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Latinoamérica

Colombia no tiene quien elija

Este sábado 25 de octubre los colombianos fueron convocados a escoger entre el SI o el NO, en un inédito y enredado referendo aprobatorio de 15 complejas preguntas sobre economía y política.

Reinaldo Bolívar

Este fin de semana habrá una doble jornada electoral en el vecino país. El sábado 25 de octubre los colombianos fueron convocados a escoger entre el SI o el NO, en un inédito y enredado referendo aprobatorio de 15 preguntas sobre economía y política cuya complejidad obligó a pasarlo de marzo 2003 a octubre 2003. Sin embargo, si sigue siendo un verdadero crucigrama, incluso para los sectores con mayor grado de instrucción escolar, ¿qué puede esperarse de la población que no sabe leer ni escribir y que no tendrá siquiera la oportunidad de votar? (Se estima en un millón y medio los electores en esta condición).

El principal interesado en ganar el SI es el presidente liberal Álvaro Uribe, quien ha hecho intentos titánicos para vencer la alta abstención que ha caracterizado los últimos comicios, cuyo porcentaje fue de 53% en las elecciones 2002, en las que resultó electo. Para nadie es un secreto que el mayor atractivo electoral son las elecciones para Presidente de la República. Esto supone que la abstención subirá el sábado 25 impulsada por el desinterés y por los iletrados que no votarán. Para que el referendo sea válido, se necesita que acuda el 25% del electorado, unos 6 millones 500 mil votantes.

Uribe ha centrado la propaganda en demostrar que el referendo aprobatorio es medular para el futuro del país y ha procurado vincularlo a su publicitada popularidad, sin explicar las 15 preguntas, sino pidiendo un SÍ automático. Para aprobar cada pregunta es necesario el 51%, y aunque el SÍ está de primero en las encuestas, apenas cuenta con un máximo de 30% y en algunos casos 23%. Es decir, que aún ganando el SÍ, no lograría su efecto aprobatorio. Por otro parte, muchos grupos políticos, vetados por las cadenas de radio y televisión, aseguran que el Presidente sólo intenta legitimar sus metas neoliberales aún a costa de la baja de sueldo de los empleados públicos, por lo que están llamando a no votar y aseguran que la abstención estará por el 80%. Ante ese panorama, todo parece indicar que el confuso referendo aprobatorio no contará con el aval de los electores.
Un día después, el 26 de octubre, se realizarán elecciones para gobernadores, alcaldes y concejales. Y no obstante no hacer falta un quórum electoral; esta jornada se verá afectada por los resultados del referendo.

Pero además, se elegirá parcialmente, pues muchos aspirantes han retirado su postulación y existen municipios y departamentos sin, o con un solo aspirante al cargo. La situación se debe a que la guerrilla decretó que todo aquel que participase como aspirante en las elecciones sería declarado objetivo militar. Unos 20 candidatos han sido ajusticiados y más de 100 han declinado sus aspiraciones políticas. El gobierno de Uribe se ha negado a aceptar las renuncias y ha amenazado con encarcelar a candidatos, alcaldes o gobernadores que negocien con la guerrilla o los paramilitares. En Colombia pocos quieren elegir y poquísimos aspiran a ser elegidos.

Total que los colombianos no tienen mayores opciones. Un reflejo de la compleja situación política, de la violencia y la crisis socioeconómica que afecta al hermano país en él que impera un gran descontento que se refleja en la apatía electoral que ahora convertida en la principal arma contra el gobierno derechista de Álvaro Uribe.