VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Argentina: La lucha continúa

15 de septiembre del 2003

Las sinrazones y el juicio de la historia

Miguel Ángel Ferrari
Hipótesis
No se puede ocultar que estamos terminando una semana muy especial. Estos días son un verdadero muestrario de la inefable marcha del mundo. La sinrazón ha dejado de ser la excepción para tornarse en el paradigma.

El presidente George W. Bush felicitó al gobierno argentino por haber concluido sus negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. En la conversación telefónica de ayer, el mandatario estadounidense le prodigó elogios al presidente Kirchner e incluso le adelantó que le gustaría ir a pescar juntos a la provincia de Santa Cruz. ¿Qué autenticidad tiene esa felicitación? Los Estados Unidos, en esta oportunidad, jugaron de policía bueno; en tanto que Europa lo hizo de policía malo. Luego vino la factura. En la misma conversación, Bush le dijo a Kirchner "sigamos trabajando juntos" en la ronda de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Al presidente norteamericano y a su secretario del Tesoro les pareció bien que la Argentina haya pactado con el Fondo un superávit primario del 3 %, cuando Brasil pactó -en su momento - un 4,5 % y Turquía un 6 %, que no se incluyan en el acuerdo los aumentos de tarifas de las empresas privatizadas, ni las compensaciones a los bancos por la pesificación. Bush, incluso, se permitió una broma diciéndole a Kirchner que "siga adelante", que los "tecnócratas del Fondo Monetario Internacional hay cosas que no entienden". Pero, en la reunión de la OMC, en Cancún, "sigamos trabajando juntos". Es la "sutileza" del cinismo.

Ocurre que en Cancún las cosas no están saliendo bien para los Estados Unidos y tampoco para Europa. Por fuera de las deliberaciones, en las calles y en las reuniones paralelas se están manifestando masivamente los altermundistas (neologismo que proviene del lema del Foro Social Mundial de Porto Alegre: "otro mundo es posible"), oponiéndose firmemente a que todo sea convertido en mercancía: la salud, la educación, el agua, los genes, las biodiversidad... y dentro de poco el aire o las lluvias. Las movilizaciones cuentan con la participación de infinidades de organizaciones, destacándose "Vía Campesina" integrada por trabajadores de todo el mundo.

Dentro de la Quinta Reunión Ministerial de la OMC, se ha conformado el denominado Grupo de los 21, cuyos integrantes principales son Brasil, India, China, Sudáfrica y Argentina. Este grupo tiene una agenda de confrontación con la Unión Europea y los Estados Unidos. El planteo del G-21 podría resumirse así: si no se concretan compromisos firmes por parte de los países más ricos del mundo, para disminuir los subsidios y aranceles agrícolas, no se negocia sobre los temas de la agenda primermundista, que incluye los servicios, inversiones, propiedad intelectual y compras y contrataciones por parte de los Estados nacionales.

Las exigencias de los altermundistas son mucho más ambiciosas, pero esta actitud del G-21 es un paso importante frente a la conducta de los países centrales. La factura de Bush a Kirchner se traduce, en definitiva, en el pedido de abandono de las demandas de los países llamados "en desarrollo".

Una vez más: la sinrazón de los que preconizan el libre mercado para los demás y el proteccionismo para sí, en sintonía con aquella vieja máxima: "has lo que yo digo, pero no lo que yo hago".

También durante esta semana se conmemoraron dos once de setiembre. Los dos relacionados con el terrorismo. El 11 de setiembre de 1973. A treinta años del golpe de Estado fascista promovido por las clases dominantes chilenas y el gobierno de los Estados Unidos, que -como sabemos- dio por tierra con un gobierno democráticamente electo. La democracia, para los opresores, es un producto de amplio espectro: lo ideal es administrarlo conjuntamente con el mercado, aunque es conveniente que la dosis de democracia siempre sea un tanto inferior a la de mercado. Si, por el contrario, la dosis de democracia es muy alta, directamente conviene suprimirla -como se hizo en Chile en 1973- porque perjudica al mercado que, por supuesto, para estos sectores es lo más importante.

En Chile hubo actos oficiales de homenaje al presidente Salvador Allende. Hubo recitales en los estadios donde se torturaba y mataba a los ciudadanos que defendían la democracia. Hubo actos populares en la plaza de la Constitución, donde durante 29 años no se pudieron realizar. Hubo actos fascistas con Pinochet incluido. Hubo declaraciones de las fuerzas armadas conniventes con el golpe. Y hubo como todos los años represión a los manifestantes por parte de la fuerza de Carabineros... como en la "mejor" época de la dictadura. En definitiva, la sinrazón de la dictadura perviviendo en las venas de una democracia con una elevada dosis de mercado.

