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Latinoamérica

HAY RESISTENCIA: EL ALTO SIGUE DE PIE

Econoticiasbolivia.com


Trabajadores, vecinos y jóvenes de El Alto y las zonas altas de la ciudad de La Paz continuaban resistiendo hoy, domingo, a las fuerzas militares y policiales leales al gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, que hasta ahora, pese a la intensa balacera y uso de armas de fuego, no pueden controlar la ciudad más pobre de Bolivia, convulsionada por 24 horas de violencia contínua.
A piedra y palo, con algo de dinamita y bombas molotov, de fabricación casera, miles de alteños, que exigen la renuncia del Presidente, recorren las principales arterias de la ciudad de El Alto, listos para enfrentar a las fuerzas gubernamentales, reforzadas con tropas traídas del interior de la República.
"Anoche nos han metido (gases y bala) como a perros, como a animales. Y ahorita siguen entrando los policías, los gases están entrando a las casas", denunció desesperada a las 9:00 de la mañana una vecina a la cadena radial Erbol.
En la avenida Bolivia, escenario de los más crudos enfrentamientos que dejaron un saldo preliminar de tres muertos y 18 heridos, contabilizados hasta las 10 de la noche de ayer, los vecinos levantaban banderas bolivianas y whipalas con crespón negro. Hay luto y rabia, la gente está enardecida y clama para "que se vaya el gringo" (Sánchez de Lozada), relatan los vecinos.
Desde ese atribulada ciudad, ubicada a cuatro mil metros de altura, monseñor Jesús Juárez habla por Erbol: "quiero expresar lo que siento, mi frustración, miedo y dolor. Estoy profundamente dolido por este ambiente de enfrentamiento, como si estuviéramos en guerra".
"El gobierno tiene la obligación urgente de escuchar las demandas de El Alto y los dirigentes deben tomar la responsabilidad para dirigir con buen sentido a sus bases", dijo el prelado de la capital alteña.
Más abajo, en la Portada y zona norte, se sucedían enfrentamientos entre policías y cientos de ciudadanos, que han copado las alturas, en vigilia desde anoche para detener a las tropas. Hay profuso intercambio de piedras y gases.
En la autopista El Alto-La Paz y otras zonas altas, surgen también manifestaciones espontáneas que se descuelgan desde la periferie hacia el centro. "Goni, cabrón, el gas no se vende", gritan enfurecidos los pobladores.
Mucho más abajo, en el centro de la sede de gobierno, las calles están vacías, casi desiertas. Hay muy poco tráfico vehicular, por la escasez de combustible y por temor a que los violentos enfrentamientos que se libraban hasta las primeras horas de este domingo en la zona norte de la ciudad se repliquen en el centro. Presurosas, varias señoras de negro se dirigen al templo de La Merced, a una cuadra de Palacio para encomendar a Bolivia a la misericordia de la Virgen María.
Los tanques de guerra están en varias zonas de El Alto, que sigue bloqueado. Un helicóptero sobrevuela la ciudad y levanta el grito de miles, hombres y mujeres, que quieren, por encima de todo, la cabeza del millonario que gobierna a sangre y fuego Bolivia.