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Internacional

21 de julio del 2003

Sin aclarar

M. Vázquez Montalbán
El País
Puro lío, Trillo no sabe si comer michirones, o leer a Shakespeare, o seguir siendo ministro de las guerras. Esta última parece su dedicación preferida y cuando no invade la isla Perejil, envía tropas a Irak, pero con la orden de que maten poco, no vaya a ser que algún día los 25.000 iraquíes muertos hasta ahora sean considerados muertes no aclaradas, como la del científico Mr. Kelly, descodificador de las mentiras de Blair para justificar la anexión de Irak y hallado muerto en el bosque de Harrowdown. Según la policía inglesa, estamos ante una muerte no aclarada, eufemismo de que no ha intervenido motu proprio la Providencia, ni ese genoma traidor que todos llevamos dentro.

Buen conocedor de la verdad y mentira de las supuestas armas de destrucción masiva en poder de Sadam Husein, Kelly fue uno de los informadores de la BBC sobre las trolas o no verdades que en boca del Trío de las Azores avalaron la guerra. Estamos ante una muerte sin aclarar, sospechosa sobre todo de suicidio, también de asesinato, bien sea por arma blanca, o de fuego, o mediante palabras. Hay palabras que duermen y otras que matan. Si el sabio se suicidó angustiado por las presiones gubernamentales de las últimas semanas, la novela pediría la mano de Green, experto en demostrar que el hombre, como sospechaba Chumy Chúmez, es la medida de todas las cosas pequeñas. Pero si ha sido asesinado, urge convocar a Le Carré porque la compleja trama estará llena de oleoductos y asentamientos judíos, de agentes dobles del islam y de industrias armamentistas de EE UU, más los tanquistas inteligentes ejecutores de periodistas incómodos.

Fantasmales, furtivos convidados de piedra en un bosque corregido por la muerte, Harrowdown, de sonoridad shakespeariana, pero más criaturas de Zorrilla o de Marquina que de Shakespeare, nuestros políticos ¿qué pintan en este asunto? Esperan matar poco, morir lo imprescindible, inseguros de que la historia no tenga moral y un día de inspiración poética Garzón, es un decir, les empapele por cómplices de tanta muerte no aclarada. Más que soldados a Irak, señor Trillo, envíe a Harrowdown a sus belicosos 183 diputados a investigar sobre las no aclaradas causas que matan o suicidan a ilustres microbiólogos.