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Internacional

24 de junio del 2003

Monopolios informativos en EE.UU.
Un nuevo ataque a la libertad de expresión

Oscar Gutiérrez
AIS
Las nuevas reglas servirán para dar más poder a las corporaciones y restringir así la circulación de ideas y el debate público'. Esta frase podría pertenecer a cualquiera de los que han alzado su voz desde las asociaciones defensoras de la libertad de expresión ante la última revisión de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC en sus siglas en inglés).
Dicha comisión, dirigida por el republicano Michael Powell -hijo del actual secretario de Estado Colin Powell-, levantaba el pasado 2 de junio la prohibición que durante 28 años ha impedido a un periódico adquirir una radio o una cadena de televisión en la misma ciudad, a la vez que situaba en un 45% el porcentaje de audiencia que una compañía puede controlar. Esa frase, sin embargo, fue pronunciada, no sin sorpresa, por Ted Turner, fundador de la cadena de noticias CNN, parte del conglomerado mediático AOL Time Warner, ex vicepresidente de este grupo y uno de los mayores magnates de la comunicación hasta su reciente retiro.

Precisamente el grupo AOL Time Warner, uno de los grandes protagonistas de la explosión de las tecnologías tras la fusión que vio su nacimiento en 2000, sufrió a finales del año pasado una de las mayores pérdidas que ha conocido el mundo empresarial estadounidense: unos 100.000 millones de dólares. Entre las razones apuntadas para explicar el descalabro de la compañía, al margen del progresivo desinfle de la 'burbuja tecnológica', se encuentra la pérdida de ingresos publicitarios.

Bien sabido es que, en épocas de recesión económica, la publicidad es la primera en sufrir los recortes. Y si los recortes llegan, el mercado que atrae la mitad de la inversión mundial en publicidad, Estados Unidos, sufre las consecuencias.

Así, Michael Powell, haciéndose eco de las dificultades de los grupos mediáticos, no sólo por la caída de los ingresos publicitarios, sino también por la alternativa de la televisión por cable y el descontrol informativo de Internet, aprobaba en el seno de la FCC una de las mayores desregulaciones que ha vivido el sector de la comunicación en Estados Unidos desde hace 80 años. Según las palabras de Powell, 'numerosos medios de comunicación han manifestado su necesidad de aumentar su capacidad de concentración, con el objetivo de movilizar a un número más amplio de telespectadores para ser viables económicamente en el mercado de la publicidad'.

Las nuevas reglas contra las que acometía Ted Turner, permitirán, si no lo impide el Senado (contrario en su gran mayoría a la decisión tomada por la FCC), que en algunas ciudades una sola compañía controle tres cadenas de televisión, ocho emisoras de radio, un periódico diario y un operador de cable. Entre las candidatas se encuentran las cinco grandes hermanas que controlan el 60% de la información que circula en Estados Unidos: News Corporation, controlada por el magnate australiano Rupert Murdoch, y propietaria de Fox News, cadena de noticias líder por encima incluso de CNN; la propia AOL Time Warner; Viacom, a la que pertenecen las cadenas CBS y UPN; Walt Disney y la ABC; y General Electric, multinacional propietaria de NBC.

Ni decir tiene que, a diferencia de las quejas que algunas organizaciones han mostrado ante los nuevos límites a la propiedad informativa en Estados Unidos -quejas como la de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) que considera la medida una amenaza al 'pluralismo de opinión (en Estados Unidos)'- desde las grandes corporaciones la reacción ha sido muy distinta: 'la decisión -afirma Andrew Butcher, portavoz de News Corporation- es una importante etapa hacia el reconocimiento de la realidad competitiva del mercado de medios'.

Esa realidad competitiva es la que asusta hoy a los dueños de las grandes cadenas de televisión.

Si en 1975, las grandes compañías (ABC, CBS, NBC) controlaban el 95% de la audiencia, hoy, debido a la llegada de las cadenas por cable, este porcentaje se ha reducido a casi la mitad. Para Michael Powell, estas cadenas por cable, distribuidas a través de unos 6.000 operadores son las que han fragmentado a la audiencia y han puesto en peligro los ingresos publicitarios de las cadenas de televisión convencional. De hecho, un estudio de la propia FCC, muestra cómo los consumidores utilizan cada vez más Internet y el cable como sustituto de la televisión abierta. Así que, dada la variedad, resulta difícil creer, o así lo defiende Powell, que la nueva regulación elimine el pluralismo en la información. ¿Sabrá también el director de la FCC que las web de información general más visitadas son precisamente AOL News, CNN y MSNBC? 'No voice, No choice': Sin voz, no hay elección. Ésta ha sido la consigna de las organizaciones en favor de la libertad de expresión reunidas como protesta en torno a la sede de la FCC, de News Corporation y de Clear Channel, promotora junto al grupo de Murdoch de la desregulación en la propiedad de los medios. Precisamente Clear Channel se ha beneficiado de unas reglas más flexibles en el mercado radiofónico. El pasado año, la compañía radiofónica solicitó a la FCC el permiso de compra de seis nuevas emisoras. A ellas se unirían las más de 1.200 ya en propiedad.

Entonces, la FCC rechazó la solicitud, no por estar fuera de la ley, sino por peligrar el interés público. Hoy, el interés público, la libertad de expresión y los principios democráticos están más que nunca en peligro. Que la audiencia siga fragmentada.