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Latinoamérica


25 de noviembre del 2003

Chile: Entrevista a Manuel Riesco, presidente del Consorcio Agrícola del Sur (CAS)
El mal negocio del TLC

Iván Valdés
El Siglo


Que el acuerdo con EE.UU. nos afecta a todos, para bien o mal, es un hecho indesmentible. Sin embargo, no todos han reaccionado con la misma fuerza. Los agricultores organizados en torno al CAS levantaron una polvareda como ninguno y su presión tuvo importantes repercusiones, incluso en el Congreso.

Lo pillamos de pasada. El CAS tiene su "central de operaciones" en Temuco, pero a su presidente lo encontramos en Santiago haciendo gestiones contra la aprobación de un TLC con Nueva Zelandia, país productor de carne y leche, lo que complica fuertemente a los productores nacionales: otra piedra que cae sobre el agro criollo, en particular tras el acuerdo con los Estados Unidos. "Por esta vía van a terminar dañando irreparablemente nuestra agricultura", nos enfatiza.

Nuestro entrevistado nos parece una mezcla rara, es una especie de rebelde montado en botas de patrón de fundo. No se asume de izquierda pero es mucho más radical en sus posiciones que varios dirigentes sindicales. No acepta esta globalización, no se resigna a las sacrosantas "leyes del libre mercado" y sentencia que los pueblos siempre tienen otra oportunidad, si no sólo basta mirar ejemplos como el levantamiento popular en Bolivia.

-Ustedes son quizás el sector social que más polvo ha levantado con el TLC. De hecho, su presión hizo que más de algún parlamentario no votara a favor del acuerdo. ¿Cuál es su diagnóstico del tratado suscrito con EE.UU.?

"Yo te puedo hablar de la agricultura. Este tratado le entregó a EE.UU. las bandas de precios, que es un mecanismo de resguardo para el trigo y la remolacha , autorizado o permitido por la OMC. La OMC solamente nos obligó a hacer algunas correcciones pero no a entregarlas, y este gobierno las entregó a pesar de haber prometido y rejurado de rodillas frente a cuanto ícono existe que no las iba a entregar.

¿En qué nos afecta a nosotros? La agricultura norteamericana está absolutamente subsidiada. Al cabo de 12 años tendremos arancel cero con los americanos y nos van a mandar un producto subsidiado que no va a permitir que los agricultores chilenos subsistan. Van a subsistir los más grandes, pero los más chicos van a desaparecer.

También esto va a significar que al año 12, Argentina con Mercosur pida la misma cláusula del tratado que hoy tenemos con EE.UU. El gobierno dice que esto no es así, pero Argentina nos va a llevar al panel de la OMC porque tiene la cláusula de nación más favorecida (que permite a una de las partes que firmó un acuerdo, exigir un trato igual al dado por la contraparte a otra nación o bloque económico), y nosotros hemos visto que el gobierno en cada una de las negociaciones que llega a la OMC las pierde porque no las defiende, o las defiende con poco entusiasmo.

Por lo tanto, todo esto va a terminar perjudicando nuestra agricultura seriamente. Estas políticas terminarán dejándonos fuera del mercado, porque los americanos están con subsidios y nosotros no tenemos subsidios. Tenemos buenos rendimientos, tenemos todo lo necesario, pero contra los bolsillos de Bush no se puede pelear".

-¿Qué consecuencias concretas va a traer este tratado a la agricultura?

"Hay gente que sostiene que esto no va a provocar tanto daño, yo no lo creo. El promedio de la productividad en Chile es bastante bueno, está dentro de los 10 primeros en productividad por hectárea del mundo. Pero esto es el promedio,: yo puedo cosechar 80 quintales pero hay uno al lado mío que puede cosechar 10 y con este productor no hay ninguna posibilidad, es cero, ese productor desaparece porque no puede competir. Si a ese productor ahora le quitamos la leche, por el tratado que se está negociando con Nueva Zelandia, ¿qué opción tiene ese productor? ¿Ir a venderle a los forestales su campo?, y ¿para qué?: para llegar a Santiago con un poco de plata y sin trabajo, sin educación. ¿Qué va a hacer? Esto es lo que las autoridades no han querido entender.

Para hacer un tratado de este calibre hay que demorarse mucho más, Europa se demoró 50 años, luego con la firma del tratado de Maastricht. ¿Por qué?: porque tienen un poco más de cultura que nosotros y no hacen las cosas para el otro lado. Tomaron las providencias necesarias para que todos más o menos pudieran funcionar. A pesar de esto en Europa aún hay dificultades, pero se supone que nosotros somos los tarzanes del mundo por lo que no vamos a tener ninguna dificultad".

