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Latinoamérica

30 de enero del 2003

Desmitificando el mito neoliberal
Chile: Un modelo para América Latina

Patricio Gallardo Trujillo
A modo de presentación

La toma del tiempo útil es como la apropiación de la vida propia, muchas veces enajenada en el sin sentido de la pura sobrevivencia. Escribo desde la Cárcel de Alta Seguridad, monumento de la Modernidad capitalista. Y, aquí la toma del tiempo útil es una buena forma de ganarle a la prisión. Desde hace tres años nos visita el Profesor Caputo, un hombre tan porfiado como los que habitamos esta prisión política, con él estudiamos la economía y muchas veces hemos arreglado el mundo. Las letras que siguen las he escrito yo, algunas de ellas las hemos reflexionado entre todos en clases, pero lo grueso de la reflexión económica se apoya en las líneas investigativas desarrolladas por el profe y periódicamente trabajadas por nosotros. ¿Por qué escribir este trabajo? Porque me siento bien para hacerlo, después de casi 12 años de prisión –qué paradoja se dirá- me siento bien, porque creo que le hemos ganado a esta prisión de mierda, hoy sigo siendo y sintiéndome tan revolucionario como ayer, tal vez un poco más crecido y con mayores certezas, pero siempre irreversiblemente subversivo y enamorado de la revolución de la felicidad en nuestros Pueblos. Y en estos vuelos de vida haciéndose, con amores, colores e hijos, con compañeros y amigos trayendo y llevando sueños de realizaciones concretas a través de los muros, aparece la porfiada y potente realidad que se mete entremedio para ser aprehendida. La idea de este trabajo es un esfuerzo por develar un trocito de la realidad concreta y romper con los mitos que día a día nos va armando la dominación capitalista. En lo personal creo que el proceso de toma de conciencia para ser mejores dirigentes populares –cada revolucionario debe ser dirigente de sí mismo y de los suyos- nos exige el esfuerzo del estudio para ser más útiles en los procesos revolucionarios y para ser más sólidos en las disputas ideológicas.
Patricio Gallardo Trujillo
Cárcel de Alta Seguridad
Santiago de Chile
Diciembre de 2002



Durante el siglo XX, en una parte importante del funcionamiento económico de los países latinoamericanos, ha participado la inversión extranjera –la vocación universal del capital, según Marx-. Otra parte importante, tal vez la fundamental, fue aportada por la inversión de los Estados nacionales, en lo que se dio a llamar el desarrollo por sustitución de importaciones. Con posterioridad a la segunda guerra mundial se comienza con la política de los Estados de bienestar, todo un modelo económico-social que en gran parte respondía al movimiento reivindicativo de los trabajadores. Por otra parte, el triunfo de las revoluciones proletarias abriga la esperanza de construir una vida distinta y mejor para los pueblos, en contraposición a las miserias que procuraba el capitalismo salvaje de principios de siglo; fue un contrapeso que obliga a "humanizar" las condiciones de vida de los trabajadores en el capitalismo. El contexto de esta disputa es la posteridad de la gran depresión de los años treinta y las dos guerras mundiales.

En las últimas décadas del siglo XX comienza a decantar una reflexión que surge con posterioridad a la segunda guerra mundial, pero que se posesiona del debate en torno a las ciencias sociales después de mayo del 68'. Es un debate que se potencia a partir del fracaso de los socialismos reales, los que terminaron como un fraude histórico para los Pueblos revolucionarios, fracaso que se ha explicado por la excesiva burocratización y la llamada guerra fría, pero en lo fundamental, según Luckás, estuvo determinado por la competencia que se generó con el capitalismo, en la que participaron con una burocracia socialista, es decir, la esperanza de una vida distinta y mejor se distanció de una perspectiva revolucionaria, coartando las capacidades y el despliegue creativo de los Pueblos, esto sin desmerecer el innegable mejoramiento en los niveles de vida de los Pueblos enteros. Por otro lado, un capitalismo imperialista que entra en un periodo de relativo estancamiento y que por su propia lógica de funcionamiento se le presenta la necesidad imperiosa de expandirse y dominar nuevos ámbitos y regiones, en un nuevo proceso que se llamó Globalización.

El decantamiento de esta reflexión generada desde la dominación capitalista es un nuevo modelo para la producción de la vida de los Pueblos, que desde las transformaciones económicas apuntará a la transformación del funcionamiento de la sociedad en su conjunto, principalmente en el plano cultural. Se trata de un Neoliberalismo, como un nuevo momento global del capitalismo, cuyos principales aportes teórico-filosóficos los encontramos en Hayek, Popper y Friedman. El Neoliberalismo recoge algunos postulados del liberalismo y los despoja de todo aquello que éste tenía de "humanismo", lo despoja de todo sentido de humanidad como Ser Social y pone al individuo-egoísta como el único centro del desarrollo social, es decir, radicalizaron el postulado del egoísmo que al satisfacer sus propios deseos o necesidades aporta al desarrollo de toda la sociedad, radicalización que termina transformando el postulado en una falacia.

