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Latinoamérica

Paraguay: Reflexión sobre las posibilidades de un Mercosur Solidario...

Correo Acción - 21 N° 21 / octubre

Compartimos con ustedes parte de la reflexión sobre las posibilidades de un MERCOSUR SOLIDARIO y el papel que juega el Paraguay en este proceso. La misma ha realizado el Dr. Fernado Masi, en una conferencia del Proyecto País Sociedad Posible que desarrolla el CEPAG. Esperamos sea material para la reflexión.
Las asimetrías económicas y culturales entre los países del MERCOSUR no fueron tenidas en cuenta a la firma del tratado de Asunción. Las sucesivas dificultades encontradas en el MERCOSUR a partir de 1998 y las limitaciones estructurales de las economías de países mayores, han perjudicado a los más pequeños. Entre estos últimos, el Paraguay se presenta como el más atrasado y con más problemas de desarrollo dentro del MERCOSUR, por lo que es importante considerar un trato diferencial para este último. Ello no implica exonerar al Paraguay de su tarea de transformación del actual modelo económico, no afín a un proceso de integración.
La economía paraguaya es la de menor peso en el MERCOSUR y ha sido la de menor crecimiento en la década del noventa. La economía paraguaya es la más atrasada del MERCOSUR, no por ser la más pequeña, sino por haberse desarrollado dentro de un modelo económico con características adversas a un proceso de integración, y estas limitaciones estructurales no han podido ser superadas en la década del noventa. Este modelo se ha caracterizado por la exportación de materias primas, la triangulación comercial, con alta dosis de informalidad, y la especulación financiera.
El Paraguay ha incrementado su dependencia comercial con el MERCOSUR, en los últimos diez años. Las exportaciones paraguayas, tanto al MERCOSUR como al resto del mundo se han caracterizado mayoritariamente en commodities con escaso procesamiento y en algunas pocas industrias con cierto valor agregado, pero con poco peso en el valor global. El total de exportaciones paraguayas en los noventa no ha experimentado crecimiento y su valor es pequeño con relación al PIB, a pesar de contar el país con un mercado relativamente pequeño.
Se ha juntado una acumulación importante de inversión extranjera directa en el Paraguay en la década de los noventa, pero la misma ha tenido poco impacto sobre la marcha económica del país, y no ha estado concentrada en las exportaciones de productos nuevos o industriales, para aprovechar las ventajas del mercado regional.
La principal restricción para el desarrollo industrial de una economía pequeña consiste en la imposibilidad de obtener economías a escala para el mercado interno. Por lo tanto el acceso a mercados de mayor tamaño se vuelve imprescindible para elevar la productividad y con ello el crecimiento económico del Paraguay. De esta manera, el conducto más adecuado para una mayor competitividad de la estructura productiva del Paraguay y de avance en su desarrollo económico, consiste en una estrategia de industrialización exportadora.
Se hace difícil pensar en una modalidad de industrialización exportadora orientada a los mercados de países desarrollados, en el corto o mediano plazo, para el Paraguay, porque se requiere de un proceso de aprendizaje y maduración industrial cuyos avances han sido más que escasos en el país. Al mismo tiempo, la ubicación del Paraguay fuera del MERCOSUR en una zona de libre comercio, no es situación favorable a una estrategia de industrialización exportadora. Solamente un proceso de profundización de la integración regional permitirá iniciar y desarrollar un potencial de exportación del país, todavía no explotado y con economías de escala más adecuada a una economía pequeña.
Suponiendo que exista una firme voluntad de los agentes públicos y privados del país por encaminar al mismo hacia un modelo económico de industrialización exportadora, el Paraguay deberá ser favorecido por medidas especiales del MERCOSUR que apunten a respaldar este esfuerzo que permitirá un aprovechamiento mayor de la apertura regional.