-El tratado ya se firmó: ¿que exigen ahora? ¿Compensaciones?

"El gobierno no quiere compensaciones, no quiere nada, porque el gobierno en definitiva quiere negociar nuevos tratados y entonces por ahí algo va a dar, algo que no va a servir, sólo son maníes.

El punto es que vamos a tener un grave problema social, y ese problema social no está resuelto y probablemente este gobierno tampoco lo quiere resolver".

-Resulta curioso que tras el acuerdo con el Mercosur se entregaran compensaciones, mientras que con un tratado de mucho mayor envergadura como es el TLC con EE.UU., éstas no estén contempladas.

"El ministro de Hacienda no quiere entregar compensaciones y listo. Total, él manda".

-¿Cuáles son los pasos a seguir?

"Lo único que queda por delante es lo mismo que dije en el parlamento, cuando les fuimos a explicar lo que significaba este tratado con EE.UU. Puede que para el país sea bueno, pero el país está compuesto por todos los habitantes y no sólo por unos pocos. Aunque yo no sé para quién va a ser bueno este tema, por lo menos para nosotros no lo va a ser. De hecho, todos los millones de dólares que supuestamente íbamos a ganar con este tratado, lo perdemos ahora con la baja del dólar.

¿Qué se puede hacer?: resignarse y ver como cada uno sale a flote, pero aquí va a haber muchos heridos en la batalla, muchos. Lo que pasa es que es que algunos serán heridos que saldrán en 12 años más".

-¿Realmente se gana con la rebaja de aranceles, si consideramos que ya esos productos casi no pagaban impuesto por ingresar a los Estados Unidos?

"Los aranceles bajos ya estaban, por lo que en términos de rebaja no estamos ganando mucho. Lo que estamos ganando es seguridad jurídica, porque antes estaba el SGP (Sistema General de Preferencias, que es un beneficio arancelario entregado unilateralmente por EE.UU. a ciertos países), hoy se supone que tenemos seguridad en estos aranceles, además de la incorporación de algunos productos que antes no estaban. Todo esto, mientras a los gringos no les moleste. El día que les moleste no necesitan el SGP, ellos hacen lo que quieren.

Ahora, yo no me niego a que se llegara a un acuerdo, porque tengo que negociar. En el mundo no saco nada con ponerme como Fidel Castro, porque estoy perdido. El problema es que nos entregamos con los gringos, para allá parece ir la moda, ésa es la moda de los chilenos porque hay que estar con los buenos y no con los malos. Ahora yo digo: vayan y negocien, no me opongo, pero el problema es que negociaron mal. Para los americanos esta negociación es de interés no por una cuestión comercial entre ambos países , porque con la baja de aranceles no van a vender ni cien camionetas más: para los americanos el interés es geopolítico. Ni siquiera es por el ALCA, porque dicen que con este acuerdo le van a decir a Brasil y Argentina y a no sé quién más que tienen que firmar un tratado como el firmado por Chile, pero el peso específico de Brasil es bastante mayor al nuestro, por lo que no va a ser Chile quien les dicte la pauta.

El tema de fondo es geopolítico y esto lo que le interesa a EE.UU. ¿Cuál es el continente más despoblado del mundo?: América Latina. ¿Cuál es el continente más poblado?: Asia. ¿Contra quién son los problemas a futuro?: contra China. China se quiere expandir y crecer. ¿Hacia donde, hacia la Antártica?: no. El que tenga el control del Pacífico en esta zona, tiene el control de América Latina. Este es un tema geopolítico y no económico. La negociación del TLC estuvo mal hecha porque EE.UU. no está pesando en función de vender cuatro camionetas más y Chile está pensando en vender cuatro racimos de uva más.

Chile no tenía otra opción que negociar, porque no iba a negociar con Cuba, pero sí debió negociar mejor y lo hizo mal, ante la opción de salir firmando el tratado entre este presidente y el norteamericano y no esperar más tiempo. De haber esperado se habría podido obtener más".

-En la última cumbre de la OMC sucedió un hecho nuevo: se conformó un bloque de países subdesarrollados con participación de grandes como Brasil, Sudáfrica, India y el apoyo de China, siendo uno de los temas importantes el de la agricultura. ¿Cree que esto puede generar un escenario más favorable para nuestro agro?

