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Latinoamérica

4 de febrero del 2003

No a la tolerancia

Williams Pitter
Rebelión

Una revista dominical de un diario de circulación nacional "entrevistó a un grupo de profesionales de distintas especialidades para ahondar en los valores que deben reforzar, las lecciones a rescatar y los procedimientos concretos para conseguir la concordia y construir la nueva ciudadanía" (Todo en Domingo, 2 de Febrero, El Nacional). Tres de los siete entrevistados tenían como común denominador a la tolerancia como un valor de capital importancia a ser invocado o rescatado en medio de la crisis que estamos viviendo. Veamos brevemente sus comentarios al respecto: "La cultura de la tolerancia se aprende.." (M. Stelling, socióloga), "la mayoría de los venezolanos quiere ser tolerante, respetar y ser respetado" (A..
Peraza, sacerdote jesuita), "la tolerancia [es un valor]..." (L. Ortega (activista por los derechos humanos)". Una octava entrevistada, experta en asuntos sobre Negociación y Resolución de Conflictos, al exponer algunas ideas sobre sus investigaciones nos dice: "la intolerancia es la enfermedad de nuestro siglo"..
Por la televisión y la radio escuchamos comentarios similares. Por cierto, escuché a un locutor radial decir, citando a Benjamín Franklin, que "el mejor regalo que se le puede hacer a un enemigo es la tolerancia". De hecho, son muchos, hoy día, lo que invocan la tolerancia como una manera de crear un clima propicio que posibilite una salida constitucional y pacifica a la grave problemática en la que estamos envueltos todos los venezolanos. Muy posiblemente todos estemos de acuerdo en los planteamientos arriba citado. Pero, yo no; y permítanme explicarles porque. Los arriba citados, y muchos otros con ellos, creen erróneamente que "intolerancia" es lo opuesto a "tolerancia"; y que esta es "respeto o consideración a hacia las opiniones y practicas de los demás, aunque sean diferentes a las nuestras" (Diccionario Español, Ed. Norma, pág. 751)..
Semejantes conceptos son espantosamente graves y ofenden a la dignidad humana, porque aunque Ud. no lo crea, y es algo que media humanidad ignora, la tolerancia es una falsificación de la intolerancia. Note lo que está de fondo en el concepto moderno de tolerancia: "la idea de admitir algo implica inherentemente el derecho a prohibirlo. Si la ciudad te permite o admite que camines sobre el césped, entonces la ciudad también tiene el derecho a prohibirlo. Si el Estado te permite el privilegio a sostener tus creencias, entonces también te puede prohibir ese privilegio" (C. Goldstein, Revista Adventista, pags. 16,17)..
Para reforzar estas ideas tomaremos algunas citas históricas, lo que además mostrara el carácter perverso de la tolerancia y de cómo esta fue combatida por algunas mentes brillantes y respetuosas de los derechos individuales. El concepto y uso de palabra tolerancia surge en el seno de las grandes disputas religiosas del siglo XVII, y es propiciado hacia 1689 por la obra de John Locke, Ensayo acerca de la tolerancia (Essay on Toleration). Aunque hizo una contribución importante al entendimiento de las dificultades entre el Estado y la religión, la obra de Locke proponía la tolerancia religiosa como una simple aceptación o respeto a la disidencia; lo que limitaba la libertad religiosa, la cual, para ser tal, no solo exige que se le "respete" sino el derecho a propagar la fe de manera publica y por los diversos medios de comunicación..
Casi un siglo después, en 1776, James Madison no estuvo de acuerdo con Locke, y se opuso a que se incluyera la palabra "tolerancia" en la constitución de Estados Unidos en aquellos asuntos relativos a la religión. En sus Autobigraphical Notes explica que "el cambio [fue] sugerido y aceptado, la sustitución declaraba la libertad de conciencia como un derecho natural y absoluto". Apenas pasaron cuatro años, cuando en 1790, una delegación de judíos franceses, en un discurso ante la Asamblea Nacional francesa, dijeron: "Norteamérica, a quienes los políticos adeudaran muchas lecciones útiles, ha rechazado la palabra tolerancia de su código, como un término que tiende a comprometer la libertad individual y a sacrificar ciertas clases de hombres a otras clases". Luego, en un alarde de inspiración, definieron apropiadamente la tolerancia: "De hecho, tolerar es sufrir lo que uno podría prevenir o prohibir si quisiera"..
En nombre de la tolerancia se pisotean los derechos individuales mas sagrados. No debe jamás olvidarse que durante la edad media fue la tolerancia papal la que permitía salir a los judíos de sus ghettos durante el día pero no de noche. Y hoy día, "la tolerancia, es lo que les da a los judíos y a los cristianos su posición de tercera clase...en el mundo islámico... La tolerancia, en distintos grados, es lo que los cristianos tienen en China....y lo que las sectas no ortodoxas griegas tienen en Grecia" (Goldstein, Ibid). Es por ello que la tolerancia es una falsificación de la intolerancia..
La tolerancia, aunque originalmente referida a asuntos religiosos, puede ser extendida a todos los niveles de la convivencia ciudadana, y debe ser entendida, corrigiendo de paso todos los diccionarios que hay por allí, como la aceptación de un estado de cosas por algún tipo de conveniencia política o porque simplemente no se pudo evitar. Este concepto encierra un carácter explosivo. En el caso de un Estado, que se abroga el derecho de tolerar, también puede ejercer su poder para prohibir o eliminar el estado de cosas que le es incomodo. Y los que son "tolerados", pueden, y de hecho lo hacen, rebelarse ante la autoridad que no le garantiza la plena libertad de sus vocaciones..
Esto ultimo fue justamente lo que pasó con PDVSA. Fue la tolerancia lo que le permitió a un Presidente humillado aceptar a un grupo de gerentes golpistas dentro de PDVSA en abril del 2002, cuando ha debido expulsarlos y abrirles un juicio; asunto que hoy esta haciendo de manera tardía. Y fue esa misma tolerancia la que ejercieron esos gerentes cuando soportaron al Presidente hasta que vieron la oportunidad de rebelarse de nuevo en diciembre del 2002. Es la tolerancia lo que ha permitido un estado de insubordinación de los militares de plaza Francia en Altamira. La tolerancia del gobierno es la causante de original de nuestros males recientes, cuando ha debido invocar todos sus poderes constitucionales para poner orden. Es la tolerancia también, un ejercicio a regañadientes de la Coordinadora Democrática, cuando tienen que soportar a un Presidente, al fallarles el llamado cobarde a los militares a pronunciarse, y al irse al sumidero su maldito paro cívico que ha arruinado a una nación. Es la maldita tolerancia lo que tiene sentado a un grupo de hombres, enemistados entre si, sentados en una mesa decidiendo el destino de un país. No necesitamos tolerancia, lo que necesitamos es justicia, y urgentemente.

Williams Pitter Universidad del Zulia, Venezuela gospel@luz.ve