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Latinoamérica

Ecuador a contravía


Julián Quito
Quincenario Tintají / Quito

La espectacular doble derrota de Alvaro Uribe ­el fracaso del Referéndum y el triunfo de Luis Garzón a la Alcaldía de Bogotá- muestran no solo que América Latina marcha hacia la izquierda sino que la estrategia norteamericana de convertir a la Comunidad Andina en una alianza militar gobernada por Washington sobre el caudillaje de Uribe ha recibido un golpe en extremo contundente.
Llenaron los medios de comunicación con el dato de que Uribe tenía el apoyo del 70 u 80 por ciento del pueblo colombiano y en el Referéndum en que se jugó el todo por el todo -¡Vota SI o NO pero vota!- su tesis recibió apenas el 20 por ciento. En los 60, el régimen venezolano de ese momento acosado por la guerrilla de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) convocó a elecciones y venció, con una alta asistencia a las votaciones, la equivocada táctica de boicot electoral de las FALN. Ese proceso marcó el fracaso definitivo de la guerrilla más poderosa de América Latina, a menos de 5 años del triunfo de Cuba. Hoy ha sucedido exactamente lo contrario, Uribe ha sido derrotado y la tesis de la oposición, incluida las FARC, ha salido triunfante.
A la vez, esa doble derrota se ha sumado a la imponente victoria de la izquierda boliviana y a la consolidación del eje Lula-Kirchner, el MERCOSUR y su estrategia de integración sudamericana frente al ALCA.
¿Que hace Gutiérrez en este marco? Justo es estos momentos, el Coronel y su canciller Zuquilanda han continuado su escalada de involucrarnos en el Plan Colombia como peones de Uribe. El Acuerdo firmado con EE.UU. viola la Constitución no solo porque ha sido suscrito sin la aprobación del Congreso sino por que enajena la soberanía y la integridad nacionales.
El convenio no habla de un asunto específico ­la construcción de bodegas- sino que lo deja abierto a cualquier contrato u operación y otorga su calidad de ejecutores con plenos derechos al Cuerpo de ingenieros del ejercito de EE.UU. y otras instituciones, bajo el mando del Comando Sur del Pentágono; concede inmunidad diplomática a todos los norteamericanos que participen en sus operaciones, libera a éstas del pago de impuestos y tributos y las somete a las leyes estadounidenses.
La participación del Cuerpo de ingenieros del ejército y la dirección del Comando Sur de EE.UU. lo define como un acuerdo militar que debe ser aprobado por el Congreso según el Art. 161 de la Constitución. Pero, además, se trata de una clara cesión de la soberanía nacional. Por lo cual el Acuerdo debe ser derogado.
La tesis de las famosas bodegas para ayuda humanitaria es una justificación un poco estúpida. ¿Construcción de silos para ayuda humanitaria por el ejército norteamericano, con tropas dotadas de inmunidad diplomática y bajo la autoridad del Comando Sur del Pentágono?. Varias cuadrillas de trabajadores ecuatorianos, sin inmunidad diplomática y bajo el mando de un maestro mayor las harían mejor, por favor. ¿De qué bodegas nos hablan?.
Benjamín Carrión decía que el pueblo ecuatoriano no soporta dos cosas: que le opriman y que le hagan pendejo. Gutiérrez que burló la insurrección popular del 21 de Enero del 2000 y una votación que le dio un claro mandato hacia la izquierda y la defensa de la patria, pretende hoy gobernar de "agache" y de "agache" ceder nuestra soberanía y dignidad y la conducción de las FF.AA. a Uribe y al Comando Sur del Pentágono.
Nos metieron de "agache" la base de Manta. Hoy Zuquilanda quiere escapar a la indagación del Congreso con el subterfugio de viajes al exterior. Quiere meternos de "agache" el acuerdo y escapar a la rendición de cuentas.
Dicen ­quienes quieren explicar sino justificar la defección de Gutiérrez ­ que el Coronel se rinde al más fuerte. El Pentágono, Uribe y los social cristianos serían los Rambo de las preferencias del Presidente. ¿Después de la doble derrota de Uribe y del triunfo de los pueblos indios y de los patriotas bolivianos, de la indignada reacción de la casi totalidad del pueblo ecuatoriano, se puede mantener esa tesis?.
La situación ha llegado a un extremo en que está en juego la dignidad del pueblo ecuatoriano y de su sentimiento de patria. No solo que el acuerdo tiene que ser suspendido y declarado inconstitucional sino que hay que dar por terminada la Base Manta. El señor Zuquilanda tiene que irse. Hay que derrotar a Gutiérrez, reconquistar la Patria y marchar junto a los pueblos latinoamericanos. ¡No vamos a dejar que nos haga pendejos, señor Gutiérrez!