El otro 11 de setiembre, el de las torres gemelas y el Pentágono, fue conmemorado de diversas formas. Una, auténtica, el recuerdo preñado de dolor de los familiares de las víctimas. La memoria de la oficinista, el plomero, el bombero, el trabajador de la limpieza, que dejaron sus vidas en ese atentado estúpido y perverso. La otra conmemoración fue la de los hipócritas. La de quienes se alegraron con el atentado, hecho por Bin Laden o por ellos mismos, no importa. La de quienes utilizaron el atentado como excusa para recortar las libertades de su propio pueblo, para invadir Afganistán e Irak y segar muchísimas más vidas inocentes que las que se cobraron los atentados en Manhattan y Washington. La muestra más acabada de esta hipocresía, fue difundida por las cadenas de televisión estadounidenses (¡qué simbólico que se llamen "cadenas", su función es desinformar para oprimir!). La pantalla mostraba a soldados estadounidenses destacados en Irak, cantando canciones recordatorias de las víctimas, cada uno con una vela encendida en la mano, en un descanso entre asesinato y asesinato de ciudadanos iraquíes. Ayer, sin ir más lejos, mataron -por equivocación- a ocho policías iraquíes y a uno jordano. La sinrazón de asesinos que se conmueven por otras muertes. Las auténticas lágrimas de la mafia.

El paroxismo de la violencia y la necedad de los asesinos, alcanza su mayor expresión por estos días en la doliente región de Palestina. Antes de avanzar un milímetro en el análisis de esta situación, debemos decir que el infinitamente mayor responsable de la situación existente es el gobierno del Estado de Israel y su política totalitaria de ocupación colonial, en confrontación con todas y cada una de las Resoluciones de las Naciones Unidas, empezando por la 181/2 del 29 de noviembre de 1947, que establece la partición de Palestina y la creación de los Estados de Israel y de Palestina.

El escritor israelí Amos Kenan, autor del libreto de la película "Un agujero en la luna", escribió alguna vez, aludiendo al conflicto palestino-israelí, "no se apaga un incendio dando patadas a las llamas".

A nadie se le escapa que hay violencia en los dos polos del conflicto. Hay violencia que se expresa en los atentados suicidas. Violencia indiscriminada, que cobra víctimas inocentes. Y hay terrorismo de Estado por parte del gobierno de Israel. Ningún terrorismo es aceptable en esta época contemporánea, pero es indudable que el terrorismo proveniente de un Estado opresor es doblemente condenable. Los movimientos políticos o religiosos que adoptan el camino del terrorismo, como una forma mesiánica de sustituir el papel de las masas populares, no han suscripto ningún tratado internacional que los obligue a respetar los derechos humanos. Su actitud es condenable, pero guarda coherencia. En cambio, que un Estado perteneciente a las Naciones Unidas, que se comprometió al cumplimiento de la normativa de la organización, que suscribió tratados como los de Ginebra que contemplan, por ejemplo, el respeto por los habitantes de los territorios ocupados, se dé a la tarea de aplicar el crimen selectivo, practique la tortura -hasta hace poco tiempo autorizada por la justicia- o demuela casas y edificios porque en ellos habita un terrorista, dejando centenares de personas a la intemperie. Eso es terrorismo de la peor calaña. Es el terrorismo que nos recuerda a la masacre de la población y la posterior destrucción de la ciudad checa de Lídice, por parte de las tropas nazis.

El actual gobierno de Ariel Sharon, pertinaz genocida desde el exterminio de los habitantes árabes de la aldea de Qibya, perpetrada en 1953; pasando por las masacres de Sabra y Shatila, en territorio del Líbano -en 1982- y culminando el la provocación que dio lugar a esta interminable segunda intifada, con la visita en setiembre de 2000 a le explanada de las mezquitas, lugar sagrado para los islámicos, ubicada en el mismo monte, lindante con el muro de los lamentos, lugar sagrado para los judíos.... el actual gobierno -decíamos- no se limita a patear las llamas, las azuza construyendo muros de la vergüenza que pasan por en medio de territorios palestinos, dividiendo familias, privando de agua a sus pobladores, aislando lugares de trabajo. Alimenta las llamas bombardeando, desde aviones y helicópteros, poblaciones civiles. Y, ahora, pretende echar nafta al fuego deportando al presidente Yasser Arafat. Sin descartar que algunos halcones ubicados -como si ello fuera posible- a la derecha de Sharon, se proponen directamente asesinarlo.

Arafat, a quien más de una vez hemos criticado en Hipótesis, entre otras cosas por haber aceptado en la reunión de Wye Plantation el papel de mediador... ¡nada menos que de la CIA!, es el presidente democráticamente electo por el pueblo palestino, en elecciones ampliamente reconocidas por todo el mundo, en el marco de las negociaciones de paz. Es el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, la máxima autoridad de ese Estado, todavía no reconocido, pero que tiene un status de autonomía, como paso previo a la autodeterminación, establecida por las Naciones Unidas y no cumplida por Israel y ni por su socio protector: los Estados Unidos.

Y siguen las sinrazones. Aunque, finalmente, conviene aclarar que las sinrazones no son caprichosos absurdos. Georg Hegel, ese gigante de la filosofía alemana, decía que la historia universal es el juicio universal. En buen romance: la historia imparte justicia a través de sus fallos, que son -ni más, ni menos- que la victoria o la derrota. Estas sinrazones son impuestas por los que han resultado victoriosos, quienes sólo entrarán en razones el día de su derrota.

Nota emitida en el programa radial "Hipótesis", LT8 Radio Rosario, República Argentina, el sábado 13/09/03. Publicada en el sitio www.hipotesisrosario.com.ar