Creo que se hace necesario un estudio más detallado de los efectos y transformaciones que han provocado las dos décadas recientes de neoliberalismo en Latinoamérica, sus implicancias en ámbitos como la salud, la educación, la cultura en su sentido amplio, en el trabajo, la distribución de la riqueza; e incluso, en la producción misma. Pero mis posibilidades de investigación son muy limitadas desde la prisión y por ello me limito a los estudios que cada quince días realizamos en clases.

El capitalismo se desarrolla en la práctica y son sus resultados prácticos los que hay que evaluar, la manera en que estos resultados se van haciendo, en ellos también la teoría, hacia donde nos conducen en el presente y futuro. La teoría que no refleja la realidad es pura ideología.

La afirmación "Chile: Un modelo neoliberal para Latinoamérica" puede tener validez para quienes sustentan el fundamentalismo neoliberal, entre ellos el presidente Lagos y los economistas de los Partidos de la Concertación. Pero desde una mirada crítica, el modelo que comenzó a funcionar con posterioridad a la crisis de los 80' y que funcionó bien –sin considerar los costos sociales- durante una década (86'-96') con altos niveles de crecimiento, entra en un proceso de decaimiento, evidenciando los perjuicios de un modelo que no ha significado más que un nuevo momento de trasvasije de riquezas a empresarios criollos y, sobretodo, a las empresas transnacionales, provocando profundas transformaciones tanto en las estructuras productivas como en las instituciones nacionales.

En la teoría neoliberal los mercados que funcionan libremente se autoregulan, generando un crecimiento permanente de la producción y un ingreso que mejora el bienestar de todos. En este contexto de mercados libres no se conciben las crisis y cuando estas se presentan es por intervenciones indebidas o por shock externo.En este último caso son los propios mercados funcionando libremente los que superan dicha crisis.

En Chile, los economistas con poder de decisión asumen el neoliberalismo al pie de la letra que contiene la teoría. Además, por ser Chile una economía altamente dependiente de la economía norteamericana, los economistas "socialistas" que en el poder no están muy convencidos o que tienen otras formaciones académicas, se comportan de una manera sumisa.A todos estos economistas los llamamos fundamentalistas neoliberales, no en un sentido peyorativo o descalificativo, sino para una más exacta caracterización.

El modelo neoliberal es instaurado desde el primer momento de la dictadura, los economistas neoliberales de la Universidad Católica de Chile, con postgrados en Chicago, tenían pensado el proyecto económico para ser implementado en el nuevo régimen. Lo cierto es que este proyecto no pasó la prueba de fuego que significó la crisis de los 80', por lo que en el año 1985 se realizaron varias modificaciones a la política económica para enfrentar la reactivación, se restituyeron las bandas de precios y se mejoró el tipo de cambio para incentivar las exportaciones. Pero, una vez que la economía comenzó a crecer con niveles por sobre el 6%, se retoman las posiciones fundamentalistas y se disminuyen los aranceles, otras regulaciones simplemente son eliminadas.

Los altos niveles de crecimiento se hicieron sostenidos y el pragmatismo economicista llevó a muchos de los economistas críticos a valorar y hasta defender el modelo. La vuelta a la democracia se dio en condiciones muy singulares, el tirano Pinochet continuaba al mando de las armas y el nuevo gobierno se había comprometido con el respeto a una transición pactada entre políticos y militares, una de esas condiciones fue el respeto al modelo económico y el no cuestionamiento a la gestión económica de la dictadura, en especial a la venta de más de 300 empresas públicas a un precio muy por debajo de su valor, ventas que se realizaron con posterioridad a ese pacto, como el derecho a un botín de guerra para la derecha económica.

El eje del modelo pasó a ser la política económica, la economía ya no requería de una base objetiva como referencia puesto que la política económica se había elevado de simple mecanismo de regulación, importante por cierto, a la categoría de una herramienta que todo lo arregla o resuelve.

