, en Santiago, a los stirwolk. Ellos están atrayendo a distintas tribus urbanas hacia el fascismo y por eso hay jóvenes punk y góticos que golpean a los travestis o a los peruanos".

Pablo: "Lo que pasa es que estos grupos más nuevos son de choque de los peces gordos del fascismo chileno. La corriente esotérica de Miguel Serrano tiene un grupo de skinheads que custodia su casa. Hay un empresario italiano que tiene un resort en la Quinta Región y apoya financieramente a los neonazis. Además, se sabe que tanto en las marchas de derecha como en la realización de rayados callejeros de campañas políticas participan nazis financiados por la derecha. Algunos estudian para policías o son hijos de policías. En una Funa a Ricardo Claro vimos a un policía de las Fuerzas Especiales que tenía marcada una SS en el casco. En el persa Bío-Bío han surgido puestos nazis, y hemos visto cómo se saludan de mano y beso con los policías de la Cuarta Comisaría. Un problema grave es que el nazismo está creciendo en los jóvenes y muy pocos lo denuncian".

MAS MARCHAS QUE CARRETE

¿Sienten que ustedes son una respuesta al fascismo?

Pablo: "No creemos en el pacifismo. Si nos encontramos con los nazis en la calle no podemos ofrecer la otra mejilla, porque para nosotros es una cuestión de sobrevivencia. Hacemos panfleteo y fanzines para explicarle a la gente quién es el verdadero enemigo, y les decimos que el peruano no les quita su trabajo ni es un enemigo. Que los travestis o los drogadictos no son personas malas, sino que los grupos económicos, la burguesía y el imperialismo son los verdaderos culpables de lo que está mal".

Ustedes estuvieron en una manifestación por la libertad de los presos políticos y también han estado en la Funa. ¿En qué otras manifestaciones participan?

Pablo: "En las que se oponen a las leyes de Seguridad del Estado y Antiterrorista. Son instrumentos para sofocar las chispas de revolución, encerrar a gente que es capaz de pensar y criticar un sistema injusto. Apoyamos la autonomía del pueblo mapuche y decimos que hay que terminar con el colonialismo".

Fernando: "Cuando vemos que los nazis se organizan, ahí estamos. Por eso estuvimos en la presentación de la obra de teatro sobre Arturo Prat, dispuestos al choque con los nazis. Eso, aunque los pacos los cuidaban a ellos y nosotros éramos numéricamente menos. En el último tiempo también hemos tenido contactos con el Movimiento de Liberación Homosexual y planteamos trabajos en conjunto contra la discriminación".

¿Qué más hacen?

Fernando: "Hacemos jornadas antifascistas donde organizamos ferias libertarias para que las personas vendan sus CDs, libros y fanzines a precio de costo. En los recitales o eventos cobramos 500 pesos, o un alimento no perecible, y la plata la usamos para cubrir los gastos del local. Los alimentos normalmente los donamos a gente de otros barrios".

¿Cómo es el público que sigue una banda skinhead, como Curasbun?

Fernando: "Hay de todo, nosotros no nos paramos a tocar nada más. Entre cada tema hablamos de lo que pasa. Por ejemplo, hicimos una tocata en el local La Perrera y coincidió con el asesinato del joven mapuche Alex Lemún".

¿Por qué llegó cada uno de ustedes a participar en este movimiento?

Sebastián: "Me motivó la representatividad. Hace dos años era punk y participaba en actividades libertarias. Mi postura de vida es buscar la amistad, el compañerismo y luchar por los ideales del comunismo libertario. Eso, aunque no comparto con el Partido Comunista".

Pedro: "Para mí, participar en el movimiento skinhead es crear cultura proletaria, lo que va más allá de venir de una población o de enfrentarse con los pacos. Pasa por tener solidaridad con la gente que está siendo explotada y buscar el compromiso por la liberación. Creo que los explotados no son sólo los que viven en condiciones paupérrimas. Hoy, el oficinista y la secretaria también lo son".

