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Internacional

19 de enero de 2003

El objetivo es afrontar el avance de la izquierda en América Latina

Un acuerdo secreto entre los dos gobiernos prevé una intervención militar de diez mil soldados norteamericanos en suelo de la República Dominicana
Pascual Serrano
www.pascualserrano.net

Un acuerdo cuidadosamente ocultado entre los gobiernos dominicano y norteamericano, reflejado a través de notificaciones diplomáticas reservadas del 2 y el 22 de noviembre del 2002, establece la entrada de diez mil soldados de Estados Unidos en territorio de la República Dominicana entre el 1 de enero y el 31 de mayo de este año. Así lo ha revelado el principal partido de la izquierda dominicana, Fuerza de la Revolución.
El acuerdo, denominado Programa Nuevo Horizonte, tendría como objetivo militar disponer de una cabeza de playa que sirva de receptáculo de sus fuerzas de operaciones rápidas radicadas en Puerto Rico. Fuentes de la izquierda dominicana consideran que estas intenciones del gobierno Bush confirman sus grandes temores frente a la posible expansión de la actual ola transformadora representada hoy en la Revolución Bolivariana de Venezuela, la insurgencia colombiana, el triunfo de Lula en Brasil, la victoria de Lució Gutiérrez en Ecuador y el auge de las luchas en Bolivia, Uruguay, Argentina y Perú.
Las tropas norteamericanas llegarán en grupos de 200 efectivos cada dos semanas hasta completar el total del contingente, no tendrán que cumplir con ningún requisito migratorio, ni portar licencia de conducir, ni pagar ningún impuesto o tarifa local.
Asimismo, podrán usar uniformes y armas sin ninguna limitación, traer todos sus equipos militares y civiles (incluye aviones, helicópteros, barcos, armas, vehículos, equipo de campaña) sin que puedan ser inspeccionados por las autoridades dominicanas. También podrán utilizar las aguas territoriales, el espacio aéreo, el espectro radial y su sistema de comunicaciones a su antojo y sin costo alguno.
La justicia dominicana no tendrá competencia alguna sobre las acciones de esas tropas en su territorio, su jurisdicción se le concederá exclusivamente a Estados Unidos, lo que supondrá la total impunidad de las acciones de un contingente militar extraordinario. Así, cualquier reclamación de terceros tendrá que ser presentada ante las autoridades estadounidenses sin participación de autoridad dominicana, lo que supondrá la inviabilidad de cualquier reclamación dominicana por daños o pérdidas humana o material.
Por otro lado, el gobierno de EE.UU., su personal y sus contratistas podrán importar, exportar, utilizar cualquier propiedad personal, equipos, tecnológico, servicio de personal, entrenamiento sin ningún tipo de restricción y también sin costo alguno. El personal estadounidense disfrutará de todas las facilidades para asumir su propia seguridad en aire, mar y tierra y el gobierno dominicano deberá cooperar en todo lo que se le pida. El acuerdo cuenta con el respaldo directo del presidente dominicano Hipólito Mejía
Las autoridades norteamericanas justifican esta intervención militar sin precedentes desde la invasión de 1965, como "control de fronteras, de construcción de obras civiles, colaboración y entrenamiento de tropas para combatir el narcotráfico, el terrorismo y la inmigración ilegal"