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Internacional

25 de februari del 2003

Powell - maestro de la lengua bífida

El idioma, no la verdad, ha sido la primera víctima de la guerra de Occidente contra el terrorismo
Terry Jones
Observer
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Fue interesante escuchar a Colin Powell cuando acusó a Francia y a Alemania de cobardía por no querer entrar a la guerra. O, como lo dijo más sucintamente, Francia y Alemania 'tienen miedo de tomar su responsabilidad para imponer la voluntad de la comunidad internacional'. El discurso de Powell trae a colación uno de los aspectos más vergonzosos pero menos examinados cuando se habla de la guerra contra Irak. Hablo del desastroso daño colateral que ya se está infligiendo al idioma inglés..
Tal vez el peor impacto es en nuestro vocabulario. 'Cobardía', según Colin Powell, es la negativa a herir a miles de civiles inocentes que viven en Bagdad para impulsar los intereses petroleros de EE.UU. en el Oriente Próximo. El corolario es que 'valentía' debe ser la capacidad de ordenar la muerte de 100.000 iraquíes sin pestañear o sin vomitar su ensalada César..
Supongo que Tony Blair es 'valiente' porque está dispuesto a exponer a la gente que votó por él a la amenaza de represalias terroristas para que lo reciban con bombos y platillos cada vez que visita la Casa Blanca, mientras que Chirac es un 'cobarde' porque hace frente a la fanática intimidación de los extremistas belicistas de la derecha republicana que actualmente gobiernan Estados Unidos..
De la misma manera, los jóvenes bien alimentados sentados ante instrumentos militares que valen millones de dólares y que arrojan bombas desde 10.000 metros de altura sobre gente empobrecida a la que ya le han quitado todas sus armas, son ejemplos de 'valentía'. La 'cobardía', según George W. Bush, es secuestrar un avión y pilotearlo deliberadamente contra un gran edificio. Se puede calificar eso de muchas maneras, pero no de 'cobarde'. Pero cuando Bill Maher lo dijo en su show de la televisión, "Políticamente Incorrecto", lo anatematizaron y los espónsores amenazaron con retirar su patrocinio del programa..
Algo extraño sucede cuando no sólo los políticos cambian deliberadamente el significado de las palabras, sino cuando la sociedad también se ofende cuando alguien subraya su uso correcto..
Y luego, tenemos a la 'comunidad internacional'. Evidentemente, Colin Powell no puede estar hablando de los millones que salieron a la calle el sábado pasado. La 'comunidad internacional' de la que habla deben ser esos políticos que se reúnen tras puertas cerradas para decidir cómo se pueden mantener mejor en el poder y enriquecer a sus partidarios lisiando, mutilando y matando a un montón de extranjeros con vestidos raros a los que jamás verán. Y ya que estamos en el tema, qué me dicen de esa palabra 'guerra'. Mi diccionario define una 'guerra' como 'un conflicto abierto, armado, entre dos partes, naciones o estados'. Lanzar bombas desde una altura segura sobre un pueblo que ya está en apuros, cuya infraestructura está sumida en el caos como resultado de años de sanciones y que vive bajo un régimen opresor, no es una 'guerra'. Es tiro al pavo..
Pero, por cierto, el que se esté violentando el idioma inglés es probablemente el precio que tenemos que pagar por el petróleo barato..
Se supone que el lenguaje aclara las ideas para que las podamos comprender. Pero cuando políticos como Colin Powell, George W. Bush, y Tony Blair se apoderan del lenguaje, su objetivo es generalmente lo contrario. Es como nos persuaden para que tomemos en serio conceptos absurdos. Como toda la idea de una 'guerra contra el terrorismo'. Uno puede librar una guerra contra otro país, o contra un grupo nacional dentro del propio país, pero no se puede hacerle la guerra a un sustantivo abstracto. ¿ Cómo se sabe cuando se ha vencido? ¿Una vez que es eliminado del Diccionario Oxford de Inglés? .
Cuando los que están en el poder proponen que se haga algo que es vergonzoso, erróneo y destructivo, la primera víctima es el idioma inglés. Importaría menos si fuera la única víctima. Pero si continúan pervirtiendo nuestro vocabulario y retorciendo nuestra gramática, el resultado significará la muerte para muchos que ahora están vivos..
23 de febrero de 2003