Dentro del espectro arancelario y comercial intra y extra-MERCOSUR, una primera propuesta es que el Paraguay sea beneficiado de fondos especiales de crédito a su industrialización a cambio de protecciones arancelarias permanentes o temporales de los países del MERCOSUR. Una segunda propuesta es que cualquier aumento temporal del arancel extremo común del MERCOSUR que no sea beneficioso para el Paraguay, permanezca sin aplicarse para este último. Una tercera propuesta es que se extienda la excepción de admisión temporaria para el régimen de maquila en el Paraguay, por lo menos hasta el 2010. Una cuarta propuesta es que las restricciones no arancelarias de carácter cuantitativo (a diferencia de las técnicas) no sean aplicables al Paraguay, y que al mismo tiempo los países mayores ofrezcan asistencia técnica gratuita al Paraguay para lograr una rápida estandarización técnica, sanitaria y de calidad de sus productos. Finalmente, es necesario exonerar al Paraguay de los cumplimientos sobre los nuevos temas de la agenda comercial mientras no exista capacidad de enforcement en el país.
Se propone, asimismo, la creación de un Fondo de Desarrollo del MERCOSUR para Fronteras (FMDF). El mismo estará destinado a financiar proyectos industriales con demostradas ventajas competitivas y posibilidades de colaboración interna en la inversión en zonas fronterizas, destinadas a la agro-industrialización y a los encadenamientos productivos con las regiones vecinas.
En cuanto al comercio de re-exportación, tres son las alternativas. La primera es la conversión de este comercio en zonas francas comerciales o industriales. La segunda es eliminar todas las zonas francas del MERCOSUR como régimen de excepción, pero aceptar el comercio de re-exportación del Paraguay dentro de los límites legales. La tercera es ir eliminando gradualmente el comercio de re-exportación, pero asegurar un modo de compensación para el Paraguay.
La escasez de una infraestructura vial adecuada en el país, como de calificación de la mano de obra, son dos limitaciones para el desarrollo, sobre las cuales el Paraguay deberá trabajar para solicitar cooperación dentro de un trato diferenciado. El financiamiento de obras de infraestructura podrá realizarse a través de la formación de un Fondo Común del MERCOSUR, para este propósito, orientado a las regiones de menor desarrollo de los cuatro países del MERCOSUR. Alternativamente, entidades financieras solventes de Argentina y Brasil podrán estructurar financiamiento concesionales tanto al Paraguay como a otras regiones atrasadas. En cuanto a la capacitación de mano de obra en el Paraguay, la misma deberá ser parte de una cooperación de los países mayores, con fondos que puedan provenir como compensación a las pérdidas de recaudación tributaria en las cuales incurrirá el Paraguay a partir del 2006 (territorio aduanero común).
El MERCOSUR permanece como el único proceso de integración hemisférica donde las asimetrías no son reconocidas en la práctica a pesar que en el protocolo de Ouro Preto, se reconoce la existencia de regiones menos favorecidas, y por lo tanto atrasadas. Si la posición negociadora del Paraguay en el ALCA, contempla el apoyo al trato diferenciado de las economías pequeñas o de menor desarrollo relativo, sería incoherente que el Paraguay no reclame un status de país de menor desarrollo relativo en el MERCOSUR, y viceversa.
Se recomienda que el Paraguay haga entender con más claridad y fuerza los fundamentos de introducir un trato diferenciado y especial en el MERCOSUR para las unidades económicas atrasadas. Una primera opción para este trato diferenciado es que el mismo se extienda no solo al país más atrasado del MERCOSUR, sino a las regiones menos favorecidas, con lo cual el Paraguay pasaría a constituirse en una de estas unidades atrasadas. Una segunda opción es que el trato diferenciado sea solo aplicable al Paraguay como país. Una tercera poción es que las preferencias al Paraguay sean otorgadas en forma bilateral por parte de Argentina y Brasil, pero refrendadas legalmente en el MERCOSUR.
Una nueva estrategia de inserción del Paraguay en el MERCOSUR, no se agota, entonces, en la elaboración y sostenimiento de una política de trato diferenciado. Por el contrario, esta política de trato diferenciado puede convertirse en el complemento adecuado de la estrategia de denominación de exportación industrializadora o en una de sus herramientas principales para lograr un mejor aprovechamiento del mercado regional ampliado. Por la misma razón, la búsqueda de un trato especial no puede reemplazar a la estrategia mencionada ni convertirse en una estrategia por sí misma.