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Latinoamérica

La pesadilla de un jefe narcoparamilitar

SINPAL (Sistema Informativo Patria Libre)
Miriam Lucía Ramírez, corresponsal.

Carlos Castaño prometió, en una de las múltiples oportunidades que generosamente le brindan los medios de comunicación y en especial uno de ellos, que en diciembre del año 2000 "colgaría su hamaca en la Serranía de San Lucas" y habría arrasado, para ese entonces, lo que llamó "el santuario del ELN".
Recibió el apoyo total de la V Brigada del Ejército a través del Coronel Gustavo Clavijo, comandante de uno de los batallones acantonados en el Sur de Bolívar y tuvo a su favor la tolerancia cómplice del gobierno de Pastrana.
Mercenarios a su servicio con motosierra en mano descuartizaron vivos a decenas de humildes campesinos; asesinaron a cientos en masacres y desaparecieron a otros; quemaron casas y destruyeron los cultivos; robaron los ganados y animales domésticos, herramientas de labranza y pertenencias adquiridas con el sudor de muchos años de trabajo.
En los últimos tres (3) años murieron asesinados, cobardemente, más de mil pobladores en distintas veredas y caseríos, más de 15.000 fueron forzados a abandonar sus tierras y entorno social, aumentando la tragedia de los 2.700.000 desplazados que deambulan en las ciudades sin futuro, convertidos en una verdadera "bomba social de tiempo" de imprevisibles consecuencias para el país.
Destruyó el tejido social, mató la esperanza de decenas de miles de pobladores y la tranquilidad de sus familias; cercó con retenes de control el movimiento de personas y el ingreso de los alimentos en las vías, conjuntamente con el Ejército; expandió el horror por todos los rincones e intimidó a las comunidades del Sur de Bolívar a fuerza de amenazas y muertes selectivas; fomentó los sembrados de coca, asesinó a los comerciantes que negociaban con la "base de cocaína" y los remplazó por gente suya; impuso el precio, obligó a los campesinos a que vendieran el producto a sus hombres y les compraran los insumos para el procesamiento.
Los propósitos, del narcoparamilitar y multimillonario Castaño, se convirtieron en pesadilla al encontrarse con un pueblo y un ELN diferentes al de los informes que le entregó la inteligencia militar.
No logró sus propósitos. Hoy, el ELN está más fuerte que antes y legitimado por la población que ha sido víctima de la guerra sucia que el establecimiento ejecuta a través de bandas de mercenarios paramilitares en la región.
Castaño ha tenido que pagar un costo alto y lo sigue pagando, al igual que sus socios el Ejército gubernamental y la policía en el Sur de Bolívar.
Desde mediados de 1.999 en combates con fuerzas del ELN ha sufrido más de mil bajas, sin incluir las otras con las FARC.
El ÁREA DARÍO RAMÍREZ CASTRO del ELN a través de sus distintos Frentes Guerrilleros y Compañías militares ha mantenido operaciones permanentes, algunas de ellas en coordinación o conjuntamente con el Bloque del Magdalena Medio de las FARC-EP, como se puede apreciar en el siguiente balance de operaciones de los meses noviembre y diciembre del 2002.
ÁREA DARÍO RAMÍREZ CASTRO Ejército de Liberación Nacional de Colombia Noviembre-diciembre del 2.002 RESUMEN DE OPERACIONES Total de operaciones 38 Operaciones del ELN 29 Conjuntas con las FARC-EP 9 1 Ataque a base del Ejército 3 Ataques a bases paramilitares 1 Ataque a helicópteros 9 Emboscadas 7 Combates con el Ejército 9 Combates con paramilitares 7 Retenes y bloqueos de vías 1 Voladura oleoducto Total de bajas enemigas 125 Muertos del Ejército 11 Muertos de la Policía 2 Heridos del Ejército 16 Muertos paramilitares 67 Heridos paramilitares 26 Paramilitares detenidos 3 Total de bajas nuestras 12
Compañer@s muertos 7 Compañer@s heridos 5 Armas recuperadas 19 Fusiles 13 Armas cortas 4 Morteros 1 Rocket 1 Se recuperó además Equipos con dotación 142 Munición diversa Proveedores de varios calibres Granadas de mortero y RPG7 Total armas perdidas Fusiles 2