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Internacional

MALCOLM X

Por Diego M. Vidal / La Fogata

Dobló la hoja y la guardó en un bolsillo de su traje. Cuando salió rumbo al mitin de la Organización de la Unidad Afro-Americana, Malcolm Little recorrió mentalmente cada uno de los cinco nombres que estaban escritos en el papel. Unos días antes, el 16 de febrero de 1965, le había confiado a su amigo James Shabazz la certeza de que ya estaban nombrados sus asesinos y que en los próximos días llevarían a cabo su cometido. Luego de la confesión, sonrió al pensar en la cara del director del FBI cuando oyera la grabación de esta conversación y supiera que la víctima conocía a sus victimarios con tanta antelación.
Parqueó su automóvil a dos kilómetros y medio del salón de baile Audubon, en Harlem, bajó y se disponía a tomar un autobús cuando desde un vehículo lo llamaron, con la sensación de haberle llegado la hora miró al interior del mismo y vio asomarse a su amigo Charles X Blackwell, quien se ofreció a llevarlo.
"As-salaam alaikun (que la paz sea con vosotros)", se dirigió Malcolm X al público reunido. Uno de sus guardaespaldas, de pie junto a él, hizo señas para ser relevado y se ubicó cerca de la entrada principal. Pocos minutos después dos jóvenes negros, cerca del escenario, comenzaron a pelearse. Uno extrajo una pistola Luger del abrigo del otro y abrió fuego al pecho de Malcolm X, estalló entonces una bomba de humo arrojada por otro individuo. Desde la tercera fila, un cuarto hombre disparó sobre Malcolm X con una escopeta de caño recortado. El quinto conspirador, hirió al líder negro en la pierna y mano izquierdas, retrocedió hacia la salida y continuó disparando sobre el cuerpo caído de Malcolm X.
Así era asesinado hace 38 años, uno de los líderes de la comunidad afro-americana que más cuestionó la política racial e imperial de los Estados Unidos.
Tres teorías sobre los autores del crimen, se barajaron entonces y ninguna deja de tener valor.
La sospecha de que el asesinato fue perpetrado por los propios Musulmanes Negros, es alentada por el FBI en la información que contienen las investigaciones a que era sometida la Nación del Islam, de Elijah Muhammad (antiguo maestro de Malcolm X). Evidentemente estos tenían razones, medios y momentos, para hacerlo, sobretodo por la lucha interna y los celos políticos por el crecimiento de la figura de Malcolm X.
Otra hipótesis induce a sospechar de la mafia y los carteles de la droga, por la influencia de la prédica de Malcolm X sobre las comunidades negras de Estados Unidos, en contra de las drogas. Por lo tanto, los narcotraficantes salían ganando con su eliminación física.
La última sospecha recae sobre los servicios de inteligencia norteamericanos, principalmente el FBI y la CIA.
J. Edgar Hoover, Director del FBI, tenía bajo seguimiento desde hacía mucho tiempo, las actividades de Malcolm X y sus discípulos. Su principal temor era que se concretara una alianza entre éste y Martín Luther King Jr.
Para la CIA, la presentación que Malcolm X hizo en la ONU contra los Estados Unidos acusando al gobierno por la violación de los derechos humanos de los afroamericanos, tenía implicancias en la política exterior norteamericana.
Desclasificados documentos del FBI y la CIA, manifiestan la preocupación de estos organismos por la amistad de Malcolm X con Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, así como con otros líderes tercermundistas.
En la oficina de Planes de la CIA, la división comprometida en el derrocamiento y asesinato de diversos gobernantes del Tercer Mundo, también estaban inquietos por Malcolm X y espiaron sus actividades hasta el mismo día de su muerte.
Como era de esperar, de estas tres sospechas, el FBI demostró las dos primeras. Luego de una investigación de 72 horas, concluyó en que no hubo "implicaciones internacionales" en el asesinato de Malcolm X. Llegó a tal conclusión con la misma velocidad con que acusó a Lee Harvey Oswald, como único autor del crimen de John F. Kennedy y de que James Earl Ray, actuó en soledad al matar a Martín Luther King Jr.
Todas las conjeturas tienen lazos en común: La profundas diferencias internas en la Nación del Islam fueron fomentadas por una campaña de prensa e inteligencia (COINTELPRO, Programa de Contrainteligencia), dirigida por el mismo Hoover, para promover la división, incluyendo agentes encubiertos infiltrados en la organización. Hasta se sospecha que uno de los guardaespaldas de Malcolm X , presente el día del asesinato, era un agente del FBI.
El FBI y la BOSSI (Oficina de Servicios Especiales) del Departamento de Policía de Nueva York, infiltraron dos grupos fundados por Malcolm X en 1964: la Organización de la Unidad Afro-Americana y la Mezquita Musulmana Inc.
La CIA, la mafia y el narcotráfico, se asociaron en la invasión de Bahía Cochinos, en los intentos de asesinar al Presidente cubano Fidel Castro y en el atroz homicidio del líder congoleño Patrice Lumumba.
El periodista Louis Lomax, amigo de Malcolm X, tenía la certeza de haber resuelto el enigma y comenzó el rodaje, en 1970, de una película en Los Ángeles, donde implicaba a la CIA y al FBI en el asesinato de Malcolm X. Sospechaba de un antiguo amigo del líder negro, que estaba vinculado a los servicios de inteligencia estadounidenses y al que llamó "Judas".
Lomax falleció en un misterioso accidente automovilístico, sin haber terminado el film.
Fuentes: "El Factor Judas", de Karl Evanzz. Inside The Company: CIA Diary, Philip Agee. Autobiografía de Malcolm X, Alex Haley y Malcolm X.