"¿Cómo fue la participación de Chile en ese grupo?: ni chicha ni limonada. Participó de las reuniones del grupo de los 20, pero no aprieta ningún botón contra EE.UU. A nosotros ya nos tienen agarrado de 'las mismas'.

Esto es lo mismo que pasó con los ingleses cuando fue la independencia de América Latina: la pelea fue entre San Martín y Bolívar. San Martín era el peón inglés que no quería la unión latinoamericana para que no tuviéramos fuerza. Bueno, Chile hizo el papel de San Martín, en no crear las condiciones para la unión. Es cierto que los demás países tienen problemas, pero también es cierto que han trabajado mejor que Chile, tienen una postura muy buena. Había que buscar una fórmula de negociar junto al resto de los latinoamericanos, pero nos entregamos gratis a los EE.UU.".

¿El agro está definitivamente perdido?, ¿cuáles son las salidas: vender, reconversión…?

"Lo de reconversión productiva es una estupidez. El sur no se reconvierte, no porque los agricultores sean porfiados. 'Lo que natura non da, Salamanca non presta'… Papayas no voy a poner en Temuco a no ser que me pongan un invernadero que vale un millón de dólares por hectárea. Si el Estado lo quiere poner, yo pongo papayas. No es que yo no quiera.

Nueva Zelandia, país con el que se quiere firmar un tratado, tampoco produce papayas, produce leche y carne igual que nosotros y vamos a firmar un tratado con ellos y de nuevo vamos a terminar de matar la agricultura chilena. ¿Por qué no le decimos a los neozelandeses que pongan ellos papayas y nosotros seguimos con la leche. La palabra reconversión está manoseada y mal usada para crear desinformación en la opinión pública".

-Los partidarios del TLC dicen que mantener protecciones como las bandas de precios, sólo sirve para mantener artificialmente sectores productivos ineficientes…

"Eso es otra estupidez. En este país viven varios millones de habitantes y lo que uno tiene que hacer al gobernar es generar una armonía para que todos puedan vivir en el país. Puede ser bien ineficiente tener la ciudad de Punta Arenas, pero es parte de este país, y qué quiere: ¿que los botemos al mar? ¿Hay algo más ineficiente que tener la Isla de Pascua o que estar en la Antártica? Pero se hace por una visión de conjunto de país. Si es por eso, sale mucho más barato hacer un hoyo y matar y enterrar a la mitad de la población chilena".

-¿Cree que la agricultura chilena es poco eficiente?

"No lo creo. Hay gente que no por culpa de ellos no está capacitada para competir en las mismas condiciones, los más pobres, los más chicos y los más grandes que también tienen dificultades. Por ejemplo, un préstamo en UF más diez que presta el Banco del Estado contra dos dólares más dos que prestan los norteamericanos… Entonces, no hay que ser ni porfiado, ni tonto, ni reconvertirse para darse cuenta que con esta competencia no se puede funcionar".

-El TLC ya está firmado y resulta casi imposible cambiarlo. No sólo porque legalmente un acuerdo de estas características tiene rango constitucional, sino porque es un acuerdo firmado con la principal potencia económica y militar del planeta. ¿Estamos ante un sendero inevitable?

"No somos fatalistas, la vida de una persona en el universo es como el paso de un meteorito. Las cosas se revierten y no estamos condenados a desaparecer para siempre. Todo tiene su vuelta, se reaccionará más tarde o más temprano, pero no estamos condenados a licitar el sur del país o entregárselo a Tompkins.

Nadie está obligado a lo imposible. El mundo evoluciona y nadie está condenado a seguir un mismo camino para siempre. De acuerdo a los parámetros de esta globalización, la mitad del mundo está condenada a desaparecer, pero el mundo no ha desaparecido. Y si no, vayan a explicarle eso de imponer un sistema de libre comercio a los bolivianos. ¡Acaban de derrocar a un presidente! ¿Y por qué?, ¿porque son tontos? Bueno, entonces que les vayan a decir estos economistas que no entienden de libre mercado… Pero el hecho que uno constata en la historia es que derrocaron al presidente y que éste no logró meterles en la cabeza que el libre mercado era lo mejor que les podría suceder. De hecho, no sucedió y ése es un antecedente real, concreto y palpable.

Ahora, todo esto en Chile va a ser más lento, porque estas posturas económicas están muy avanzadas, pero tarde o temprano se volverá al equilibrio".