El crecimiento se puede explicar por ciertos elementos fundamentales que participan en el dinamismo del modelo: el primero es una apertura unilateral hacia la economía mundial, lo que generó una elevada competencia, tanto para los mercados internos como para las exportaciones chilenas hacia los mercados internacionales, competencia que llevó al desarrollo del modelo en su conjunto, provocando una profunda transformación en los sistemas productivos. También está el hecho de que los economistas de la dictadura vienen a instaurar una nueva economía desde el Estado y los empresarios, borrando todo aquello que había construido el gobierno de la Unidad Popular. Desde un principio y a través de la reducción de los salarios y la liberación de los precios, se produce una redistribución brutal de una parte de la masa salarial que se transforma en masa de ganancia. Pero, lo fundamental en el dinamismo del modelo fue la elevada tasa de ganancia y la flexibilidad del mercado laboral. En Chile la tasa de ganancia, aunque no se publican cifras oficiales, se estima que es mucho más alta que en los países desarrollados.

La mala distribución del ingreso es otra característica del modelo neoliberal chileno, tanto por su grado de desregulación como por la estructura misma que va modelando en su funcionamiento. Veíamos que la apertura unilateral implicó una modificación de las condiciones de la competencia, es decir, los precios pasaron a ser determinados en su mayoría por los precios internacionales, tanto para el mercado interno, por efecto de las importaciones, como para las exportaciones que van a competir en economías más desarrolladas. Chile influye fuertemente en la formación de los precios internacionales de un número muy reducido de productos –cobre, salmón-, y en la inmensa mayoría de los precios internacionales Chile es tomador de precios.

Si los precios están dados, entonces la competencia se traslada hacia los costos, pero en los costos el precio de los productos intermedios también están dados por el mercado internacional, entonces, por las características de la estructura productiva de la economía chilena, que no produce tecnologías de punta ni realiza investigaciones en nuevas áreas de la producción, el único espacio para el ajuste de los costos es el salario, reducir la planilla salarial y aumentar la productividad pasaron a ser los elementos principales de la competencia, la globalización impone este tipo de competencia y se modifica el "mercado laboral", el salario variable adquiere mayor protagonismo, al igual que el contrato temporal y la subcontratación, en otras palabras se produce una precarización del trabajo. La disminución del ingreso de los trabajadores y el aumento de la tasa de ganancia es una característica que se da incluso en los países desarrollados.

Una de las mayores dificultades del modelo neoliberal chileno es el hecho de que en los últimos años la economía ha dejado de crear nuevos empleos, tanto por el aumento de la productividad como por la incorporación de nuevas tecnologías, ambos como exigencia de las nuevas condiciones de la competencia.

Entre 1986 y 1993 la economía creció en un 7% promedio anual y creó muchos empleos, se debe considerar que previo a que la economía comience a crecer y saliendo de la recesión de los 80', los niveles de cesantía bordeaban el 20%; en el periodo 1993- 1997 la economía sigue creciendo pero disminuye considerablemente la capacidad de crear empleos. Desde el año 1995 y hasta 1998 prácticamente no se crearon nuevos empleos en el Gran Santiago. La disminución de la ocupación global a nivel del país en el año 2001 llegó a ser la más baja de los últimos cuatro años, a pasado de 5.398.000 personas en 1998 a 5.367.000 personas en el 2001. En las cifras de la ocupación global de los últimos años incluyen entre 120.000 y 150.000 empleos de emergencia, es decir, la situación es más grave aún. La situación en el 2002 continúa, es decir, la economía chilena hace 5 años que no genera nuevos empleos, considerando que la población en edad de trabajar aumenta desde 1998 en cerca de 900.000 personas.

Como se sabe con la globalización las economías de América Latina basan el funcionamiento de su economía y el crecimiento económico en las exportaciones. Si las exportaciones no crecen la economía entra en serias dificultades. Las exportaciones chilenas en términos de valor en 1996 y 1997 fueron menores a las de 1995. Es decir, antes de la crisis asiática. El 98' y 99' también fueron menores, luego en el 2000 se recuperó un poco para caer nuevamente en el 2001 y 2002. El promedio anual de las exportaciones chilenas en el periodo 1996-2002 son menores a la de 1995.

Las exportaciones chilenas no crecen en los últimos siete años.



