VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

EEUU x Sudamerica

Por Zanini H.

¿Qué hay en común entre un pequeño pueblo e el noreste brasileño, las selvas de Colombia y las tierras heladas y desérticas de la Patagonia argentina?
Para el imperialismo americano, todo. Son puntos distantes a miles de kilómetros uno del otro, pero que representan bases importantes para la última fase del plan de anexión económica y el último paso para una sumisión completa y definitiva de Sudamérica.
Sumadas a las bases de Vieques en Puerto Rico y la de Guantánamo en Cuba, más las diversas pequeñas bases utilizadas por EE.UU., esa maniobra obedece a un minucioso plan del cual la ALCA es su brazo económico.
Primero, el petróleo del Medio Oriente debe ser debidamente asaltado, rapiñado y tomado a fuerza de mucho horror. Con las más grandes reservas bajo su dominio, lo que garantiza el control casi completo vía extorsión económica de la extracción y comercialización del petróleo, el imperio tendrá al mundo efectivamente de rodillas.
En Sudamérica, además de exterminar los movimientos sociales que aparecen por todo el continente y en cada país, y que a su vez representan una poderosa amenaza a las pretensiones imperiales, EE.UU. llevaría a cabo los definitivos planes de asaltar también las más grandes reservas de agua potable y de biodiversidad del planeta.
Bajo la disculpa de combatir al terrorismo, los EE.UU. también invierten fuertemente en los medios, casi todos monopolizados y históricamente ligados al poder politico e imperial, en la tentativa de convencer a la opinión publica de que bases del terrorismo islámico operan clandestinamente en la región de la Tripe Frontera (Argentina, Paraguay y Brasil). Agentes de la CIA debidamente autorizados por los tres gobiernos ya actuan en la región. Y como sabemos, esos agentes y esos gobiernos no actúan exactamente dentro de las leyes y de los esperados patrones de etica...
Conviene también recordar que esa región, además de ser también una gran reserva de agua y gran productora de energía eléctrica (Itaipu), dista poco mas de 1.500 kilómetros del Pantanal, el centro geografico del continente.
Una rápida mirada en el mapa, indica que el imperio codicia en los extremos sur, noreste e norte (las tres puntas del triángulo imaginario formado por Sudamérica) imponer sus bases. Subráyase la peligrosa proximidad del centro continental.
En Brasil, y bajo la benevolencia del gobierno brasileño, EE.UU. actúa criminalmente en el sentido de tomarnos la Base de Alcántara, utilizando el argumento falso de que sería usada solamente para lanzamentos de cohetes espaciales. La disculpa es que por estar en una región muy cerca del Ecuador, eso representaría una economía de cerca de 30 % en los gastos de combustible.
Ya Colombia enfrenta otros argumentos, igualmente falsos. Bajo el pretexto de acabar con movimientos sociales legitimos (la ONU garantiza el direcho de los pueblos de rebelaremse ante las tiranías - Capitalismo = Tiranía) que clasifican como "terroristas" o de grupos rebeldes armados (FARC y ELN) y con el cultivo de la coca (los EE.UU. son el mas grande mercado consumidor de drogas del planeta), el imperio financia y arma gobiernos sumisos al capital y a sus exigencias.
Colombia presenta aún una curiosidad geografica: es el único país sudamericano bañado por los dos oceanos, lo que garantiza el aceso por vía marítima a las dos cuestas continentales (de Sudamerica y Centroamerica), a las dos entradas del Canal de Panama (país que originariamente era territorio colombiano pero que fue separado a través de una maniobra norteamericana para la construcción del Canal), una peligrosa cercanía del Caribe y aún así, como en el caso de Alcántara, ubicada en la orillas de la Amazónia y de sus reservas naturales y minerales ilimitadas, que debidamente explotadas y respetando un manejo racional, garantizarían a los países de la región una riqueza incalculable, ya en este siglo XXI.
Dentro de la Amazonia brasileña ya existen bases y laboratorios norteamericanos (clasificados como pertenecientes a la NASA) que actúan supuestamente en pesquisas y estudios acerca de eventuales o nada probables efectos de una sequía global sobre la floresta.
Ya en la Patagonia argentina, tambíén un área con depósitos petroliferos, el argumento para la implantación de una base estadounidense es montar un laboratrio de pesquisas y monitoreo de tests nucleares que puedan ser realizados en cualquier punto del hemisferio.
No es difícil concluir que el imperio, luego de lograr dominar y asaltar el petróleo iraquí, y tras construir finalmente los deseados oleoductos a través de Afganistán, ligando las antiguas republicas soviéticas al oceano Indico, voltearan definitivamente sus cañones hacia Sudamérica.
Una supuosta resistencia institucional es simplemente imposible, visto que los gobiernos sudamericanos son históricamente subsirvientes al capital internacional, y hábil y minuciosamente controlados por el imperio.
Los gobiernos no ofrecerán resistencia ninguna a ese avance, lo que fatalmente ubicará la responsabilidad de la defensa de nuestros territorios y de nuestra soberanía sobre los hombros de los movimientos sociales autónomos, no vinculados a las instituiciones, todas ellas de una manera o otra ligadas a alguna instancia de los poderes nacionales e internacionales.
Las Fuerzas Armadas nacionales y de represión actuarán entonces, bajo el comando imperial y de los gobiernos sometidos, contra su propio pueblo, así como ya pasa en el caso de Colombia contra las FARC, o de la Argentina contra los piqueteros y los MTDs, o de Brasil contra los Sin Tierra y los Sin Techo.
Esta disputa entre el imperio y las fuerzas populares traicionadas por sus propios gobiernos promete ser violenta, sangrenta, cruel y de larga duración. Pero la responsabilidad histórica será de nuestros pueblos. De cada uno de nosotros.