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Internacional

29 de abril del 2003

Corea del Sur apoyó la invasión de Irak por EE.UU
Hoy lloro con amargura

Vladimir Tikhonov
ZNet en español

El apoyo surcoreano a la invasión de Irak por EE.UU. -gracias a la presión de EE.UU. en relación con la tensión con Corea del Norte- no cambiará los planes agresivos de Washington en el Extremo Oriente, a menos que Corea del Sur y Japón redefinan su cooperación con EE.UU. en cuanto a la seguridad.

Cuando la Asamblea Nacional aprobó el envío de tropas a Irak sólo pude pensar en el título de una famosa columna periodística, escrita hace cerca de un siglo por Chang Ji- yeon, sobre las prioridades diplomáticas de los japoneses.

Un país que otrora fuera colonizado por el imperialismo japonés, y que sufrió numerosas masacres civiles durante la Guerra de Corea, es ahora cómplice de la carnicería indiscriminada del imperialismo de EE.UU. contra el pueblo iraquí. El envío de tropas a Irak reducirá a Corea del Sur al rol de mercenario del agresor, diezmando la legitimidad histórica del país. Sean cuales fueren las disculpas del gobierno, el 2 de abril de 2003, el día en el que la Asamblea Nacional aprobó la moción, pasará a la historia como un día de humillación nacional. ¿Qué podrán enseñar los profesores de historia en toda la nación a sus estudiantes cuando sus soldados comiencen a ayudar al agresor? Siento que el pulso de la historia comienza a detenerse. La administración pro-guerra de Roh Moo Hyun probablemente se abstendrá de utilizar los falsos pretextos promovidos por Bush & Cía.: las amenazas de "armas de destrucción masiva", o la "eliminación de la dictadura de Husein". Probablemente, los funcionarios del gobierno admiten tácitamente que no existe una justificación legítima para esta guerra. Tratan una y otra vez que se acepte como motivo el interés nacional, y una solución pacífica a la crisis nuclear norcoreana.

Para traducir su retórica diplomática a un lenguaje más accesible, si nos alineamos con Bush & Cía. en su invasión del Medio Oriente y su confrontación diplomática con Europa y China, Bush no atacará a Corea del Norte, y nos perdonará la vida. En un lenguaje más directo, hemos capitulado ante las intimidaciones de Mr. Bush, el capo de la mafia, que dijo, "El conflicto con Corea del Norte conducirá a la guerra, borrando a la península coreana del mapa, a menos que nos ayuden en Irak". Comprendo bien por qué se inclinaron ante la presión. Sin embargo, lo que importa es que nuestra sumisión ante la coacción de Washington no garantizará que sus esbirros no arrasen nuestras calles. Al contrario, una negativa a aceptar sus amenazas, no sería una señal para que comenzara una guerra territorial en nuestro patio trasero.

¿Cuál es la naturaleza de la crisis nuclear norcoreana? Como la guerra en Irak, las armas de destrucción masiva en sí no constituyen el tema. El gobierno en Washington sabe demasiado bien que Corea del Norte no puede atacar a EE.UU., aun si tuviera varias ojivas nucleares, y que lo que realmente desea es hablar con Washington.

Los planes de Washington se orientan a presionar a los potenciales rivales militares, China y Rusia, mediante la ocupación de Corea del Norte, o un "ataque preventivo" contra China que aún no ha implementado la modernización militar, provocándola a un conflicto. A Mr. Bush no podían importarle menos los cientos de miles de soldados estadounidenses y los millones de civiles coreanos que morirían en el proceso. Para los acaudalados racistas en Washington y en Wall Street, las razas "de segunda clase" fuera de Occidente y los miembros de la clase inferior de EE.UU. que ofrecen sus cuerpos a los militares no son otra cosa que material desechable.

¿Archivará Mr. Bush los planes de guerra contra Corea del Norte -que provocarían una segunda Guerra de Corea que convertiría la península en un desierto-si Corea del Sur apoya a EE.UU. contra Irak? Nunca lo hará. Mientras EE.UU. considere que el crecimiento de China como la segunda superpotencia del mundo por su tamaño, la alta posibilidad de una guerra de EE.UU. que utilice el tema nuclear de Corea del Norte como pretexto, seguirá existiendo. Si hay alguien que crea que nuestros esfuerzos por aumentar la confianza con EE.UU. a través de una actitud dócil van a detener la guerra de agresión, debería echarle una nueva mirada a la última década de Irak. Toda la energía que Husein invirtió para reconciliarse con EE.UU. ¿pudo detener la invasión?

No creo que la segunda Guerra de Corea sea inevitable. Si los dos bastiones de EE.UU. en el Extremo Oriente, Corea del Sur y Japón, comienzan a reformar en su totalidad sus planteamientos de seguridad relacionados con EE.UU., su campaña bélica enfrentará severas dificultades. ¿Hubiera sido tan fácil la invasión de EE.UU. contra Irak, si Kuwait, siguiendo la línea adoptada por Turquía, no hubiese permitido que los militares de EE.UU. utilizaran sus bases? El problema a un nivel más profundo es que los gobernantes de Corea del Sur y Japón, que han asimilado su sumisión ante EE.UU., consideran que toda acción independiente es herética. Que los políticos coreanos no puedan pensar fuera del marco fijado por EE.UU. me provoca un llanto amargo.

* Vladimir Tikhonov, coreano nacionalizado de origen ruso, también conocido como Pak Noja en Corea del Sur, enseña estudios coreanos en la Universidad de Oslo en Noruega.
Publicado originalmente en la edición del 7 de abril de Jugan Jinbo Jeongchi [Semanario de Política Progresista], publicación publicada por el Partido Democrático del Trabajo de Corea. (Dirección en la red: www.kdlp.org)
Traducido del coreano al inglés y redactado por Kap Su Seol

Título original: I Weep Bitterly Today
Link: http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?SectionID=44&ItemID=3513
Traducido por Germán Leyens