Recién el agotamiento relativo del modelo en los indicadores del producto y del empleo se produce en 1998. Este momento de un relativo agotamiento en el funcionamiento del modelo coincide con el momento de la crisis asiática. Esta coincidencia favoreció la interpretación neoliberal sobre el deterioro de la economía chilena, aunque hay varias evidencias previas como hemos señalado: la disminución en la capacidad de generar nuevos empleos y el deterioro en las principales exportaciones. En un primer momento, cuando temblaban las principales bolsas del mundo y las economías emergentes perdían hasta el 30% de su valor, los economistas chilenos se arrogaban una solidez del modelo a toda prueba y el ser un ejemplo para el resto del mundo, según los fundamentalistas neoliberales por cierto. Se pensaba que la economía chilena crecería un 5% en 1998 y que ésta sería una tendencia hacia el futuro, pero en realidad el crecimiento fue de solo un 3.8%, muy por debajo del 5.5% y durante 1999 la fortaleza del modelo se fue al piso, con un decrecimiento del 1.1%. Frente a estas evidencias las autoridades de gobierno insistían en que el país no se encontraba en crisis, que sólo eran efectos de un shock externo, pero que la economía era sólida y que seguiría siéndolo. Durante los tres primeros trimestres la producción siguió cayendo, el consumo cayó en un 12% y la inversión en un 17%. Desde mediados de 1998 hasta ahora, la economía chilena desde el punto de vista del ingreso nacional, de la inversión, del consumo y del empleo está en crisis, hecho que es reconocido ampliamente en el país.

Los economistas neoliberales en Chile asumen la teoría sin ningún tipo de crítica. Por cierto que desde esta perspectiva no podían prever que la crisis se estaba presentando, y una vez que esta se instaló la explicaron por el shock externo de la crisis asiática y por los errores en la política económica.

La teoría de Marx y Keynes son muy útiles para predecir o explicar una crisis. Sin embargo, ellas son marginadas del debate e incluso de las materias en la formación universitaria. El gobierno ha confiado en la mano invisible del mercado que llevaría a la superación de la crisis y al aumento de la ocupación, pero al poco andar los pueblos y comunidades cubren sus avenidas con banderas negras, los desocupados llegan por cientos a las municipalidades en busca de trabajo, aquellos que gozaban de las migajas del modelo han caído en la quiebra y la miseria se vuelve a pasear por los territorios populares.

Después de casi 15 años de un fuerte y sostenido crecimiento el modelo neoliberal no tiene nada nuevo que mostrar, que ya no hayamos conocido en el capitalismo; se acentúa la desigualdad entre países y, también al interior de éstos, hay un deterioro del empleo y los salarios. Latinoamérica rica por su geografía y naturaleza es la región más inequitativa del mundo. En la práctica todo funciona en un sentido contrario a los discursos más "progresistas" del capitalismo, la economía se hace autónoma frente a los problemas sociales, otros ponen lo ético por sobre lo político y lo económico, pero la ética capitalista no es para resolver los problemas de la felicidad de los Pueblos, porque para enfrentar los problemas presentes se necesita una ética-estética popular de la felicidad para nuestros Pueblos. Cuando se plantea el tema de mejorar la educación no se ve que Chile está en los primeros lugares de Latinoamérica en educación, pero en realidad tenemos la peor distribución del ingreso, es decir, no se ve que hay una negación en este tema.

Los tiempos históricos suelen ser muy relativos, el capitalismo nos ofrece el modelo neoliberal chileno para nuestros Pueblos de América, una mierda que somete a millones y que no deja ser feliz. De Marx podemos tomar el "Modo de Producción de los medios de vida" como la producción de un "Modo de Vida" y la "Relación de Producción" como relaciones sociales entre los hombres, pero lo fundamental son las "Fuerzas Creativas" de toda la sociedad, como posibilidad de un "Poder de la Felicidad" en la relación de las vidas cotidianas. El único modelo justo para nuestros Pueblos es aquel que tiene como centro a los Pueblos mismos y en ello a los hombres y mujeres siendo felices , no hay recetas, cada Pueblo debe construir desde las potencialidades que ebullen de su diversidad, crear y recrear sus vuelos hacia una sociedad más justa, más plena, más feliz. Latinoamérica lanza un nuevo grito desde sus Pueblos, desde sus campos y montañas, la América morena vuelve a cantar y soñar, poniendo sus fuerzas, sus manos y sus esperanzas en la búsqueda-construcción de una vida distinta y mejor, Latinoamérica se hace de nuevo revolucionaria después de las guerrillas, Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Uruguay, también Perú y Chile se alzan en voces de pueblos para decir no al capitalismo y construir nuevas alternativas, lo cierto es que las disputas no serán fáciles. Con Marx y el Ché, con Bolivar y Allende y con todo aquello que nos sea útil en la mochila de nuestro "patrimonio" heredado de los Pueblos revolucionarios. La clase ha pasado del obrero al Pueblo todo y la consigna es el Toma- Ocupa-Usa, la fuerza subversiva es el motor que va jalando los nuevos inventos. La economía tiene que volver a su función instrumental, lo determinante es la apropiación de nuestras vidas, lo determinante somos los Pueblos y los inventos revolucionarios siempre presentes, ni ahí con el poder capitalista y toda su mierda.