Pablo: "En mi caso, era un movimiento que me servía para no tener miedo a las estructuras fascistas y enfrentarlos con apoyo mutuo, solidaridad y compañerismo"

Fernando: "Me di cuenta que no todo era cerveza, fútbol y diversión. Que el 70% de la vida es de lucha y que si hay carrete y hay una marcha, primero la marcha".

SEGUIMOS SIENDO ESCLAVOS

¿Qué piensan de la situación política?

Pablo: "La política cambió después de la dictadura, pero no tanto. Siguen existiendo problemas como las leyes antiterroristas y la cesantía. El problema de los países subdesarrollados como el nuestro es que cuelgan del hilo del imperialismo. Para qué vamos a andar con cosas: los representantes no representan a la gente y se mueven a través de los hilos que los manejan. Les importa más quienes financian sus campañas y los grupos económicos que ejercen sus influencias".

¿Como ves a Pinochet en la actualidad?

Fernando: "Veo que se sigue haciendo el 'gueón' y que seguimos siendo esclavos. Si en dictadura teníamos atada al cuello una cadena de un metro, hoy tenemos una de un metro y medio".

¿Qué harías si te encontraras frente a frente con Pinochet?

Fernando (se ríe pícaramente y duda en responder): "Sinceramente... creo que me lo piteo. Su combo en la cabeza no más".

¿Y como ven la figura de Lagos?

Sebastián: "Como cualquier político de Izquierda o derecha. La definición de socialismo es bonita, pero la proclama de socialismo capitalista no la entiendo y me hace cortocircuito".

¿Qué piensan de la corrupción y los sobresueldos?

Pedro: "Creo que el sistema es corrupto en sí mismo. Esto lo veo más como una pugna de poder para darle la pasada a Lavín. Si nos acordamos del tiempo de los milicos, ellos robaban más y nadie les podía decir nada. Por eso, no me parece extraño que roben, porque los gobernantes lo han hecho siempre".

Interrumpe Fernando: "Siempre han robado. Por ejemplo, nosotros apoyamos a los portuarios y a los pescadores cuando vinieron a la CUT, y a ellos se los han cagado durante años con sus platas".

¿Están minimizando el problema de la corrupción?

Pedro: "Yo veo que no es lo central. No me extraña que quienes tengan el poder sean corruptos. Históricamente se sabe que en la DC hay muchos ladrones, lo grave es por qué se saca a relucir esto ahora. Creo que es una falsa contradicción, porque en definitiva quienes más roban son las grandes corporaciones de Angelini, Luksic y a ellos los atacan muy pocos. Sé que los DC y todos los que están en el poder roban, pero no son los que más roban. La raíz del asunto es preguntarse por qué la gente les da el poder para que hagan eso".

Sebastián: "Los que realmente roban son las multinacionales, el Banco Mundial y el FMI. Roban más que los políticos".

¿Qué opinan de Fidel Castro, Lula y Chávez?

Fernando: "Es complicado. Pese a lo que hizo Fidel, desde mi punto de vista de la libertad, y como latinoamericano, yo no viviría en Cuba. Chávez algo ha hecho, pero también se ha mandado sus cagás. Y con Lula hay que esperar".

Pedro: "La Izquierda latinoamericana, en general, ha visto a estos tres personajes como grandes luces de esperanza. Sin embargo, yo no veo que sean una alternativa para realizar un socialismo como el que pensó Marx, porque funcionan con las mismas lógicas del capitalismo".

¿Qué alternativas le quedan a América Latina, según ustedes?

Fernando: "No pierdo la esperanza que en unos años más -y quizás yo ya esté muerto- América Latina sea una sola. Un mismo nombre dividido en regiones, donde Chile sea una región más. Creo que esa es la única forma de que no sigamos siendo colonia de nadie, que seamos una potencia".

Pedro: "La alternativas son crear instancias de poder popular, como las que hubo en Chile antes del 73. Deben surgir desde quienes sufren los problemas"

LUIS KLENER HERNANDEZ