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Argentina: La lucha continúa

La Iglesia blanqueadora

Por el Pbro. José Guillermo Mariani

El arzobispo platense monseñor Héctor Aguer prestó una caución real de un millón de pesos en favor de el ex banquero Trusso, condenado a ocho años de prisión por la quiebra fraudulenta del Banco de Crédito Provincial

Jesús de Nazaret trasmitió a la comunidad de sus seguidores una misión muy importante: "a quienes uds. perdonen los pecados, les serán perdonados, a quienes uds. se los retengan les serán retenidos"(Ju. 20,23.-) a lo que se añaden otras citas que tradicionalmente se interpretan con el mismo significado "lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo" (Mt.18,18).
Esto no es estrictamente la transmisión de un poder exclusivo de Dios, el de perdonar (borrar) los pecados, sino un desafío y una misión para que toda la Iglesia tenga conciencia de su tarea liberadora siguiendo las huellas de Jesús. El carga a sus seguidores con la responsabilidad de trabajar por la liberación, porque de otro modo serán causantes y culpables de la permanencia del pecado y las ataduras que afectan al individuo y a la sociedad.
La Iglesia sería entonces la perfecta blanqueadora. La que "lava blanco blanquísimo".
Pero eso no tiene nada que ver con estos lavados blanqueantes que se están dando ya con demasiado frecuencia, desde personajes calificados de la Iglesia.
La "Iglesia de los pobres" se está convirtiendo en la Iglesia de los pobres banqueros prófugos, de los delincuentes y estafadores, de los narcotraficantes que acumulan dinero sin freno. Se trata de un "lavado que deja blanco blanquísimo" como el mejor de los jabones, con sólo una suma más o menos importante para "obras de caridad".
Es la Iglesia de Marcinkus (con Calvi colgado) la de Ognenovich (candidateando a Ruckauf) la de Primatesta (beneficiado por Yabrán) la de Quarracino (amigo personal e influyente en el ex presidente Menem, para los grandes préstamos) la de Picchi (con la herencia de Manubens Calvet) la de Grassi ( haciendo niños felices con el clan Menem y Susana Jiménez) la de hoy beata Teresa (con los títulos y donaciones de Jeanne Claude Duvalier) y allí cerquita, en un presente increíble, la de Aguer el arzobispo de La Plata que dispone de $1.000.000 para la fianza para excarcelación del banquero Trusso, el que defraudó a más de 30.000 pequeños ahorristas con una supuesta quiebra fraudulenta de su Banco.
No puedo juzgar sobre las intenciones de cada uno de estos personajes. Pueden haber sido de las mejores. Seguramente alguien o muchos se escandalizarán de que haya metido entre ellos a la Madre Teresa de Calcuta. "Cristo entre los ladrones".
Ella tenía las más excelsas intenciones y las demostró con un heroísmo excepcional. Pero no le importaba "blanquear dineros mal habidos". Y esto no puede admitirse como parte de la misión de la Iglesia de Jesucristo.
Al menos no existe ninguna indicación expresa en ese sentido. "Cuando les ofrezcan dinero recíbanlo sin fijarse de dónde proviene, siempre que sea en beneficio de los más pobres" Esta hubiera sido una propuesta de Jesús, que resultara muy razonable para muchos. Pero no la hizo.
Pbro. José Guillermo Mariani