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Latinoamérica

A 39 años de una barbarie

Victoriano Rodríguez S.
Economista y educador.
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Producto del fervor patriótico, que siempre han demostrado los estudiantes de secundaria, el 9 de enero de 1964, los alumnos del Instituto Nacional fueron cruelmente reprimidos, a tal grado que una potencia extranjera, enclavada en el corazón de nuestro territorio, mutiló la vida a más de 20 jóvenes, cuyo único pecado fue amar, respetar y defender el tricolor nacional..
Cazados con escopetas, aún se siente el olor a sangre, cuando se aprecian fotografías de los momentos cumbres y la forma valerosa, responsable y heroica como traspasaban la cerca que impedía a los panameños transitar por su territorio..
Hoy quizás muchos conocen de los actos conmemorativos con total apatía. Otros viven indiferentes, en el área por la cual muchos murieron antes y durante ese heroico 9 de enero..
Soy un convencido que cada persona es libre de decidir sobre su destino, siempre y cuando sus acciones no depongan los intereses de la patria y la sociedad. .
Son más grandes los pueblos cuanto más memoria conserven. Prueba de ello es toda esa organización montada el 11 de septiembre del año 2002, en los Estados Unidos, para llorar a los latinos (¿desde cuándo?). Ellos impedirán que el mundo olvide cuando cayeron las Torres Gemelas; pero qué fácil les resulta echar tierra sobre el daño que hacen a los pueblos subdesarrollados, caso Hiroshima y Nagasaki, República Dominicana, Panamá (el 20 de diciembre de 1989, 9 de enero de 1964, etc.) y tantos otros países..
Ese 9 de enero se masacró a jóvenes estudiantes de un pueblo indefenso y desarmado, con la excusa de impedir la entrada a un territorio de enclave. Algunos murieron por defender su patria, otros porque los sorprendió la muerte producto de los disparos indiscriminados, al momento de brindar ayuda a los caídos..
Recordemos que no es la primera incursión de los norteamericanos sobre la tierra istmeña. El primer caso se dio siendo aún colonia española en 1856, con el incidente de la Tajada de Sandía y posteriormente en 1904, 1925 etc., el pueblo panameño ha conocido el golpe, lo ha resistido y perdonado; es bueno perdonar porque el rencor humilla, envilece y enferma, pero debemos recordar, y dormir con un ojo abierto y el otro también, ante tanto atropello e injusticia social, económica y política. Insistimos, nuestros análisis sintetizan un dolor, no un rencor, un recuerdo y no un resentimiento. Pero, independientemente, debemos aprender a exigir nuestros derechos y no humillarnos como pedigüeños..
Pareciera que a muy pocos preocupa la suerte de este pueblo; si los estudiantes no exigen nuestros derechos, más temprano que tarde seremos pisoteados, porque nosotros, sus padres o abuelos (a diferencia de otros países del mundo), escudados en el trabajo, la dependencia económica, etc., dejamos de protestar o expresar nuestros sentimientos colectivamente, por lo cual nos hacemos más vulnerables cada vez..
Han pasado 39 años, que muchos no saben que pasó, al parecer nos hace falta historia, pero aquellos que vivieron esta guerra de cañones, fusiles, escopetas y tanques de guerra contra palos y piedras, no la olvidarán jamás. Evalúe usted qué tan importante es conmemorar el 11 de septiembre, de los Estados Unidos o el 9 de enero (ahora como día puente), que fue un asesinato a mansalva al hijo de Juana. Dios te salve Panamá..
(
victorianos@hotmail.com).