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Internacional

8 de septiembre del 2003

Matar para defender la vida

Pascual Serrano
El norteamericano Paul Hill, argumentando defender la vida de los óvulos fecundados, asesinó en 1994 a un médico abortista. El Estado de Florida, arguyendo proteger la vida de sus ciudadanos, ejecutó al pasado 4 de septiembre a Paul Hill.

El gobernador de Florida, Jeb Bush, no aceptó conmutar la pena de muerte del sentenciado a pesar de compartir con él sus principios antiabortistas. La hija adoptiva del médico asesinado, Catherine Briton, pidió que no se ejecutara al asesino de su padre: "Estoy en contra de la violencia del Estado. La pena de muerte es inhumana y bárbara".

El panorama no puede ser más desconcertante. Estado y ciudadanos matando para proteger la vida. Gobernadores que aplican la pena de muerte a los que piensan como ellos. Y entre todo eso, un ejemplo de humanidad pidiendo clemencia para quienes han asesinado a tu padre.

Sin duda, nuestras sociedades, y la norteamericana todavía más, sufre una deriva de principios preocupante. Pretender que se rebelen contra guerras, ocupaciones y dirigentes enloquecidos es una ingenuidad. Afortunadamente, algunos seguimos siendo ingenuos.