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Latinoamérica

30 de octubre de 2003

Colombia y Bolivia: reveses presidenciales

Isaac Bigio Analista Internacional
Rebelión
Colombia y Bolivia han sufrido en Octubre significativos remesones políticos. Los presidentes de las dos naciones que bordean al Perú juraron en sus cargos el 6 y 7 de Agosto del 2002. Catorce meses después el mandatario boliviano ha debido renunciar y el colombiano ha sufrido dos fuertes derrotas electorales.

Tanto Álvaro Uribe como Gonzalo Sánchez de Losada propugnaban fortalecer el modelo de economías abiertas e incentivo a las privatizaciones. Ambos se identifican con la política externa de EEUU y mantenían una estrategia dura contra los productores de coca. Sánchez fue el arquitecto del modelo monetarista que ha regido Bolivia desde 1985 y estaba apoyado por una amplia coalición parlamentaria. Uribe llegó a palacio con una masiva votación y quería basarse en ello para gobernar con dureza.

Sánchez tuvo que dejar palacio debido a una huelga general y multitudinarias protestas. Carlos Mesa está ahora bajo presiones laborales y debe hacer concesiones a sectores que plantean una mayor intervención del estado en la economía.

Uribe pretendió legitimar una forma de autoritarismo con su referendo. Sin embargo, ninguna de las 18 preguntas de éste consiguió el apoyo del 25% del electorado para transformarse en ley. A los pocos días el oficialismo perdió las elecciones municipales. En Bogotá por primera vez la izquierda ganó la municipalidad.

Uribe ha sufrido un revés tratando de emular a Fujimori. Ha fracasado al querer polarizar a la sociedad entre él y la subversión, y con ello la posibilidad de regir con su ansiada 'mano firme' su país por una década. La guerrilla colombiana tiene más bases sociales y menos sectarismo que el senderismo. La oposición colombiano ha sabido capitalizar el desgaste del autoritarismo a escala continental.

Los sindicalistas Evo Morales y Luis Garzón de Bogotá se vienen convirtiendo en las principales figuras opositoras. Ellos se presentan como los representantes de los de abajo frente a mandatarios que provienen de familias tradicionales millonarias. Morales casi empató las presidenciales bolivianas del 2002 y Garzón sobrepasó el 46% de los votos convirtiéndose en alcalde bogotano.

El izquierdismo de ambos es moderado pues planean fortalecer la democracia parlamentaria desechando la vía guerrillera y aceptan la economía de mercado. El Polo Democrático colombiano cuestiona a las FARC a quien vincula con formas de terrorismo, y reconoce que se debe entrar al ALCA.

La ola contestataria que afecta a ambos países incentivará el crecimiento de los sindicatos y socialistas. Para los oponentes del liberalismo el revés de Uribe y Sánchez es el de su modelo que debe ser sustituido por uno estatista y social que disminuya la pobreza. Para los liberales el fracaso de ambos se debe a que implementaron ese programa a medias y sin democratizar o moralizar más al estado.